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dísimo rigor en esta provincia, luego, el año de 1538, fue electo por Provincial fray Pedro Delgado, varon apostólico. Este religioso fue hombre de gran santidad, y en tal posesion tenido y estimado en toda la provincia, cuya vida y conversacion, muchos de los que vivimos, conocimos. Fue hijo de San Esteban de Salamanca; no podríamos en breve esplicar sus virtudes y religion, porque ansí dél, como de las demás cosas de la provincia, no se pretende sino dar á V. R. P. una breve relacion y no dar noticia por estenso. Rigió la provincia con gran vigor, y sustentóse en su tiempo toda la austeridad de la fundacion y observancia de las cosas muy menudas de la Constitucion. En aquellos tiempos no se usaba salir frailes á visitar en la ciudad á seglares amigos y parientes, sino era el Prior y un fraile viejo, á los devotos de casa, y ansí no se encontraban frailes por las calles, sino era á confesar enfermos y á predicar. Pedian limosna los sábados con las alforjas al hombro, por las calles, y pan de casa en casa como los padres Franciscos, que ya habia en esta tierra pan de Castilla aunque poco. Teníase tal riger en los que iban á pedir, que jamás se pudiesen perder de vista.

En este tiempo ya habian tomado el hábito muchos religiosos, los cuales vivian y sustentaban la provincia en las casas de Vicaria, que estaban entre los indios. Estos, aunque no eran muy doctos, deprendieron la lengua de los indios, y como eran varones espirituales, enseñados en gran oracion y en gran abstinencia y en gran recogimiento, con esto y con la vida que hacian y la lengua que tenian, hacian gran fructo en los naturales, para con los cuales no es menester ser muy doctos, los cuales todos han pasado desta vida, y los nombres de algu

nos fueron: fray Francisco Martin, fray Francisco de San Bernardo, fray Francisco de Aguilar, que hoy vive, fray Bernardo de Salinas, fray Domingo de Santa Maria, que fue dos veces Provincial, y otros religiosos que no tenemos memoria. Este varon, fray Pedro Delgado, murió en Santo Domingo de México, con gran sentimiento de toda la ciudad y de toda la provincia, como pérdida de una gran cosa, como á la verdad lo era, á cuyo enterramiento acudió toda la ciudad.

En el año de 1541, fue electo en Provincial el maestro fray Domingo de la Cruz, hijo de Santa Cruz de Segovia, compañero que fue, en la Universidad de Alcalá, del maestro fray Domingo de Soto. Este varon, era de muy grande humildad, y su observancia, de lo muy menudo de la religion; y en su tiempo, el primero y segundo año, tomaron el hábito en esta casa más de cincuenta frailes, de la mayor parte de los cuales está agora poblada esta provincia, y habia ya casi cuatro años que no se tomaba novicio, aunque con muchas disciplinas y oraciones se suplicaba á Dios que nos ampliase, lo cual tuvo por bien S. M. de conceder. En este Capítulo, donde fue elegido este padre, se ordenaron muchas cosas; que no se dijese misa en casa de seglar, si no fuese al Virey; que ningun religioso entrase ni saliese solo de la ciudad, cuando iban ó venian de camino,ó con su báculo y sombrero; y cuando se ofrecia venir solo alguno de camino, enviaba al convento por dos compañeros, que con él entraser, y que estos tales, no entrasen en casa alguna hasta primero venir al convento, porque no anduviesen vagueando por la ciudad; teníase en menos que no viniese un religioso, que no que viniese á caballo.

Ordenóse tambien, que los conventos que se edificasen, que fuesen muy humildes. Tambien se mandó, debajo de precepto, lo cual se ha guardado y se guarda siempre, que ningun religioso, habiendo de ir á España, llevase dineros, ni su valor, sino lo que el Provincial le señalase para su viático (1), ni tampoco lo inviase. Ordenóse tambien en este Capítulo y en el Capítulo provincial, que llamamos, de entre medias de trienio, otras muchas cosas, para conservar el rigor de la constitucion, las cuales, si no era con gran necesidad, no se quebrantaban, ni se dispensaba en ellas. Este religioso, ya al cabo de su provincialato, fué á España con los provinciales de las otras órdenes, á negociar con el Emperador cosas convenientes para estas tierras, á donde estuvo cantidad de años, fatigado de muchas enfermedades, y finalmente, despues de muy viejo y enfermo, deseando morir en esta tierra, por la gran aficion que tenia á la conversion destos naturales, se volvió á ella, solo á morir, para que, pues ya de viejo y enfermo no podia trabajar, á lo menos fuese ejemplo á los venideros, y ansí, en breves dias, murió.

