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LA AGRICULTURA

Y LA ADMINISTRACION MUNICIPAL

(Continuacion.)

Granjas-escuelas.

Deben tener éstas, además de un carácter docente, eminentemente práctico y de aplicacion muy local para corresponder al plan que estamos trazando, una tendencia á imprimir simultáneamente al trabajo agrícola los conocimientos que requieren esta profesion y la enseñanza primaria. De este modo, los hábitos del niño, en vez de ser sedentarios, como ocurre ahora durante la edad de tres á trece años, podrán convertirse en activos, especialmente desde los siete á los trece. Esta educacion ha de basarse precisamente en el trabajo material al aire libre y recibir á par del mismo, y con la sobriedad posible, los principios científicos más indispensables. Estos principios, en la parte teórica, y los de instruccion primaria en lo que requieren el ejercicio sedentario de la escuela, deben explicarse con más extension en los dias inhábiles para el trabajo en el campo por causa del mal tiempo, ó en las noches largas del invierno; y áun acaso convenga tambien dedicarles unas dos horas diarias en las demás circunstan cias. Sólo así podrán formarse excelentes labradores dotados de ver

dadero sentido práctico, bien para sus trabajos propios ó ya como obreros de labranza.

Esta educacion, favorable al grado que alcance la Agricultura de cada localidad, debe ser el fin preferente de las Granjas-escuelas, y en su dia la mejor forma para organizar en los pueblos la instruccion primaria, sobre todo en los que domina la Agricultura; pues en aquellos en que más predominan las profesiones industriales y mercantiles, cabe tambien la enseñanza de las mismas en escuelas primarias especiales, y, simultáneamente, en ciertos pueblos, á la agrícola: combinar el sistema de la enseñanza en esta forma, no ha de ser cosa difícil.

Museos y bibliotecas agronómicos.-Exposiciones locales y regionales.

Se comprenderá fácilmente, conocido ya nuestro criterio, la organizacion que vamos á recomendar para la creacion de Bibliotecas, Museos y Exposiciones; instituciones que, cual las demás, no se prestan á vivir bajo la tutela oficial y necesitan de las comunales, que nos faltan por completo y no cabe suplirlas por otras.

Estos elementos del progreso agrícola responden, de ordinario, á la direccion extraviada que lleva nuestra cultura y al influjo de la política, sentido en nuestra pátria en todas las antiguas y modernas instituciones; así se advierte que éstas sirven tan sólo para satisfacer la escasa ansiedad que la opinion muestra hácia ellas. Por esto se convierten, de ordinario, en un medio de ostentacion, merced al culto que se presta á lo brillante y aparatoso, sin que dichas instituciones respondan, en general, como debieran, á un plan sério y meditado favorable al fomento de la riqueza agrícola. Tambien se resienten de la incompetencia de los indivíduos que las crean, y por consiguiente de la de aquellos que las organizan ó dirigen.

Los Museos y las Exposiciones han de formar, necesariamente, una parte integrante del plan general orgánico que requiere el mejoramiento agrícola, y responder á las aplicaciones inmediatas, á las prácticas seguidas en el país; esto es, á las del modesto grado que hoy alcanzan el cultivo y la ganadería, que es ciertamente el que desde luego precisa atender mientras se llega á dominarle. Debe renunciarse asimismo á toda pretension exagerada de conseguir dicha mejora en otra escala más superior.

Y si el objeto de estas nuevas instituciones ha de llenarse para que los Museos, Bibliotecas y Exposiciones sean fecundos y eviten la confusion que hoy producen en la casi totalidad de los que los visitan con el propósito de aprender en ellos, han de reducirse en lo que se refiere á los adelantos modernos, haciendo figurar éstos en escala muy modesta y con el arte necesario á fin de alcanzar que los ganados, las máquinas, los procedimientos y los productos de la Agricultura más adelantada sirvan tan sólo para el estudio de comparacion, marcando así el rumbo hácia donde han de dirigirse nuestros esfuerzos. Mas para ello precisa que desde luego dejemos unos la inercia intelectual que ahora nos aplana y curemos otros la fiebre que exalta nuestra fantasía, comenzando á cooperar todos de consuno á la obra comun de nuestra regeneracion agrícola; es esta sobrado lenta para empezarla por donde intentamos de ordinario, justamente por donde debe acabarse. Sólo así nos colocaremos al nivel de otras naciones adelantadas.

Libros, Folletos, Revistas, Conferencias y otros medios de instruccion y propaganda.

Si la direccion extraviada que lleva nuestra política y la perturbacion consiguiente que fuera de los partidos se revela generalmente refléjanse en toda la vida nacional, en nada, por desgracia, se advierten tanto y son más funestos estos males, que en el campo literario y en las conferencias agrícolas. En éstas y en aquél la confusion, la oscuridad y el culto á lo utópico, á lo florido y brillante, dan lugar, ante los estériles resultados que se producen muy de ordinario por escritores y oradores, al desprestigio de éstos y de todos los demás indivíduos ilustrados que intentan teóricamente guiar las prácticas agrícolas. De este modo, las fuerzas vivas del país se divorcian cada vez más de aquellos ingenieros, funcionarios y escritores que representan el espíritu progresivo, y más especialmente de los que, entre éstos, se consagran á las profesiones agrícolas. Así se engendra y sostiene, inevitablemente, viva la lucha irreconciliable entre la ciencia y la práctica, lucha sin razon de ser cuando la primera llena su cometido.

