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cion, porque muchos que deseaban su salud, tomaban treslados de aquellas epístolas y las tenian en mucho.

Tuvo este prelado muchas cosas de santo varon, y al fin, visto por él que le parecia que sus ovejas no se descargaban de las grandes restituciones, que debian á los indios del tiempo de sus conquistas, y de lo que sin doctrina y tasa les habian llevado, y que la pobreza de todos era muy grande, movido de celo de buen pastor, quiso ir á comunicar el negocio con el Sumo Pontifice Romano, para que diese alguna composicion en ello, y proponer algunas dubdas que llevaba en el Santo Concilio Tridentino para la declaracion dellas, posponiendo su vida, salud, cuerpo y alma, cumpliendo con el Sancto Evangelio por la salud espiritual que pretendia darles, quiso Dios llevarle para sí en el camino; mostrando bien en su muerte cuanto en el mundo amó, la pobreza que siempre tuvo y siguió, pues no se le hallaron ni conocieron otros bienes más de lo que consigo llevaba para estrechamente mantenerse, que fueron hasta mill ducados, por darlo todo á los pobres como siempre lo dió, diciendo que los bienes de los obispos, era el pan de los pobres, y que no se debian de retener, pues no eran suyos.

Fue este prelado señalado y nombrado para obispo por el emperador Cárlos V, rey que fue de España y de las Indias, año de mill y quinientos y cuarenta y siete años (1).

(1) Tomado del Espejo de Variedades. -(Nota de Muñoz.)

MEMORIAL OCTAVO DADO Á S. M. POR EL CAPITAN PEDRO FERNANDEZ DE QUIRÓS EN 1606 SOBRE SUS DESCUBRIMIENTOS (1).

La grandeza de las tierras nuevamente descubiertas, juzgando por lo que yo ví y por lo que el capitan D. Luis Vazquez de Torres, almirante de mi cargo, avisó á V. M. á buena razon, y su longitud es tanta como la de toda Europa, Asia menor y hasta el Carpio, y la Persia con todas las islas de Mediterráneo y Occéano, que en su contorno se la arriman, entrando las dos de Inglaterra é Irlanda. Aquella parte oculta es cuarta de todo el globo, y tan capaz, que pueden caber en ella doblados reinos y provincias de todas aquellas de que V. M. al presente es señor; y esto, sin avecindar con turcos ni moros, ni con otra de las naciones que suelen inquietar y perturbar las agenas.

Todas las tierras vistas caen dentro de la tórrida zona, y hay parte della que toca á la equinocial, cuya latitud puede ser de noventa grados, y otras de poco menos, y si suben como prometen, habrá tierras que sean antipodas de lo mejor de la Africa y de toda la Europa, y de lo demas de toda el Asia mayor.

Advierto que las tierras que ví en quince grados, son mejores que España, como luego se verá, y que las

(1) Coleccion de Muñoz, tomo xxxvIII.

Томо V.

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otras que en altura se opusieren, deben ser en su tanto un paraiso terrenal.

La gente es mucha, sus colores son blancos, loros, (1) mulatos, indios y mezclas de unos y de otros. Unos tienen los cabellos negros, crecidos y sueltos; los otros son frisados (2) y crespos; otros vienen rubios y delgados, cuyas diferencias son indicios de grandes comercios y concursos; por lo cual y por la bondad de la tierra, y por no tener artillería ni otros instrumentos de fuego con que matarse, y porque no labran minas de plata y por otras muchas razones, es de creer ser muchísimos esta gente, á la cual no se la conoce arte mayor ni menor, muros ni fuerzas, rey ni ley, ni son más de unos simples gentiles, divididos en parcialidades y poco amigos entre sí. Sus armas, son las ordinarias, arcos, flechas sin yerbas, mazas, bastones, lanzas y dardos de palo. Es gente que cubre las partes; es limpia, alegre y racional, y tan grata como la he esperimentado. Por todo lo cual, se debe esperar, mediante la providencia divina y medios suaves, que han de ser facilísimos de pacificar, doctrinar y contentar, con ser tres cosas bien necesarias en los principios, para despues encaminarlas todas á aquellos tan santos fines, cuanto deben ser pretendidos en lo más y en lo menos, con todas las veras de las veras. Las casas son de madera, cubiertas con hojas de palmas; usan de ollas de barro; tienen telares, traxinallos y otras redes; labran piedra, mármol, flautas, tambores, cucharas de palo embarnizadas; tienen oratorios y entierros y ha

