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alternasen en las fatigas del cerco, que no fueron pocas en la estacion mas rigorosa y cruda de lluvias y de frius, ejecutóse todo tal como el monarca lo habia pensalo y ordenado (1245). Defendia la ciudad el bravo wali Omar Aben Muza. El cerco se prolongaba y los cristianos sufrian mil penalidades por efecto de la inclemencia de la estacion. Un suceso inesperado vino á indemnizarlos de sus padecimientos y á dar á sus intentos un desenlace mas pronto y mas feliz del que hubieran podido esperar.

Vióse el rey de Granada ostigado y amenazado dentro de su misma ciudad por una faccion enemiga, llamada el bando de los Oximeles, tanto que se creyó en peligro hasta de perder el trono. En tal conflicto 10mó la resolucion estrema de ampararse del rey de Castilla y reconocérsele vasallo. Una mañana se presentó el granadino armado de punta en blanco en los reales de Fernando, pidió ser admitido á su presencia, besole la mano y le manifestó el objeto que allí le levaba. Recibióle Fernando con no menos cortesanía y afabilidad, y concertóse entre los dos el pacto siguiente: Alhamar entregaría al castellano la ciudad de Jaen, con mas la mitad de las rentas de sus dominios. que eran de 300,000 maravedis de oro anuales; que quedaría obligado á asistir al de Castiila con cierto número de caballeros cuando le llamase para alguna empresa, y á concurrir á las córtes como uno de sus grandes ó ricos-hombres, y que Fernando le reconoce

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ría en lo demás sus posesiones y dominios. Pactadas estas condiciones, despidieronse amigablemente los dos reyes, y llevándose consigo el de Granada al valeroso wali de Jaen, hicieron los cristianos su entrada en la ciudad, donde reinaba por parte de los moros triste y sepulcral silencio, que contrastaba con el canto de los sacerdotes que en procesion se dirigian á la mezquita mayor para consagrarla y celebrar en ella la misa solemne de accion de gracias (abril de 1216). Er gióse silla episcopal en Jaen, que dotó el rey espléndidamente, otorgó libertades, privilegios y heredamientos á los cristianos que fuesen á poblarla, reedificó sus muros y los fortaleció con nuevas torres y adarves, y permaneció en ella ocho meses dando providencias y dictando medidas de gobierno (1).

dado

Parecióle, no obstante, á dun Fernando que habia ya demasiado descanso á las arinas, y resuelto á proseguir con actividad la obra de la reconquista, tomó consejo de los ricos-hombres, caballeros y maestres de las órdenes sobre lo que deberia hacerse: dábale cada cual su dictámen, pero prevaleció el de don Pelayo Correa, maestre de Uclés, que opinó por que se acometiera la empresa de couquistar á Sevilla. Pero convenia macho arreglar antes las diferencias que pudieran suscitarse entre Aragon y Castilla, respecto á los antiguos reinos musulmanes de Valencia y Mar

(1) Conde, part. IV., c. 5.- General -Jimena, An. ecles. de Chron. del Santo rey, c. 40.-Crón. Jaen y Baeza.

cia, en que se tocaba y confundia lo conquistado por las huestes aragonesas conducidas por el rey don Jaime y lo ganado por las tropas castellanas mandadas por el infante don Alfonso. Remediose todo por consejo de los nobles y prelados con un pacto de alianza en que ambos soberanos se convinicron en ayudarse mútuamente en vez de perjudicarse; y para asegurar y consolidar este pacto se concertó el matrimonio del primogénito de Castilla con la infanta doña Violante, hija del de Aragon, cuyos esporsales se celebraron en Valladolid en los primeros dias de noviembre de aquel mismo año (1246), señalándose luego por dote á la princesa las ciudades y villas de Valladolid, Palencia, San Esteban de Gormaz, Astudillo, Ayllon, Curiel, Bejar, y algunos otros lugares. Mas la satisfaccion de aquel pacto y la alegría de estas bodas fueron para el Santo rey engañoso preludio de un amarguísimo pesar que recibió cuando comenzaba á recoger en Andalucía los primeros triunfos de la nueva campaña,

Tal fué la nueva de la muerte de su virtuosa y querida madre, la magnánima doña Berenguela, gią ria y honor de Castilla y modelo de discretas y prudentes princesas (1). E non era muy maravilla (dice xel rey Sábio hablando del dolor de su padre) de ha

«

(1) Doña Berenguela murió el 8 de noviembre de 1246. Kalendar. vetus Burgens.-Véase sobre

esto á Florez, Rein. Catól., t. I,, p. 483.

