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presente à medida que los trabajos parciales que sucesivamen. te realice constituyan material suficiente.

En el espacio de medio siglo sólo tres Maestros han orientado y dirigido la evolución científica de la cátedra de Derecho internacional privado de la Universidad de Buenos Aires, desde 1863, cuando apenas bocetaba vagamente sus perfiles la asignatura, hasta 1907, en que se la ha enseñado, bajo la pauta de un programa que haría honor á cualquier Universidad del mundo.

Pinedo, Alcorta y Zeballos marcan las tres etapas de la enFeñanza del Derecho internacional privado. Correspondió al primero el período de ensayo, indeciso y vacilante. Con el Doctor Alcorta, la enseñanza del Derecho internacional privado se elevó al nivel que en el plan de estudios le correspondía. Zeballos ha sido un maestro en el concepto más amplio y elevado de ese título dignísimo, maestro de quince generaciones. El Sr. Calandrelli está llamado á continuar su obra.

Contiene el libro que tenemos á la vista interesantes estudios sobre algunos rumbos fundamentales, el régimen de los bienes y la capacidad para adquirirlos, introducción à un curso de Derecho internacional privado marítimo, capacidad para contraer matrimonio, intervención de los Cónsules en las sucesiones, resoluciones del Instituto de Derecho internacional, conferencias y convenciones de La Haya, Comité marítimo internacional, Asociación de Derecho internacional y diferentes resoluciones de Congresos.

Esperamos la publicación de nuevos tomos, y deseamos que el Sr. Calandrelli, con sus trabajos y los de sus alumnos contribuya á llenar el vacío que nota, haciéndose digno de ocupar un lugar preeminente al lado de sus ilustres maestros Alcorta y Zeballos.

Aparte del mérito de los estudios incluídos en el volumen, comprende éste las conclusiones de los Congresos que tienen relación con el Derecho internacional privada, datos de interés que es difícil encontrar fuera del mismo.

7. Ministerio de Relaciones Exteriores. La Conferencia pan-americana de Buenos Aires. Informe presentado por los Delegados plenipotenciarios de Chile en la Cuarta Conferencia internacional americana, reunida en Buenos Aires, desde el 12 de Julio hasta el 27 de Agosto de 1910. Santiago de Chile, 1911.Un tomo de 410 páginas.

La Delegación de Chile en la cuarta Conferencia internacional americana, ha informado al Ministerio de Relaciones exteriores de su país acerca del desempeño de la misión que se dignó conferirle el Gobierno, así como de las conclusiones á que llegó aquella asanbleя.

Para apreciar debidamente los resultados de la última Conferencia pan-americana, han creído necesario relacionarlos con los trabajos de las Conferencias anteriores, porque han estimado que sólo así se conocerán con precisión los antecedentes de las Convenciones y Resoluciones suscritas en Buenos Aires; el origen y alcance de estos acuerdos y de los principios fundamentales que en ellos se consignan.

Este estudio comparativo, además de procurar el objeto indicado, permite abarcar en su conjunto y en forma sintética las diversas materias tratadas en las Conferencias. De esta suerte, pueden observarse las ideas y propósitos que han venido dominando en cada una de estas asambleas, así como el rumbo que cada una de ellas ha impreso á las materias de su respectivo programa. En otros términos, tal estudio permite conocer en sus hechos constitutivos y reales el movimiento denominado pan-americano y entrever su orientación futura.

Se ha dividido este informe en tres partes principales: la primera trata de los antecedentes mismos de la Conferencia de Buenos Aires. Aquí se incluye la relación de los trabajos preparatorios de la delegación, así como la constitución de la Asamblea en la capital argentina. La segunda expone en forma de estudio comparativo la labor efectuada por la Conferencia, siguiendo el orden de materias establecido en el programa, y la tercera contiene los documentos más importan

tes, especialmente el texto de las diversas conclusiones y reso luciones votadas.

