Las palabras de la guerra: métaforas, narraciones y lenguajes políticos : un estudio sobre las memorias de las guerras civiles en Colombia

Las guerras civiles del siglo XIX fueron, en lo fundamental, guerras entre ciudadanos, guerras por la nación y por el Estado que no se agotan en los enfrentamientos armados y directos, en el choque de ejércitos rivales, en la sangre derramada, en el humo de las batallas o en los cadáveres esparcidos por campos y ciudades; las guerras por los Estados nacionales no se circunscriben a la acción bélica propiamente dicha, se anudan también con la política e impregnan y redefinen sus prácticas, sus discursos, sus representaciones e imaginarios; es decir, son guerras con palabras, con relatos y memorias; con narraciones y metáforas, con proyectos y propósitos explícitos orientados a convencer y conmover a los públicos de diferentes épocas sobre la justificación moral de las acciones emprendidas, sobre su necesidad política o su inevitabilidad estratégica. Existe una retórica sobre los eventos bélicos, pero las palabras de la guerra no escapan a la poética; ellas en su estructura, son tragedias, poemas épicos o a veces comedias y sátiras sangrientas; a través de la presentación de la desdicha inmerecida, cielos agravios infringidos o del error trágico, se develan noblezas y bajezas de héroes y villanos; caracteres y emociones que inducen a los públicos a sentir aquello que constituye el eje central de la tragedia: terror y compasión. En este texto se analizan las tres primeras guerras civiles del siglo XIX colombiano, aquellas ocurridas entre 1839 y 1854), en un contrapunto creativo entre los contextos históricos o tramas cronológicas y lógicas de lo acontecido y las maneras de narrarlas, contarlas a otros, interpretarlas o resignificarlas, rescatando el poder creativo, el lenguaje y su capacidad para producir sentidos nuevos, imágenes evocadoras, formas de nombrar, ocultar o desplazar realidades a través de las cuales no sólo se hace imaginable la nación y aprehensible el Estado, sino que se induce a los públicos a actuar en consecuencia pues, como diría Mark Jonson, las metáforas y las palabras también pueden matar.