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lucho y los arrecifes, donde se les hizo pedazos y se vieron casi perdidos, porque algunos dellos no sabian nadar;/ y con mucho trabajo y riesgo de sus vidas, salieron á un islote que hacian los bajos, á donde entendieron ser muertos por mano de los indios, si Dios milagrosamente no les favorecia, porque se les habia mojado toda la municion de los arcabuces, y no se pudieron aprovechar dellos. Estando con este sobresalto de que los isleños venian á ellos, acordaron de dexar dos puercos, que traian, escondidos, en el islote, y descalzos como estaban, volver en busca del bergantin, y los que no sabian nadar, pasaron desde el islote á la playa en las tablas del canalucho, y los demás á nado. Comenzaron á caminar lo mejor que pudieron por unas peñas, por donde como iban descalzos, pasaron mucho trabajo; pero visto que les iba la vida y que si pasábamos con el bergantin sin verlos, quedaban perdidos, todos sacaron fuerza de flaqueza y mostraban grande ánimo, ansí para esto como para lo que se les ofreciese con los naturales si á ellos viniesen; y demás desto, á causa del grande arcabuco, les era necesario muchas veces ir por el agua, que les daba á la garganta. Caminando esta noche con estos trabajos, toparon tres esteros (1), los cuales no podian pasar, y determinaron de hacer una balsilla, la cual ataron con los za-. ragüelles y paños de manos, en que pasaron los que no sabian nadar, y los demás iban nadando asidos á ella. Cuando queria amanecer, llegaron á una punta de una playa, á donde el domingo antes habian comido y plantado una cruz, que de verla recibieron gran consuelo, é hincáronse de rodillas y la adoraron, y dieron gracias á

(1) Estero, laguna, ó brazo de mar.

Nuestro Señor por haberles sacado de tan mal camino, y suplicaron á Su Divina Magestad, poniendo por intercesora á su gloriosísima Madre, fuese servido de socorrerlos y ayudarles en aquella necesidad, y no permitiese fuesen comidos de los bárbaros de aquella isla. Hecha oracion, determinaron de hacer una balsa, lo mejor que pudieron, para que si en todo el lunes no descubriesen el bergantin, volviesen de noche en ella al islote donde habian dexado los puercos, y allí emboscándose, por la montaña, de dia, irse á los navíos; demás destos trabajos, pasaron estrema necesidad de hambre y sed. Estando haciendo la balsa, fue Nuestro Señor servido de librarlos y encaminar por allí el bergantin, que no poco contento fue para ellos el verle, y diéronle muchas gracias, y hicieron señas al bergantin con unos paños de manos, y conocimos que eran nuestros compañeros, cosa que nos dió mucho sobresalto, entendiendo que habian recibido daño. Llegamos á recibirlos, y embarcáronse, muy fatigados de hambre y sed y del mal camino, y los piés mal heridos de las peñas; y aunque perdieron sus vestidos y ropas, guardaron con todo trabajo las armas, que solo se perdió un arcabúz y dos espadas; allí se les perdió el indio que habíamos traido para lengua, que habian llevado consigo, y no le pudieron hallar, y luego proseguimos nuestro viaje hasta llegar á los navíos.

Pues tornando á dar cuenta á V. S. de lo que el bergantin trujo de comida, fue tres puercos y gran cantidad de comida que los naturales tienen, que son cocos y unas raices grandes, que llaman names, y otras mas pequeñas que llaman panaes, que son mejores que las papas (1).

(1) Falta el fin de este papel, existente en el archivo de Simancas.-(Nota de Muñoz.)

SUMARIA RELACION DE PEDRO SARMIENTO DE GAMBOA, GOBERNADOR Y CAPITAN GENERAL DEL ESTRECHO DE LA MADRE DE DIOS, ANTES NOMBRADO DE MAGALLANES, Y DE LAS POBLACIONES EN ÉL HECHAS Y QUE SE HAN DE HACER POR V. M. (1).