El año de 1544, se celebró Capítulo provincial en ef convento de México, donde fue elegido por Provincial segunda vez, el sobredicho padre fray Pedro Delgado; acabó su triennio, y rigió la provincia muy mejor que antes y más á sabor de todos, porque como era prudente, si en alguna cosa la primera vez habia errado, la segunda lo acertó y enmendó. Cuando acabó de Provincial, le hicieron maestro de novicios en Santo Domingo de México, el cual oficio de buena gana aceptó, y usó muy bien

(1) Quiere decir, para su viaje.

y con gran ejemplo y sin mucha pesadumbre, porque con su presencia, corregia los defectos más que con castigos, aunque no lo dejaba de dar al que lo merecia. Eligiéronle tercera vez por Provincial, y no lo quiso aceptar, aunque se lo mandaron con rigor, porque decia, que no podia regir la provincia como perlado, por causa del modo de vivir que teníamos entre los indios, ansí de tres en tres, como de cuatro en cuatro, y ansí, finalmente, no aceptó, y falleció como y cuando hemos dicho.

Hasta estos tiempos, en que esto pasaba, no habia habido estudios en nuestra órden en esta tierra, sino gramática y algunos casos de conciencia; y ánsí, los religiosos, como iban tomando el hábito y estudiando un poco, los iban sacando entre los indios, por la gran necesidad que habia de ministros, y ahora hay. Los que á la sazon estaban en el convento de México, en el cual solamente se criaban novicios, porque no teníamos aun otro priorato, aun no eran para salir al oficio de la predicacion y estaban estudiando, y habia ya lecciones de artes y teología, que leian religiosos que habian venido de España, y ya parecia que comenzaba á haber ejercicio de Jetras en la provincia, y que comenzaba á tomar algun lustre.

En este tiempo, se celebró otro Capítulo provincial de entremedias, donde entre otras cosas buenas y santas que se ordenaron, fue que se tuviese gran cuenta con la conformidad y amistad de las otras órdenes; y ansí, por donde quiera que caminábamos y pasábamos por casas de otras órdenes, y ellos por las nuestras, nos recibíamos y recibimos unos á otros con toda caridad, la cual dura hasta hoy. Para conservar esta amistad, fue acordado entre las órdenes, que cuando algun religioso

muriese, cada orden le dijese sus misas cantadas, y en lo tocante a las misas, que se han de decir por los frailes difuntos, se tiene tal orden en esta provincia, que á cualquier religioso que muerè, de cualquier casa y convento que sea, cada religioso desta nuestra provincia, le dice las tres misas de la Constitución; y ansi para esto, como para otras muchas cosas, no se tiene cuenta en mirar de qué casa és hijo el religioso, sino todos nos tenemos por hijos de un convento.ed on a su ta mi, s

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El año de 1547 se tuvo Capitulo provincial aquí en México, y fue electo en él por Provincial el sobredicho padre fray Diego'de Santa María, hijo desta provincia. Este religioso fue la primera lengua que hubo en nacion misteca; fue hombre de mediana ciencia y de mucha earidad, y muy devoto y apacible en su conversacion; fue de los primeros hijos desta provincia, y ansi en este Capítu lo como en los demás, se ordenaron cosas muy convenientes á la provincia.

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El año siguiente de 1548 hubo el Capítulo de entremedias, donde entre otras cosas que ordenaron, fue enviar al santo viejo fray Domingo de Betanzos á España, por el bien desta provincia, y por su compañero á fray Vicente de las Casas, para traer religiosos y otras cosas convenientes á ella; y luego que llegaron á España, murió el santo viejo á 14 de Setiembre de 1549, y el compañero hizo los negocios, y trajo muchos religiosos con gran favor de los Reyes de España.

Hubo en estos tiempos dos religiosos, grandes siervos de Dios; el uno se Hamaba fray Gonzalo Lucero, hijo de San Pablo de Sevilla, del cual hemos hecho mencion arriba, y el otro fray Tomás de San Juan. El fray Gonzalo Lucero vino diácono, con los primeros religiosos que á

TOMO V.

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