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Es en verdad circunstancia digna de notarse que al tiempo que en España ejercia de esta manera sus rigores el Santo Oficio, á presencia y con aprobacion y beneplácito del rey y de las personas reales, el pueblo romano con ocasion de la muerte del papa Paulo IV. se amotinaba contra los ministros de la Inquisicion abria las cárceles, soltaba los presos, asaltaba el monasterio de la Minerva, perseguia á muerte á los frailes dominicos, rompia la estátua y escudo del pontifice, y hubiera asesinado al cardenal Caraffa y á sus hermanos, si Marco Antonio Colonna y Julian Cesarino no hubieran llegado á tiempo de defender contra el furor popular asi á estos conic á los dominicos inquisidores (1).

Felipe, despues de haber solemnizado con su pre

El licenciado Diego Sanchez, id.
D. Pedro de Cazalla, id.
Juan Sanchez, vivo.

Doña María de Guevara, en ca-
dáver.

Doña Catalina de Reinoso, id. Doña Margarita de Santisteban, idem.

Doña María de Miranda, id. (Las cuatro monjas de Belen).

Doña Eufrasia de Mendoza, monja
de Santa Clara, id.

Pedro de Sotelo, id.
Francisco de Almarza, id.
Gaspar Blanco, id.

Juana Sanchez, beata, difunta,
quemados sus huesos y su efigie.

Reconciliados con penitencia.

Doña Felipa de Heredia.
Doña Catalina de Alcaraz.

Doña Isabel de Castilla.
Doña Catalina de Castilla.
Doña Teresa de Oxpa.
Ana de Mendoza.
Magdalena Gutierrez.
Leocor de Toro.
Ana de Calvo, beata.
Francisco de Coca.
Geronimo Lopez.
Isabel de Pedrosa.
Catalina Becerra.
Anton Gonzalez.
Pedro de Aguilar. Condenados es-
tos á varias penas.

Archivo de Simancas, Estado, legajo 137.-Llorente, Hist. de la Inquisicion, tom. IV., cap. XX., art. 2.-Cabrera, Hist. de Felipe II., b. V., cap. 3.

(1) Cabrera, Hist. de Felipe 11. lib. V., c. 3.-Leti, Vita, p. L., li

Doña Maria de Reinoso. (1odas bro XIV. tres monjas de Belen).

sencia el auto de fé, partió para Madrid, Aranjuez y Toledo.

En el segundo de estos puntos espidió una pragmática de las más estrañas y notables que habrá dictado ningun soberano. Es un documento que revela á las claras el carácter y las mi as de Felipe II., y descubre todo un sistema político y de gobierno. Decidido, se conoce, á impedir por todos los medios imaginables que acabáran de penetrar en España las doctrinas de la reforma que habian contenzado á infiltrarse en ella, parece se propuso aislarla completamente del movimiento intelectual del mundo, y poner una muralla entre España y Europa, y una aduana por donde no pudiera pasar una sola idea. Prohibió, pues, per esta pragmática á todos sus súbditos, eclesiásticos y legos ir á estudiar en las universidades, colegios ó escuelas de fuera del reino; porque los dichos nuestros súbditos, decia, que salen fuera des*tos reinos á estudiar, allende del trabajo; costas y peligros, con la comunicacion de los estrangeros y . de otras naciones se divierten y distraen, y vienen en otros inconvenientes..... Por lo cual mandamos que de aquí adelante ninguno de los nuestros súbditos y naturales, de cualquier estado, condicicion y calidad que sean eclesiásticos, ó seglares, trailes ni clérigos, ni otros algunos, no puedan ir ni salir deslos reinos á estudiar, ni enseñar, ni aprender, ui à estar ni residir en universidades ni estudios, ni co

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legios fuera destos reinos; y que los que hasta ago«ra y al presente estuvieren y residieren en las tales universidades, estudios ó colegios, se salgan y no estén más en ellos dentro de cuatro meses despues de la data y publicacion desta nuestra carta; y que las personas que contra lo contenido y mandado en «esta nuestra carta fueren y salieren á estudiar y aprender, enseñar, leer, residir ó estar en las dichas universidades, estudios ó colegios fuera destos reinos ó los que estando ya en ellos, y no se salieren y fueren y partieren dentro del dicho tiempo, sin tornar ni volver á ellos, siendo eclesiásticos, frailes clérigos, de cualquier estado, dignidad y condicion que sean, sean habidos por estraños y agenos destos reinos, y pierdan y les sean tomadas las temporalidades que en ellos tuvieren; y los legos cayan y incurran en pena de perdimiento de todos sus bienes, y destierro perpétuo destos rei«nos...... etc. (1). »

