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No pueden negarse á Alfonso V. de Aragon grandes cualidades como príncipe y como guerrero: esforzado, enérgico é infatigable en las guerras; prudente, magnánimo y justo en el gobierno, menos severo que clemente, y casi siempre benéfico y liberal, no estrañamos que el cronista de Aragon diga con cierta especie de entusiasmo, á despecho de algunos escritores italianos que han intentado zaherirle: «que fué el mas esclarecido príncipe y mas excelente que hubo en Italia desde los tiempos de Carlo-Magno (1).» Si á algunos pudo parecer ambicioso por su afan de conquistar á Nápoles, á cuya corona se creyó con mas derecho que otro alguno, debió dejar de parecerlo cuando renunció la herencia de Milan con que se le convidaba, y de→ claró no ser su intencion sojuzgar otros estados italianos.

El defecto que hallamos al largo reinado de Alfonso V. es haber sido todo estrangero. Enamorado de la bella Italia, donde pasó toda la segunda mitad de su vida, Alfonso desde que conquista á Nápoles, reina mas en Italia que en Aragon. Es un monarca que estiende á estraños paises las glorias aragonesas, que se hace como el centro y el eje de toda la política de Europa, y que abre y desembaraza un nuevo campo de gloria á los reyes de España sus sucesores; pero estas glorias esteriores ejercen sobre Aragon una influencia mas brillante que provechosa, mas funesta que útil.

Creemos tambien que con la presencia de Alfonso en Aragon hubieran podido tener solucion mas favorable y pronta las largas y reñidísimas contiendas que alli se debatian entre los reyes y príncipes de Navarra y de Castilla, y que debieron ser para él preferibles á las cuestiones de Génova, de Milan, de Venecia, de Florencia y de Turquía. En otra parte le juzgaremos mas detenidamente.

(1) Zurita, lib. XVI. cap. 42.

CAPITULO XXIX.

JUAN II. (el Grande) EN NAVARRA Y ARAGON.

De 1425 á 1479.

Situacion de Navarra á ultimos del siglo XIV. y principios del XV.-Doña Blanca y don Juan reyes de Navarra.-Conducta de don Juan: disgusto de los navarros.-Muerte de doña Blanca.-El príncipe don Cárlos de Viana -Bandos de Agramonteses y Biamonteses.-Casa el rey con doña Juana Enriquez de Castilla-Odio y persecucion del rey y de la reina al príncipe Cárlos: graves disturbios que produjo.-Sitios de Estella y Aibar: el principe prisionero de su padre.-Cómo y por qué fué puesto en libertad: su ida á Nápoles y Sicilia.-Cualidades y prendas del príncipe Cárlos: su popularidad.--Vuelve á Mallorca y Cataluña: entusiasmo de los catalanes: niégale su padre el título de primogénito y sucesor del reino.-Prision de don Cárlos: indignacion pública: sublévanse en su favor los catalanes: le rescatan: festéjanle en Barcelona.-Actitud de Cataluña: duras condiciones que imponen al rey don Juan de Aragon: tratado de Villafranca.-Muer te del príncipe de Viana: su índole, condicion é inmerecidos infortunios.-El infante don Fernando es jurado sucesor en los reinos de Aragon.-Guerra de diez años en Cataluña contra el rey don Juan.-Política de Luis XI. de Francia.-La princesa doña Blanca de Navarra muere envenenada.-El conde y la condesa de Foix.-Animo varonil de la reina doña Juana de Aragon.-Los catalanes ofrecen la corona del Principado al rey de Francia, al de Castilla, á don Pedro de Portugal y al duque de Anjou, antes que someterse á su legitimo soberano.-Admirable obstinacion de los catalanes.-Muere la reina doña Juana.-El rey don Juan pierde la vista: cómo la recobró.-Famoso cerco de Barcelona: sométense los catalanes al rey, y con qué condiciones.-Recobra el rey don Juan el Rosellon y la Cerdaña que le tenia usurpados Luis XI.-Sitio de Perpiñan.-Entrada triunfal de don Juan II. en Barcelona.-Muerte de don Juan II.—Cualidades de cste monarca. Estado en que dejó el reino de Navarra.-Doña Leonor, condesa de Foix.-Francisco Febo.

Aunque mucha parte de los hechos de este monarca, desde que fué proclamado rey de Navarra en union con doña Blanca su esposa hasta que heredó la corona de Aragon, los hemos referido ya en los capítulos corresTOMO IV. 30

pondientes á los reinados de don Fernando I., de don Alfonso V. de Aragon y de don Juan II de Castilla, por la intervencion que tuvo en las cosas de Sicilia, de Nápoles, de Aragon y de Castilla, menester es, antes de continuar la historia de la monarquía aragonesa bajo el gobierno de don Juan II., decir algunas palabras acerca de la situacion del reino de Navarra y de la posicion en que se hallaba este rey al tiempo que se unieron en su cabeza las dos coronas (1).

