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haya sido extraño á los árabes; y si unas veces estaban mezclados, como ya se ha dicho, razonamientos profundos, observaciones delicadas é ingeniosas experiencias con sueños ilusorios y esperanzas quiméricas, herencias de las ciencias ocultas y teológicas caldeas; si por esta razon y por la natural á toda civilízacion que se desenvuelve de mezclar las verdades demostradas con los prejuicios heredados, los errores consiguientes á teorías é hipótesis, más ó ménos erróneas, de que ninguna generacion, incluso la actual, está libre, errores que provienen de la carencia de datos necesarios y del conocimiento de todas las circunstancias que determinan la ley para poder juzgar con acierto del alcance de ésta, en cambio no puede negarse, sin ser evidentemente injustos, que en más de una ocasion las explicaciones dadas por algunos de ellos, relativas á ciencias físicas que pasan por muy modernas, dejarian poco que desear á los sábios de la actual centuria. Así, por ejemplo, cuando el ilustre Avicenna, de quien ya se habló, y del cual habremos de ocuparnos más tarde con un poco más de detencion, hablaba de la formacion de las montañas, se creeria estar leyendo las obras de un geólogo moderno. Hé aquí sus palabras: «Las montañas pueden ser debidas á dos causas diferentes: ó resultan de un levantamiento de la costra terrestre, producido por un fuerte temblor de tierra, ó á la accion del agua que, obligada á abrirse paso, ha desnudado los valles. Los vientos y las aguas desgregaron las partes blandas del suelo, dejando intactas las capas duras. La mayor parte de las montañas de la tierra deben su orígen á esta accion de las aguas: ha sido necesario un enorme período de tiempo para que estos cambios hayan podido verificarse; y durante este inmenso período, las montañas mismas perdieron parte de su masa. Pero que el agua sea el agente principal de estos efectos, lo prueba la existencia de animales fósiles acuáticos y otros sobre las cimas más elevadas.» Con no ménos ámplio criterio habla de los aerolitos, haciendo constar en ellos la abundancia del hierro, y deduciendo de aquí que la materia de que se componen los cuerpos celestes no es diferente de la que compone la tierra. Y afirma haber visto una espada forjada con hierro de un aerolito, añadiendo que no podia usarse por lo árido y quebradizo de la materia de que estaba compuesta.

Si el azar, la fortuna ó la Providencia hubieran querido que no se hubiese abandonado este camino científico de observacion y de expe

TOMO LXXXVIII

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riencias; si esta tendencia práctica de los árabes se hubiera unido á los métodos de organizacion social que áun con sus correspondientes defectos y anomalías siguieron las sociedades cristianas de Europa, otro hubiera sido el estado de la civilizacion actual.

(Continuará.)

MANUEL BECERRA.

USOS Y ABUSOS DE LA ESTADÍSTICA

(Continuacion)

XVI

«Un Estado es la combinacion de un territorio y de una poblacion. El territorio tiene un carácter propio; la estabilidad: la poblacion el suyo; la variabilidad. La estabilidad representa el espacio; la variabilidad el tiempo. Ahora bien, la Geografia tiene por objeto el primero, la Historia el segundo y la Estadística es el lazo de union entre ambos (1).»

<«<Aunque insistimos en la necesidad de considerar como pertenecientes á diversas ciencias las materias que constituyen el asunto de los tratados ordinarios de Geografía, declaramos que la diferencia entre esta ciencia y la Estadística no consiste, por decirlo así, sino en que las consideraciones que forman el objeto principal en la una vienen á ser lo accesorio en la otra, y viceversa (2).»

Tales cosas se han dicho para fijar las relaciones entre la Geografía y la Estadistica. No parece sino que se ha querido desorientar al que en virtud de sus propias reflexiones se hallara

(1) M. K. Kezwichi. Mission de la Statistique.

(2) J. J. de Omalis d'Halley. Notions elémentaires de Statistique.

en camino de comprender aquel enlace, y hacer ininteligible un punto tan sencillo como expresar los servicios que mútuamente prestasen aquellos dos ramos del saber humano.