Se examinaron en la Conferencia los informes de la diversas delegaciones, y se discutieron entre otros puntos de menor interés, los siguientes temas: Codificación del Derecho internacional, reorganización de la oficina de las Repúblicas americanas, ferrocarril pan-americano, comunicaciones por vapor, uniformidad de documentos consulares, reglamentos de Aduanas, etc., policía sanitaria, propiedad intelectual, reclamacio. nes por daños y perjuicios pecuniarios é intercambio de pro fesores y estudiantes.

La Delegación chilena desempeñó un brillante papel en la Conferencia, y el Ministerio de Relaciones Exteriores ha prestado un excelente servicio al hacer público su informe.

MANUEL TORRES CAMPOS.

LA SOLIDARIDAD SOCIAL EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO

El ideal tipo solidario es el universal, ya que la actual socialización orienta hacia la interdependencia de todos los seres humanos, al punto de hacerlos cointeresados con los más dispares en clase, religión, ciudadanía, etc.

Sin embargo, los momentos presentes son todavía de lucha, de contraste, á lo más de solidaridades de grupo, que más ó menos desarrolladas, más o menos amplias, las hubo siempre. Y esto es debido á la crisis profunda en que están todas las instituciones sociales, excepción hecha del Estado, que aún no ha tenido realidad sustantiva, porque todavía necesita de normas coactivas para afirmar e como tal Estado por excelencia.

La solidaridad, según algunos, ha de triunfar con el socialismo como forma de gobierno; según otros, Garofalo principalmente, con el individualismo bien entendido; es decir, con el que da á cada uno la responsabilidad de sus acciones y exige plena y entera libertad de trabajo, pero al mismo tiempo sostiene y protege á los que no pueden bastarse á sí mismos.

Cualesquiera de estas concepciones son vulnerables. La socialista porque con su estatismo, que va desde gobernante de los hombres hasta administrador de las cosas», puede negar la concepción solidaria que se apoya en la interdependencia espontánea de los seres. Y el individualismo porque pretende establecerla, subsistiendo el estado actual de la sociedad, como TOMO 120

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imperativo moral por cima y á despecho de las desigualdades económicas y, por tanto, jurídicas.

Se precisa buscar un punto armónico. Hélo aquí: el socia lismo y el individualismo no son ideas opuestas; por supuesto, considerándolas en absoluto, sin adjetivos que encaucen su esencia en una determinada dirección; al contrario, se completan. La fórmula de Stein es exacta: individualizar más para socializar más, socializar más para individualizar más. La socialización máxima supone el consensus, y esto no puede lograrse sin que cada individuo afirme y vigorice su personalidad; á la inversa, cuando el individuo desarrolla por completo su plena vida individual, se ve acuciado por la ley fatal del progreso con nuevas necesidades que por sí sólo no puede satisfacer; entonces se socializa, esto es, se une à los que sienten iguales necesidades, para con el esfuerzo unánime cumplirlas debidamente. Pero teniendo siempre en cuenta que en esta doble reacción es lo primordial el individuo; sin él y sin su esfuerzo, sin sus perdurables tendencias sociales, la sociedad no existiría. El individuo es el principio y fin de toda vida orgánica y psíquica.

La solidaridad es el triunfo de la socialización en todos los órdenes.

¿Por qué, pues, empeñarnos en buscar la solidaridad completa, el solidarismo como norma de conducta, en las fragmentarias y unilaterales instituciones sociales, excepción hecha del Estado, que actualmente existen? En ellas se va tras otros fines para los que está capacitado el individuo, pero no lo está para el fin solidario como formando parte de ellas.

En la solidaridad no hay, no puede haber grados de evolu ción; ha de ser una explosión unánime; de otro modo se desvirtuaría su esencia intima. Por eso la solidaridad completa no puede existir si hay un solo individuo en su contra; supone una relación de interdependencia entre los factores hombres.

Acudamos al in dividuo para ver si en él hay tendencia al so

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