Navarra, que durante cuatro reinados (de 1284 á 1328) había sido como una provincia francesa, y que después, aunque volvió á darse reyes propios (de 1328 á 1387), parecia mas mezclada en los intereses y en las intrigas de la Francia que en los de los demas reinos españoles, no habia suministrado en el reinado de Cárlos el Noble (de 1587 á 1425) otros sucesos notables que los que hemos referido en los reinados correspondientes de Castilla y Aragon con que estuvieron enlazados. Habiendo muerto Carlos el Noble on 1425, recayó aquella corona en su hija doña Blanca, que viuda del rey don Martin de Sicilia habia casado en 1419 con don Juan, entonces infante de Aragon y súbdito de don Juan II. de Castilla. En Olite, donde se hallaba doña Blanca, y en el campo de Taraz ona donde se hallaba don Juan con su hermano el rey don Alfonso de Aragon, se alzó el pendon real de Navarra por don Juan

(1) El reinado de este don Juan II. se divide naturalmente en dos partes ó periodos, uno en que fué rey de Navarra solamente (de 1425 á 1458), otro en que fué simultáneamente rey de Navarra y de Aragon (de 1458 á 1479), cuyos dos periodos forman un largo reinado de 54 años. La parte que tomó en todos los sucesos de Sicilia, de Aragon, de Castilla y de Nápoles durante los tres últimos reinados, ya como heredado en Castilla y súbdito de don Juan II., ya como infante de Aragon é hijo de don Fernando I., ya como auxiliar de su hermano Alfonso V. en las guerras de Nápoles, ya como lugarteniente suyo en los reinos de Aragon, y al propio tiempo como rey de Navarra, hace que nos sean conocidos sus principales hechos anteriores á 1458, como embebidos en la historia de cada uno de estos reinados. Faltanos considerarle como rey de Navarra antes de la citada época.

Debemos no obstante advertir sobre este punto, que en nuestro carácter de historiador general de España, y no de sus particulares reinos, ni podemos ni nos corresponde hacer en este capítulo una historia detenida

del reino y del rey de Navarra hasta la reunion de las dos coronas, para no incurrir en impertinentes repeticiones, cumpliendonos solo apuntar lo relativo á aquel reino, de que no hemos dado cuenta. El que desee mas circunstanciados pormenores acerca de Navarra en esta época, los hallará abundantes en Aleson, tom. IV. de los Anales de Navarra: en Zurita, Anal. de Aragon, lib. XIII. al XVII. y en las historias particulares de aquel reino. -Advertimos tambien, que en el segundo periodo de 4458 adelante, los sucesos que tengan directa relacion con Castilla los indicaremos aqui ligeramente, reservándonos darlos á conocer con mas detencion en el reinado de Enrique IV. de Castilla, donde mas propiamente corresponden. Esta complicacion de relaciones entre los diferentes reinos de la península, y esta simultaneidad de acontecimientos en un mismo reinado, unos de interés general para todos los reinos españoles, otros de influencia solo para uno de sus particulares estados, es una de las circunstancias que hacen sobremanera difícil dar orden y claridad á la historia general de nuestra uacion.

y doña Blanca su muger. Ocupado entonces don Juan con mas interés y mas ahinco del que le compitiera en los asuntos interiores de Castilla (1), y atendiendo mas á las cosas de este reino que á las del que estaba llamado á gobernar, era su esposa doña Blanca la que en realidad reinaba en Navarra por sí y en nombre de su marido. Cuando en 1428, á consecuencia de uno de los triunfos de don Alvaro de Luna sobre sus rivales, fué requerido don Juan de Navarra para que se alejase de aquel reino, entonces á su llegada á Pamplona se celebró solemnemente, con arreglo al fuero, el juramento y coronacion de los reyes don Juan y doña Blanca, diferido por ausencia del primero; y en el mismo dia (15 de mayo) fué reconocido y jurado sucesor del reino su hijo primogénito don Cárlos (2), para quien habia sido instituido el título de príncipe de Viana, al modo del de principe de Asturias para los primogénitos de Castilla, y el de príncipe de Gerona para los hijos mayores de los reyes de Aragon (3).