Señor:

A gloria y honra del omnipotente Dios Nuestro Señor y de la gloriosísima siempre Vírgen Maria, Señora y abogada nuestra, Pedro Sarmiento de Gamboa, su fiel vasallo, siervo indigno de V. M., humildemente besa infinitas veces los Reales piés y manos de V. M. por las inmensas mercedes que V. M., por singularly real benignidad y liberalísima largueza, le ha hecho redimiéndole de la captividad y poder de los infernales ministros del demonio, que son los heréticos de Gascuña en Francia, por lo cual suplica al verdadero Dios tenga por bien conceder á V. M. muchos y muy prósperos y felicísimos años con toda salud y fuerzas, aumento de más y mayores reinos é imperios, y su divina gracia para sustentar, defender y amparar y acrecentar su santa Iglesia y fée cathólica, y para pasar de manera esta vida temporal, que

(1) Coleccion de Muñoz, t. xxXVII.-En este mismo tomo hay varias relaciones referentes á viajes hechos al estrecho de Magallanes, y aun de este mismo viaje de Sarmiento hay dos: la que insertamos es, á nuestro parecer, la más interesante.

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merezca la eterna celestial con los bienaventurados, amen, amen.

Dando cuenta y razon á V. M. de su obligacion, cargos y acciones que por V. M. le fueron dadas y cometidas, con la buena gracia y permision de V. M., dice: que como V. M. ya muy bien sabe, el dicho Pedro Sarmiento de Gamboa partió de la ciudad de los Reyes, de los reinos del Perú, á 11 de Octubre de 1579 años, por órden del virey D. Francisco de Toledo, contra el corsario ladron Francisco Drak, que en la costa del Pirú y Chile y Nueva-España y otras partes del mar del Sur y Norte, habia hecho é iba haciendo escesivos daños é robos; y especialmente á descubrir el estrecho de Magallanes; por donde el dicho ladron habia entrado, y á reconocerle y venir á dar de todo aviso á V. M. y significarle la necesidad de aquella tierra y suplicarle por el remedio della, para que V. M. mandase poblar y fortificar y cerrar aquel paso, para seguridad de las Indias y otras tierras de V. M., que están en el mar del Sur; como lo hizo con el favor de Dios Nuestro Señor, y dió larga y cierta relacion de todo lo que hizo, vido y recognoció, con su parecer autenticado y firmado de todos los que vinieron con él, signado de escribano real, con las demostraciones y descripciones de las tierras de los archipiélagos y estrecho que descubrió, en Badajoz, besando á V. M. sus Reales manos, por fin de Septiembre de 1580 años; de lo cual V. M. por su Real grandeza y graciosidad, se tuvo por servido del dicho Pedro Sarmiento, para el cual fue tan singular y alta merced, que se tuvo por gratificado de sus servicios, y quedó obligado á servir de nuevo, con dispendio de muchas vidas.

Proveyó V. M. en esto con larga y Real mano, cou

abundantísima espedicion de gente y pertrechos de todo género; y nombró á Diego Flores de Valdés por general de mar, costas del Brasil y estrecho, mandándole recognocer el estrecho, y en la parte más angosta fabricar dos fuertes, correspondientes uno de una parte y otro de otra, y que no viniese de allá hasta acabar los dichos fuertes y reconocer y visitar aquellas costas, y dejar cuatrocientos hombres de guerra en los fuertes con los alcaides y capitanes, como consta por el tercero y cuarto capítulo de la instruccion que V. M. dió á Pedro Sarmiento y por la del dicho Diego Flores de Valdés.

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Mandó V. M. á Pedro Sarmiento le sirviese en mar y -tierra en tal forma, hízole V. M. merced de honrarle con títulos y cargos y nombres de Gobernador y Capitan general del dicho estrecho y de los fuertes y poblaciones que en él se hiciesen, con muchas prerogativas y privilegios para él y para los pobladores y pacificadores de aquellas tierras; y en la navegacion que asistiese con Diego Flores de Valdés para le ayudar y aconsejar en lo que conviniese, y que Pedro Sarmiento y Anton Pablos se acordasen, y enderezasen la navegacion, como usados y esperimentados en ella.

Item, que Pedro Sarmiento asistiese á la eleccion de los sitios de los fuertes, y diese prisa á la obra para acabarlos y ponerlos en perfeccion, y que poblase y pacificase las tierras comarcanas y contingentes, predicando y haciendo predicar el santísimo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo á los indios naturales idólatras de aquellas regiones, instruyéndoles en las cosas de nuestra santa fée cathólica, que es lo que V. M. de principal intento pretende, y en buena policia civil, atrayéndolos á reconocimiento y vasallaje de V. M., por medios justísimos y

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