(1) El color loro es como amulatado, ó de un moreno que tira á negro.

(2, Es decir, retorcidos.

ciendas muy puestas en razon, cercadas y empalizadas; aprovéchanse mucho de las conchas de nácar y de ellas hacen gúbias, (1) escoplos, formones, sierras, anzuelos y patenas mayores y menores, que traen colgadas de los cuellos.

Los isleños, tienen sus embarcaciones, bien obradas y bastantes para navegar de unas tierras á otras; y todo junto, es cierto indicio de vecindad de gentes de más policía, y no es de menor, castrar los puercos y los pollos.

El pan que tienen, son tres diferencias de raices, de que hay muy grande suma, y pasan sin trabajo, que no tienen más beneficio que asarlas y cocerlas; son gustosas, sanas y de buen sustento y mucha dura, y las hay de vara de largo y media de grueso. Las frutas, son muchas y muy buenas; plátanos de seis géneros, grande número de almendras de cuatro suertes, grandes obes, que es fruta casi del tamaño y sabor de melocotones, muchas nueces de la tierra y naranjas y limones, que no los comen los indios, y otra estremada y grande fruta, y otras no menos buenas, que se vieron y comieron con muchas, y muy grandes cañas dulces, y noticia de manzanas é infinitas palmas, de las cuales se puede luego sacar juba, de que se hace vino, vinagre, miel, sueros, y las palmitas son muy buenas. Estas mismas palmas, el fruto que dan son cocos; cuando están verdes, sirven de cardos, y el meollo como natas; cuando maduros, es sustento de comida y bebida por mar y por tierra; cuando viejos, dan aceite para alumbrar y curar tan bien como

(1) Gubia, formon de media caña, delgado, usado por los carpinteros:

el bálsamo, y para comer; cuando nuevos, sus cascos son buenos vasos y frascos, los capullos son estopas para calafatear las naos y para hacer todos los cables y járcias y las cuerdas ordinarias y de arcabuz; de lo mejor de las hojas, se hacen velas para las embarcaciones pequeñas y esteras finas y petates (1), con que se aforran y cubren casas, que se arman con los troncos, que son derechos y altos, y de ellos se sacan tablas y lanzas y otros géneros de armas, y remos y otras muchas cosas buenas para el servicio ordinario. Y es de notar, que esos palmares son como una viña, que todo el año se disfruta y se vendimia y que no pide beneficio, y que así ni gasta dinero ni tiempo.

Las hortalizas que se vieron, son calabazas, grandes bledos (2) y muchas verdolagas (3) y se tuvo noticia de habas.

Las carnes son muchas; puercos mansos como los nuestros, gallinas, capones, perdices de la tierra, patos reales, tórtolas, palomas torcaces y cabras, que vió el otro Capitan, y los indios nos dieron noticia de vacas y de búfalos.

Los pescados son muchos; pargos, peces reys, lizas, lenguados, salmonetes, meros, zabalos, macabiz, cazones, pampanos, sardinas, xayas, palometas, chitos, viejas, anguilas, peces puercos, chapines, rubias, almejas, camarones y otros géneros, de que no me acuerdo los

(1) Petate, es la estera ordinaria que hacen y usan los indios de Nueva España.

(2) Bledos, planta anua que echa los tallos rastreros de medio pié de largo.

(3) Verdolaga, planta que se estiende por la tierra, de tallos gruesos y fuertes.

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