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No era fácil imaginar que hubiera un soberano en el siglo XVI. que quisiera incomunicar intelectualmente su nacion con el resto del mundo, y que hiciera crímen en sus súbditos enseñar á otros hombres ó aprender de ellos, hasta el punto de privarlos de sus bienes y hasta del derecho de nacionalidad. Con

(1) Pragmática de 22 de noviembre de 1559 en Aranjuez.Esta pragmática se imprimió en

1563 en Alcalá á continuacion del cuaderno de cortes de 1559.

esto y con los autos de fé tan repetidos. comprimido y como encarcelado el pensamiento, llenas de trabas las inteligencias, sujetas las ideas á la suspicáz é inexorable censura inquisitorial, privada España del comercio literario con las demás naciones, la especie de cordon sanitario de que se rodeaba á la nacion, sin duda era muy bueno para preservarla del contagio de la heregía de que empezaba á inficionarse, y para mantener la unidad católica; pero los demás ramos del saber humano tenian que estancarse y como eumohecerse, quedando la España rezagada en la marcha intelectual del mundo y á mucha distancia detrás de los deniás pueblos, tanto como hasta entonces se habia adelantado á casi todas las naciones.

Desde que Felipe II. volvió de Flandes, no habia cesado de dar disposiciones sobre el modo cómo habia de ser traida á España su tercera esposa la princesa Isabel de Valois, hermana del rey de Francia Francisco II., llamada la Princesa de la Paz, así por haber nacido cuando se ajustó la paz de Francia con Inglaterra, como por haberse concertado su boda con ocasion de la paz entre Francia y España. Deseaba el rey que se le hiciera el recibimiento más suntuoso posible. Al efecto comisionó al cardenal don Francisco de Mendoza, obispo de Burgos (1), y al duque del Infantado para que se adelantaran hasta la raya de

(1) Burgos no fué silla arzobispal hasta 1575.

Francia, y en su real nombre se entregára. allí de la persona de la reina y la acompañaser hasta Guadalajara, donde él habia de recibirla, dándoles las más minuciosas instrucciones sobre el ceremonial que habian de observar y tratamiento que habian de hacer asi à la reina como á los caballeros franceses que con ella venian, de los cuales eran los principalet el cardenal de Borbon y el duque de Vendôme, y espidiéndoles para ello poderes en toda forma (1),

Por varios incidentes se difirió algun tiempo el viage de la nueva reina. Al fin cruzó el Pirineo al comenzar el año 1560 por San Juan de Pié-de-Puerto, y en Roncesvalles fué entregada con toda ceremonia (4 de enero) á los comisionados régios de España, los cuales la trujeron con toda pompa, conforme à las instrucciones, hasta Guadalajara, donde se adelantó á incorporársele el rey desde Toledo. Veláronse allí los régios consortes (2 de febrero 1560), echándoles la bendicion nupcial el cardenal obispo de Búrgos, y siendo padrinos el príncipe don Carlos y la princesa de Portugal doña Juana su tia (2),

(1) En un códice MS. de la biblioteca del Escorial, señalado iij -23, se balla la corresponden. cia del rey con ei cardenal obispo sobre este asunto, con las instrucciones y ceremoniales, y el itinerario que habia de traer la reina desde Poitiers à Roncesvailes, y otro desde Roncesvalles à Guadalajara: hay varias cartas del rey, escritas en octubre, noviem

bre y diciembre, desde el bosque de Aranjuez, Madrid y Toledo.— So ha insertado esta correspondencia en el tomo III. de ia Coleccion de Documentos inéditos, páyinas 418 a 448.

(2) Actas de la entrega de la reina Isabel; archivo de Simancas, Estado, leg. 381.-Era el rey, dice el historiador Cabrera, de 33 años, 9 meses y 20 dias, y la rei

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