La conducta de don Juan y su continuo alejamiento del reino tenian altamente disgustados á doña Blanca y á los navarros. Las córtes le negaron los subsidios que solicitaba para la guerra que iba á emprender de nuevo contra Castilla; pero él, menospreciando el consejo y la decision de las cortes, vendió sus joyas y las de la reina, con cuyo acto y el empeño decidido de proseguir una guerra sin justicia ni provecho para el pais creció el descontento general del pueblo y de los principales ricos-hombres. Entretenido en las guerras de Castilla, de que en su lugar hemos dado cuenta, hasta la tregua de los cinco años, y despues de haber casado á su hija doña Leonor con Gaston, hijo primogénito del conde de Foix, el rey don Juan, dado á intervenir ea los negocios de todos los reinos que no fuesen el suyo, pasó á Nápoles con el fin de ayudar á su hermano don Alfonso V. de Aragon en la lucha que allá sostenia con la casa de Anjou sobre la posesion de aquel reino, quedando entretanto los gobiernos de Navarra y de Aragon en manos de las dos reinas doña Blanca y doña María, que eran las que en ausencia de sus esposos negociaban la prolongacion de las treguas con Castilla (1433). Hemos visto al rey don Juan de Navarra caer, con sus hermanos, prisionero

(1) La parte activa que tomó don Juan en este tiempo y en los años siguientes, juntamente con sus hermanos don Alfonso, don Enrique y don Pedro, en todos los negocios y en todas las revueltas que agitaban la monarquía castellana, se puede ver en el cap. 27 de este libro.

(3) Tenian ya ademas otras dos hijas, doña Blanca, que nació en Olite en 1424, y fué jurada por las córtes sucesora del reino en defecto de su madre y de su hermano don Cárlos, esposa repudiada que fué del infante don Enrique (despues Enrique IV.) de Castilla; y doña Leonor, que nació en 1426, y

(2) Habia nacido en Peñafiel (Castilla) á casó muy jóven con Gaston de Foix. 29 de mayo de 1421.

de los genoveses en las aguas de Ponza, y ser después puesto en libertad por el generoso duque de Milan para venir á ejercer la lugartenencia de los reinos de Aragon y Valencia por su hermano don Alfonso, y la de Cataluña en ausencias de la reina doña María. Durante las alteraciones y las guerras y conciertos que luego se siguieron entre Aragon, Navarra y Castilla, se habia hecho el desgraciado matrimonio de su hija mayor doña Blanca con el príncipe de Asturias don Enrique, de que hablamos ya en otro lugar, y el del príncipe don Cárlos de Viana con Ana, hija del difunto duque de Cleves, y sobrina del duque de Borgoña, Felipe el Bueno (1459).

Asi las cosas, la reina doña Blanca de Navarra, despues de haber llenado con esmero, prudencia y acierto los deberes de esposa, de madre y de reina, falleció en Castilla (1441) yendo en romería al santuario de Nuestra Señora de Nieva. En su testamento, otorgado en Pamplona en 1459, instituyó heredero del reino de Navarra y del ducado de Nemours á su hijo el príncipe don Carlos de Viana, si bien rogándole que no tomase el titulo de rey sino con consentimiento de su padre, ó despues de su muerte, disponiendo tambien que si el príncipe muriese sin sucesion le heredase doña Blanca, princesa de Asturias, y á falta suya la infanta doña Leonor condesa de Foix (1). Entonces el principe don Carlos tomó el gobierno del reino, titulándose lugarteniente del rey su padre (2), el cual continuaba actuando en todas las intrigas de Castilla, estraño á los negocios interiores de Navarra. Al poco tiempo casó el rey don Juan de segundas nupcias con la hija del almirante de Castilla dona Juana Enriquez, no solo sin trasferir el reino de Navarra al príncipe de Viana su hijo, sino sin darle parte siquiera de este segundo enlace: enlace que fué el principio y la causa de las largas disensiones de familia, del aborrecimiento y encono entre el padre y el hijo, y de los terribles desastres que nos resta referir. Jóven, bella, altiva, sagaz y ambiciosa la nueva esposa del rey, pronto tomó sobre él un ascendiente funesto, y no tardó en mostrar un malquerer al hijo de su esposo. Cuando en una de las guerras promovidas por éste entre Navarra y Castilla, llegaron los castellanos á sitiar á Estella, el príncipe de Viana salió al campo enemigo á hablar personalmente con el rey de Castilla y con don Alvaro de Luna, y de esta plática resultó ajustarse la paz (3); paz que desaprobó el rey don Juan de Na

(1) Archivo de la corona de Aragon, Armar. de los Templarios, n. 401.-Zurita, Anal. tom. III. p. 277 y 278.-Aleson, tom. VI. pág. 365 y 366.

(2) Por este tiempo, dice Yanguas, añadió á sus armas la empresa de un hueso que

roian dos lebreles, con el mote Utrimqua

róditur, aludiendo á los reyes de Francia y
Castilla, que cada uno por su parte le iban
usurpando sus tierras.

(3) Ya en 1449 habia fallecido en Olite la
princesa de Viana doña Ana de Claves sin
dejar sucesion,

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