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DE LA

ADMINISTRACION DE JUSTICIA

Y DEL ANTIGUO GOBIERNO

DEL

PRINCIPADO DE ASTURIAS.

CAPITULO I.

TIEMPOS PRIMITIVOS.

Uno de los mas graves obstáculos que se tocan cuando se in

tenta descorrer el denso velo en que estan envueltos el orígen y primitivas costumbres de los pueblos, y que dificulta, sinó imposibilita, los esfuerzos del laborioso y diligente historiador, es sin duda la falta de datos ciertos y seguros, pues sin ellos corre grave riesgo de caminar con pié inseguro al través del enmarañado laberinto de sus penosas y complicadas investigaciones. En los remotos tiempos á que nos referimos, seria muy aventurado dar á los hechos el carácter de certeza que es el distintivo de la historia, porque los pueblos, entregados en su infancia á la caza, á la agricultura y á la guerra, no se cuidaban de dejar consignados en documentos, en inscripciones ó en otros monumentos las diferentes vicisitudes por las que fueron sucesivamente atravesando. En medio pues de esta oscuridad, hay necesariamente que apelar, como recurso estremo, á los imper

fectos datos que nos dejaron en sus obras los geógrafos é historiadores antiguos Estrabon, Silio Italico, Pomponio Mela, Plinio, Lucio Floro, Toloméo y algunos otros, y sobre las opiniones de estos sàbios y respetables escritores, fundaremos las nuestras como fundaron y robustecieron las suyas los modernos, modificandolas estos á medida que el estudio, la observacion y nuevas investigaciones vinieron á demostrar la inexactitud de lo que en lo antiguo se tuvo como cierto.

Sentados estos precedentes, y concretándonos en esta historia tan solo á lo que tenga interés directo ó indirecto con la administracion de justicia en la provincia de Asturias, hemos creido que debiamos de dar principio á nuestras investigaciones por el origen del nombre de esta antiquísima region. Silio Itálico, que escribió en el siglo I de la era cristiana, sostiene que los astures ó habitantes de Asturias recibieron este nombre de Astir Armigero de Menon que vino á poblar este pais. San Isidoro, arzobispo de Sevilla, toma otro rumbo distinto Ꭹ hace proceder el nombre de Asturias ó de los astures, del antiguo rio Astura, que hoy cruza la provincia de Leon y es conocido por el Esla, en cuyas márgenes, dice aquel santo y sábio escritor, vivian aquellos pueblos cercados de montes y selvas, teniendo por su capital á la antigua ciudad de Asturica, hoy Astorga. El erudito P. Fr. Luis Alfonso Carvallo en sus Antigüedades de Asturias refiere, que invadida España por los cartagineses, vinieron de Africa entre ellos los Astires ó Astures y se establecieron en Andalucía, que posesionados estos pueblos de la Galicia 279 años antes de Jesucristo, invadieron las fértiles llanuras de Castilla fundando la ciudad de Asturica, y como se estendieran por las montañas de Leon hasta las playas del mar Océano, se dió á esta dilatada region el nombre de Asturias ó tierra de los astures. Don José Manuel Trelles en su Asturias ilustrada en armonía hasta

cierto punto con el parecer de Silio Itálico, hace descender á los habitantes de este pais de lós troyanos que, despues del incendio de aquella famosa ciudad, vinieron á España con el príncipe Astir hijo de Menon rey de Oriente, nieto del rey Titon y viznieto de Yllo IV, rey de Troya, y sienta como cosa averiguada, que estos proscriptos levantaron una ciudad 140 años antes de Jesucristo que se llamó Astirica ó Asturica, á fin de que se conservara siempre la memoria del ilustre príncipe Astir su fundador.

Aun pudieran citarse las opiniones de otros escritores en cuanto al origen del nombre de esta provincia, pero de propósito las hemos omitido, porque todas ellas, lo mismo que las espuestas, escepto la de San Isidoro, carecen de crítica Ꭹ mas bien pueden considerarse como dorados sueños producidos por un exagerado amor al pais, que juiciosas apreciaciones hijas de la meditacion y de un estudio profundo de la historia. Fué achaque muy comun en los historiadores de los pasados siglos, sutilizar y poner en prensa su inteligencia para buscar etimologias que dieran á los pueblos una asombrosa antigüedad, creyendo, equivocadamente, que esto influia en su mayor importancia. Hoy que la crítica severa se encarga de examinar, comparar y puntualizar los hechos y sus épocas, y deducir de ellos lógicas consecuencias; hoy que se prescinde de esas fabulosas abstracciones, que ha variado la opinión en este punto, y que el ser reputado un pueblo por grande é ilustre, no se cifra en su mucha ó poca antigüedad, sino en su ventajosa situacion topográfica, acontecimientos que en él han tenido lugar y en el desarrollo de su industria y comercio, no hay porque ocuparse con empeño en estériles investigaciones. Asturias no necesita dar á sus primitivos pobladores esa fabulosa y exagerada antigüedad para ser una de las mas nobles provincias de España: su heróica

historia es el blason que mas la encumbra y enaltece: ceñida al norte por las inquietas aguas del grande Océano, se ven á lo largo de su costa cómodos y desahogados puertos que facilitan el comercio, sirviéndole de poderoso auxiliar las diferentes carreteras que, partiendo de la capital del principado corren en distintas direcciones á enlazarse con las de las provincias limítrofes. Encierra dentro del corazon de sus elevadísimas montañas impenetrables bosques de escelentes maderas de construccion, dilatadas y frondosas praderías para la cria de ganados y ricos veneros de carbon de piedra y de otros preciosos minerales, que se esplotan con avidez por nacionales y estrangeros: favorecida por la naturaleza con todas las condiciones necesarias para el desarrollo en grande escala de la industria fabril, que forma ya una parte considerable de su riqueza, está hoy asegurado su porvenir, y no se mira muy lejano el dia en que desenvolviendo los poderosos elementos de prosperidad y de vida con que cuenta esta privilegiada provincia, y llevado á ejecucion el trazado de su ferro-carril y gran puerto de refugio, se la vea figurar, bajo de este punto de vista, al lado de las mas industriosas de la península.

Volviendo á la etimología del nombre de Asturias, vamos á presentar la opinion que, en nuestro concepto, es mas juiciosa é ilustrada, que lo es indudablemente la emitida por San Isidoro de Sevilla, sostenida y dilucidada con grande erudicion por el P. M. Fr. Manuel Risco en su continuacion á la España Sagrada (a). Este entendido escritor opina, que el rio Esla se llamó en lo antiguo Extula, Estola, Stola, nombre que alterado con el transcurso del tiempo, vino á quedar en el de Astura, y de ahí llamarse asturos ó astures á todos los habitantes de las poblaciones que estaban situadas y se estendian á lo largo de este antiguo y caudaloso rio. Si se consulta y medita la (a) Tomo 37, pág. 9.

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