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Tiempo atrás, en los tratados de Geografía se decia, por ejemplo: La nacion A está muy poblada, sus productos agricolas son muy importantes, y numerosas sus manufacturas, pero escasos sus criaderos minerales y poco próspera su ganadería; su comercio es activo, abundantes sus medios de comunicacion, concurridos sus puertos y numerosa su marina mercante; el clima, en cambio, es poco saludable, y grande, por lo mismo, la mortalidad; sus escuelas son muchas, aunque medianamente concurridas, la criminalidad muy poca, etc., etc. Pues bien; ahora, y merced á la Estadística, los autores de Geografía, en lugar de esos adverbios mucho, poco, medianamente, etc., etc., que constituyen noticias harto vagas, por lo relativas que son, pueden emplear datos los más precisos y completos y decir: En A hay habitantes por kilómetro cuadrado; sus productos agrícolas consisten, por término medio anual, en hectolitros de trigo, z de cebada, z de centeno, z de vino, z de aceite, etcétera, etc.; el número de sus fábricas de tejidos asciende á x, con x husos, y movidas por caballos de fuerza; sus minas producen a toneladas métricas de hulla, x de plomo, ≈ de hierro, etc.; su ganadería se halla representada por X cabezas de ganado caballar, x de vacuno, z de lanar, etc.; su importacion es de millones de pesetas y la exportacion de ; las mercancías que en la primera alcanzan mayores cifras, son: a, b, c y d; el valor de a asciende á x; el de b á x, etc.; los países con que mantiene comercio más activo, son: f, gy h; la exportacion á ƒ representa el a por 100 del total; lo exportado á g el, etc.; los ferro-carriles miden una longitud total de ≈ kilómetros, las carreteras, los canales de navegacion æ; su marina mercante consiste en a buques de vela con un tonelaje total de x y z buques de vapor con x toneladas y caballos de fuerza; la mortalidad es de X defunciones por cada 100 habitantes; sus escuelas z, concurridas por z alumnos; la criminalidad de delitos ó a delincuentes por 100 habitantes, etc.

Hé aquí el grandísimo servicio que la Estadística presta á la Geografia; y explicado de este modo, ya es ocioso encarecerlo.

*Lo que antes sólo podia darse á conocer de un manera vaga é incompleta, hoy se sabe con toda exactitud y con los mayores detalles; y como ya son muchas las naciones que poseen su Estadística, sencillas referencias á los hechos de igual índole registrados en el extranjero pueden aumentar considerablemente la utilidad de los tratados de Geografía; porque, mediante facilisimos cuadros comparativos, pueden, con escaso trabajo, sus autores dar á conocer la situacion, al mismo tiempo que del país á que especialmente se refiera su libro, la de las naciones con que convenga compararlo.

Y no son ménos importantes los servicios que, en cambio, presta la Geografía á la Estadística; porque la configuracion del territorio, el conocimiento de sus cuencas, las altitudes y latitudes, la proximidad ó alejamiento de las costas, la dimension de las montañas, el clima, etc., son elementos tan indispensables para el estudio de muchos de los hechos investigados por la Estadística, que sin su conocimiento no es posible intentar trabajo alguno verdaderamente provechoso. Considérese, si no, por ejemplo, á qué quedaria reducido un estudio sobre la mortalidad de un país, si, por carecer de los datos geográficos correspondientes, no pudiéramos determinar la influencia que en un fenómeno tan importante pueden ejercer las condiciones fisicas de las respectivas localidades.

Nada, pues, más íntimo ni más fácil de demostrar que el enlace entre la Geografía y la Estadística; y al expresarnos así, nos referimos á la Geografía propiamente dicha, á la Geografía física, que es la verdadera Geografía, como la etimología lo indica; porque, respecto á la llamada Geografía política, las relaciones con la Estadística son tan estrechas, que se confunden, hasta el punto de que hoy, entre decir, por ejemplo, Estadistica de España y decir Geografia política de España, no hay más diferencia que la de que en el primer caso se emplea una denominacion más propia, más precisa y más completa, por cuanto la palabra Estadística procede, como todos saben, de status, es decir, de Estado, como sinónimo de nacion, segun unos, ó de estado, equivalente á situacion, segun otros, y de cualquier modo se aplica perfectamente á la descripcion de un país, bajo los diferentes aspectos que importe distinguir en él para conocerlo

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