«bér gran pesar: ca nunca rey on su tiempo otra tal «perdió de quantas ayamos sabido, nin tan comprida

en todos sus fechos. Espejo era cierto de Castiella et «de Leon, et de toda España: et faé muy llorada de todos los concejos et de todas las gentes de todas leyes, et de los fidalgos pobres, á quien ella mucho bien facíe (1). Aun es acaso más cumplido el elogio que el arzobispo Jimenez de Toledo hace de esta gran matrona castellana que por tantos años y con tanto acierto gobernó los dos reinos de Leon y de Castilla.

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para acabar de afligir el corazon del atribulado monarca terminó tambien su vida por este tiempo este mismo panegirista de su madre, el gran preiado don Rodrigo de Toledo, lustre de la Iglesia, de las letras

y

de las armas españolas (2). Bien era menester que distrajeran el ánimo de Fernando las atenciones de la

(1) Chron. Gener., fol. 416.— Dejó mandado en su testamento gue la enterrasea en las Huelgas de Burgos en sepultura llana y humild

(2) Era el arzobispo don Roʻri go Jimenez de Radi natural de Puente de Rada en Navarra. Estu dio en la célebre universidad de Paris. Fué obispo de Osma antes que de Toledo. Promovió en Francia la cruzada de las Nivas de Tolosa, a cuya batalla asistió con el estandarte de si iglesia. Se halló en el IV. concilio general latera nense, donde sostuvo la reñida disputa contra los metropolitanos de Braga y de Santiago sobre la primacia de España, 3 pronunció una oracion latina que al dia si guiente tradujo en italiano, ta lesco, inglés, castellano y vascuen

ce. Hizo otros dos viages à Roma en 1218 y 1233. Estuvo en el concilio general de Lyon de 1245. Era doclišimo y tersirlo en lenguas. Escribió entre otras obras, el tratido de Rebus in lispinra geštis: la Historia de los romanos, de los ostrogodos, de los bunos, vandalos, suevos y alaños, y la de los arabes de 730 à 1150. Mario en 1247 en Francia al regresar á su patria viniendo por el Rolano. Fué el gran consejero de Alfonso el Nob'e y de San Fernando. En su epitafio del monasterio de Huerta, donde fué enterrado, se leia este concepto espresido en mal latin; Mi madre es Navarra: Castilla mi nodriza: París mi escuela: Toleno mi domnicio: Huerta mi sepaltură: di cieto mi descanso.

guerra para que ahondára menos en su corazon la herida que estos golpes le causaron. Habia ya, en efecto, el Santo rey dado principio á las operaciones de la guerra que habian de preparar la conquista de Sevilla, para lo cual habia reclamado tambien el auxilio del rey moro de Granada Alhamar, con arreglo à la capitulacion de Jaen.

Necesario es decir quién era y lo que habia sido este rey, y cómo se hizo el fundador del reino granadino. El verdadero nombre de Alhamar era Mohammed Abu Abdallah ben Yussuf el Ansary. Llamósele despues Alhamnar (el Bermejo). Era hijo de unos labradores ó carreteros de Arjona. Pero habiendo recibido una educacion superior á su fortuna, y distinguídose desde su juventud por su amor á las grandes empresas, llegó por su valor á inspirar temor y respeto, por su prudencia, su frugalidad, su dulzura y su austeridad de costumbres á captarse la estimacion genera!. Sirvió bajo los emires descendientes de Abdelmumen, y se señaló por su rectitud en los empleos administrativos, por su denucdo en las expediciones militares. Enemigo de los Almohades, en la decadencia del imperio de aqueilos africanos en España, trabajó por aniquilar su poder. Rebelóse despues contra el mismo Abeu-Hud y fué uno de sus mas terribles rivales. Llegó á tomar por asaito á Jaen (1232), y se apoderó sucesivamente de Guadix, Baeza y otras poblaciones de Andalucía, donde se hizo proclamaar Emir Almumenin. Cuando

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