Imágenes de páginas
PDF
EPUB

SEÑORES ACADÉMICOS:

El joven modesto y temeroso que acaba de abandonar esta tribuna para ir á recoger de manos de nuestro ilustre Presidente la medalla con que ha de honrar su pecho, no es ciertamente para vosotros ningún desconocido. Su nombre os era ya familiar, como lo fué también para todos vosotros el de su padre D. Joaquín Pujol y Santo, á cuya honrada memoria me veo obligado á consagrar un recuerdo, seguro de interpretar con ello los sentimientos de la Academia.

El Sr. Pujol y Santo, á quien por espacio de muchos años me unieron lazos de sincera y profunda amistad, amistad comenzada un día por un suceso singular que hubo de dejar huella en su vida y en la mía; el Sr. Pujol y Santo, repito, mereció bien de la Academia en las varias ocasiones que ésta tuvo de examinar y aplaudir los trabajos de su celoso correspondiente. En nuestro Archivo se conservan, inéditas aún, algunas memorias que sobre puntos dificiles de ciencias históricas escribió el Sr. Pujol y Santo; en nuestra Secretaria constan los informes y consultas que evacuó, así como las minutas de diferentes comunicaciones, que se le dirigieron en distintas épocas, ya con plácemes, ya con votos de gracias, ya encomendándole delicadas comisiones, ya excitando su celo. ¿Excitar su celo, dije? No, por cierto. El celo era cosa natural y ordinaria en el Sr. Pujol y Santo. Se entre

gaba con gran solicitud á la arqueología, á la numismática, á las ciencias históricas. Emprendía fatigosas excursiones sólo para procurar una noticia á la Academia ó satisfacer una de sus consultas; recorría comarcas dilatadas para estudiar un monumento ó copiar una inscripción; daba sumas crecidas para recoger un objeto arqueológico cualquiera y salvarlo así de la ruina o del olvido; pasaba dias enteros bajo un sol abrasador y noches en blanco para dirigir y organizar las exploraciones de la antigua Empurias. En una palabra, llevaba á cabo toda clase de cosas extraordinarias con tan poca pretensión, que cualquiera las veía como las más naturales del mundo, hasta que, reflexionando sobre ellas, llegaba á comprenderse su verdadera y trascendente importancia.

Consiguió de esta manera hacerse con un verdadero museo, admiración de propios y de extraños, del que luego cedió hidalgamente buena parte para contribuir à la formación del que hoy ostenta Gerona con orgullo; museo por él principalmente creado á costa de continuos desvelos y extraordinarios sacrificios. También Pujol y Santo y su hijo Pujol y Camps, aun cuando éste más activa y principalmente, fueron, como Vicepresidente el primero y Secretario el segundo de la Comisión de monumentos, los que tomaron á su cargo la difícil empresa de iniciar y organizar la suscripción nacional, años antes fracasada, para dar decorosa tumba y monumental panteón á los restos y memoria del inclito general D. Mariano Álvarez de Castro. Gracias á los cuidados y solicitudes de entrambos, gracias á los generosos patricios que acudieron à secundarles, el héroe defensor del Propugnáculo español descansa hoy su sueño de muerte en urna de mármoles y de jaspes, labrados por el arte, á los pies del santo patrón de Gerona la inmortal, de aquella Gerona que ya casi ha tomado á nuestros ojos el

carácter de tradicional y legendaria, y cuyas murallas se nos aparecen con frecuencia envueltas en misteriosas nieblas, como si fuera que éstas bajasen á recoger, para exaltar al cielo, las gotas de sangre que allí dejaron al morir por la patria los mártires de nuestra santa independencia.

Hijo de aquel meritorio correspondiente vuestro, á quien Dios quiso otorgar el inefable júbilo de que pocos momentos antes de morir recibiera la noticia de que el heredero de su casa y de sus inclinaciones tenía asiento en la Academia, es el que por vuestra bondad y vuestros votos viene hoy á ocupar el sillón núm. 29, en que un día se sentaron Sáinz de Andino y Fernández de Castro, dos glorias de la cátedra y de las ciencias, á quienes bien puede tomar como modelo y como ejemplo el novel Académico.

Activo y celoso como su padre, amante como él y entusiasta de la Academia, D. Celestino Pujol y Camps es uno de los arqueólogos que cultivan con más constancia la numismática española, debiéndosele la publicación de un extraordinario número de monedas.

Desde 1866 era ya nuestro Académico correspondiente. A 2 de julio de dicho año fué admitido en nuestra Corporación, presentado por su inclito maestro D. Antonio Delgado, de quien tan gratos recuerdos se guardan en este instituto. Fundó el Sr. Delgado la propuesta del Sr. Pujol en su acertada colaboración á la obra de Heiss Monedas hispano-cristianas después de la invasión de los árabes, y también en sus descubrimientos y clasificaciones de monedas inéditas, cuyos trabajos le valieron ya en abril de 1866 su admisión como miembro de la Sociedad francesa de numismática y arqueología.

Más de diez y siete años de antigüedad lleva, pues, el señor Pujol y Camps en la Academia de la Historia, habiendo desde aquella fecha prestado

servicios que merecen consignarse y que importa hacer constar, hoy que tantas reputaciones se improvisan con las fáciles alabanzas de recomendados sueltos, y á tan altas posiciones se llega á veces, no por virtud de méritos y servicios, si sólo por merced de intrigas y cábalas que saben poner en juego turbas complacientes y organizadas de turibularios sectadores.

Quince años estuvo el Sr. Pujol y Camps en la Comisión provincial de monumentos de Gerona, y en ella diez desempeñando el cargo de Secretario, iniciando unas veces desde este puesto y secundando otras, con el celo, laboriosidad y constancia de su padre, diferentes empresas y publicaciones, que merecieron plácemes y loas de la Academia, la cual muchas veces hubo de fijar admirada su atención en el gran número de sociedades, libros y proyectos que aparecían en aquella Gerona, heroica é inmortal un día por las armas, y que, ganosa todavía de más prez y mayor lauro, solicitaba entonces de las artes, de las ciencias y de las letras otro puesto tan alto, por lo menos, como el que justificadamente le habían ya alcanzado series no interrumpidas de gloriosas jornadas militares y debeladores triunfos.

Así fué como Pujol y Camps llegó á ser otro de los fundadores de la Asociación literaria de Gerona, que lleva diez años de existencia, premiando anualmente Monografias históricas; así fué también otro de los fundadores y redactores de la Revista de Gerona primero, y más tarde de la Revista de ciencias históricas, publicaciones notables entrambas, cuyo nombre tantas veces ha sonado en nuestros debates académicos; así lo fué del Memorial numismático español; así escribió su libro de Gerona en la revolución de 1640, laureado en público certamen; así redactó, en colaboración con D. Pedro Alsius, el Nomenclator geográfico-histórico de

« AnteriorContinuar »