De aquí que el Libro y el Folleto, que debieran ser fruto del esfuerzo del pensamiento y de la experiencia, alcanzados sobre las ne

cesidadęs reclamadas por los problemas que son objeto de los mismos, suelen ser, por el contrario, producto de la erudicion y de cierto arte literario. Por esto, tambien, ambos medios de instruccion y propaganda carecen con frecuencia de sentido práctico, y no responden á la satisfaccion de aquellas necesidades.

Las Revistas suelen abarcar en conjunto las materias que se refieren á la Agricultura en el sentido más abstracto posible: ocúpanse á la vez en lo que atañe al cultivo y á la ganadería, en las industrias agrícolas, en las enfermedades de los ganados y de las plantas, en la maquinaria agrícola, en la estadística y en la economía rural, si bien de una manera incompleta respecto á esta rama de la agronomíaatendido el punto de vista que informa estos estudios-puesto que se prescinde del Municipio, factor más importante de la economía agricola. Sin tener en cuenta el derecho local en sus múltiples manifestaciones, no cabe estudiar ni considerar la Agricultura fuera de su carácter técnico ó artístico, supuesta la trabazon que con dicho organismo político tiene esta industria.

Tan abrumador y heterogéneo cúmulo de materias no puede ménos de fatigar á los lectores, cuando su espíritu se halla abatido por el pesimismo y su inteligencia está profundamente perturbada y enmohecida por causa de la centralizacion unitaria, por cuyo motivo se ve obligada á una funcion meramente rutinaria é inactiva.

Únase á estos males, que los problemas municipales quedan intactos de ordinario; que se abusa del lenguaje científico, inaccesible á la generalidad de las gentes para quienes se emplea; y que, como dejamos dicho, se muestra preferencia á lo que tiene brillantez: todo esto contribuye á hacer infecundos los nobles esfuerzos de muchos escritores, cuyo talento reconocido le influye y aminora el sentido extraviado que nos domina.

Con igual criterio que se escriben las Revistas, dánse al público las Conferencias. Se ostenta en éstas, de ordinario, una erudicion científica tan agradable como vana, que apenas si aprovecha el público. Y de aquí el origen del descrédito en que han caido, por no mostrarse en ellas, segun debiera hacerse, la tendencia lógica á favorecer, por la aplicacion de los principios científicos á los métodos y procedimientos, las necesidades más prácticas y apremiantes que siente la Agricultura. Los temas elegidos para las Conferencias prueban bien lo que decimos: los principios de la química moderna, por

ejemplo, dados á conocer por el eminente químico aleman Liebig, se exponen en lenguaje ininteligible para el modesto público que las escucha; siendo, por otra parte, inaplicable el fondo á una Agricultura tan abatida como la nuestra, que abandona, por ejemplo, el fácil aprovechamiento de los estiércoles y el de otros abonos abundantes de que con facilidad dispone. Necesita ésta, por ahora, más que de dichos principios, de prudentes consejos, ó mejor aún de ejemplos de un carácter real y práctico sobre el aprovechamiento de los abonos y otras muchas sustancias fertilizantes que se despilfarran en la actualidad, así como de procedimientos racionales de cultura que mejoren los conocidos. Otros ejemplos pueden mostrarse de este fatal sentido en las escasas conferencias explicadas en esta provincia. Citaremos, entre ellas, la primera, que empezó á publicar el Boletin oficial de Santander, sobre la filoxera; tema de escaso interés, cuando no existen viñedos, si se exceptúan los de Liébana, muy reducidos y atacados hace años del oidium, enfermedad que los labradores saben curar ya con el azufre: tambien fué expuesta la conferencia en lenguaje tan científico, que puede considerarse inaccesible á la generalidad de los viticultores. Pero, sobre todo, si se toma en cuenta que el suelo de la provincia produce espontáneamente el arbolado por todas partes, y se halla casi destruido por la incuria administrativa y la carencia absoluta de guardería rural, ¿no choca, y es de extrañar sobremanera, que esta conferencia, que tuvo un carácter inicial de las que iban á darse, fuese explicada por el Ingeniero-Jefe de montes, que ejerce cl cargo hace muchos años en la provincia, y debia conocer la esterilidad del tema y la importancia de otros más urgentes que influyesen en contener la tala total de ese arbolado encomendado á su direccion y cuidado?

Otras conferencias se han dado de igual naturaleza, notándose en todas ellas que ni por incidencia se ha tocado, no ya lo de carácter práctico y de aplicacion inmediata, sino lo relativo al estado anárquico de los municipios; y ménos aún lo referente á la mejora de algunos servicios urgentes é indispensables de los mismos. El influjo de estas conferencias en la Agricultura, tal como las proponemos, sería mucho más beneficioso que el conocimiento abstracto y muy elevado de las ciencias naturales, cuya difusion no cabe dar á un público incapacitado, para comprender los principios teóricos de las mismas, y para aplicarlos, siendo como es del todo extraño al lengua

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