Imágenes de páginas
PDF
EPUB

se permitiera con ninguna ocasion ni motivo la enagenacion de las villas y lugares de la corona. Suplicaban en la tercera peticion al monarca, que toda vez que sus muchas y forzosas ocupaciones no le permitian visitar personalmente el reino, añadiera al consejo dos magistrados mas con el cargo de residenciar los tribunales, corregidores y otras autoridades, de modo que entendieran los encargados de la administracion de la justicia y de la hacienda en las provincias que se habia de inquirir y saber cómo ejercia cada uno su empleo, y se habia de castigar al que no hubiese cumplido con su obligacion.

Quejábanse de los inconvenientes y perjuicios que habia ocasionado la creacion de regidores perpétuos; proponian la manera de ir consumiendo dichos oficios, y suplicaban que en lo sucesivo no hubiese mas regidores que los añales y por eleccion como antes se habia acostumbrado.-Clamaban contra el uso de los coches y carrozas. y solicitaban se prohibiera, como cosa, decian ellos, que no sirve «sino para dar ocasion y comodidad á los hombres para regalarse, y no usar ejercicio de tales.» Estas eran las ideas de los procuradores en aquel tiempo sobre esta materia, de las cuales participaba el rey, puesto que para disminuir el número de los carruages de lujo mandó que nadie pudiera usar coche ó carroza en las ciudades ni en cinco leguas en derredor sin llevar cuatro caballos propios, y no alquilados ni prestados, so pena de per

der carruage y caballos con todas sus guarniciones У adherentes.

Celosos de la instruccion religiosa y moral de la juventud los procuradores, pedian se establecicsen en las iglesias metropolitanas y catedrales colegios ó seminarios para la educacion y enseñanza de los jóvenes que hubieran de profesar y ejercer el sacerdocio, con arreglo á lo decretado en la sesion XXIII.a del concilio general de Trento.-Deseosos de la buena aplicacion de la justicia, proponian que las magistraturas de las audiencias, chancillerías y tribunales supremos no se diesen á jóvenes, por aventajados que fuesen, y por mucho que hubieran aprovechado en las universidades, sin haber acreditado antes su moralidad y discrecion, y el buen uso de su ciencia y la aplicacion práctica de sus conocimientos en los juzgados ó'tribunales inferiores.-Pruebas todavía mas delicadas y escrupulosas exigian en los que hubieran de ser jueces eclesiásticos.-Abusaban estos de la terrible arma de la excomunion, fulminándola contra muchos infelices por pequeñas deudas que no podian satisfacer, aun cuando hubiesen dado y tuviesen fiadores: contra este abuso reclamaron tambien los diputados de las ciudades, pidiendo que nadie pudiera ser excomulgado por deudas, y que los deudores fuesen llevados ante los jueces seglares, y no á los eclesiásticos.

Mirando por el decoro y dignidad de ciertos car

gos honrosos, proponian, por ejemplo, que á los consejeros y oidores de las audiencias y chancillerías se les diesen tales honorarios con que pudieran vivir decentemente y como correspondia á la calidad de su ministerió, lo cual no podian hacer con los que tenian. Que los regidores y jurados de las ciudades y villas de voto en córtes no se ejercitáran en oficios mecánicos, tratos y grangerías que desautorizáran sus personas. Que á las subvenciones de los procuradores á córtes contribuyeran no solo las ciudades que los nombraban, sino toda la provincia, cuyos intereses representaban. Que no pudiera una sola persona reunir dos ó mas cargos ú oficios incompatibles. Las demás peticiones versaban sobre asuntos subalternos de gobierno y administracion, de cuyos pormenores no nos toca ni es de nuestro propósito dar cuenta.

Conócese que los representantes de las ciudades veian ya con disgusto que la nobleza de Castilla iba dejando el uso de las armas y los ejercicios de la caballería, que tan ágiles, diestros y robustos los habian formado en otro tiempo para la guerra. Por eso, y para que los nobles y caballeros no perdieran su vigor y se afemináran en la molicie, fué menester alentarlos con el atractivo y lucimiento de los espectáculos. A este objeto se encaminaba el haber pedido en las córtes pasadas de 1570 y 73 que se restablecieran las corridas de toros, en que los nobles y caballeros, que eran los lidiadores (puesto que entonces no los

habia mercenarios y de ofició), por lo menos no olvidáran el ejercicio de la gineta. Y por eso en estas de 4576 se propuso que en todos los pueblos cabezas de corregimiento se pusiesen telas públicas á costa de los propios, y se diera á los caballeros lanzas para sus ensayos, y música para las fiestas y regocijos. Por cierto que fué casi la única peticion á que respondió el rey otorgándola esplícitamente, y diciendo que mandaba se hiciese con toda brevedad lo que se pedia. A casi todas las demas contestó con su acostumbrada fórmula, cada vez, si era posible, mas vaga: «Mandaremos que se mire, y se verá lo que converná ordenar y proveer (1). »

Córtes de 1579.-Apenas terminadas y publicadas estas córtes (31 de diciembre, 1578), se congregaron las de 1579, que duraron hasta 158 2. En ellas se mostraron ya los procuradores sentidos y quejosos de que fueran quedando tanto tiempo sin resolucion las peticiones hechas en otras anteriores, y de la dilacion que el rey ponia en responderlas. Y asi las primeras que hicieron en estas de 1579 fueron:-Que de aqui adelante se responda á los capítulos que por parte de los procuradores del reino se dieren, antes que las córtes se acaben:-que se vean los memoriales que los procuradores del reino dieron en las córtes pasadas de 1576:-que estando el reino junto, no

(4) Córtes de Madrid de 1576 á 78, impresas en Alcalá en 1579.

se haga ley ni pragmática sin darle primero parte de ella, y que antes no se publique.

Siguieron á estas las que constituian el perenne tema de los procuradores, á saber: que se quitáran y suprimieran las nuevas rentas, pechos y tributos, y en adelante se guardara lo dispuesto por las antiguas leyes y por el ordenamiento del rey don Alfonso:-Que se quitáran las aduanás nuevamente establecidas:que no se acrecentáran oficios de regidurías, escribanías, tesorerías y otros, y se consumieran los acrecentados: que no hubiera regidores perpétuos, sino añales: que el rey visitára personalmente las ciudades y villas del reino:-que la casa del príncipe se pusiera al uso de Castilla, como tantas veces se habia pedido:

-que se arrendáran todas las rentas reales y no hubiera administradores de ellas:-que se hicieran nuevas ordenanzas y leyes sobre el descubrimiento y esplotacion de las minas.-Insistian otra vez en pedir ta desamortizacion eclesiástica, y despues de recordar que desde los primeros tiempos del emperador venian incesantemente reclamando lo mismo, añadian: «Y >> porque hasta agora no se ha puesto remedio en esto, >> y la experiencia ha mostrado cuán justo y necesario »y conveniente es lo que por el dicho capítulo se pe»>día, porque las iglesias y monast erios y obras pías >van ocupando la mayor parte de las haciendas de el > reino: Suplicamos á V. M. que para que esto cese » y no venga á mayor daño, se provea lo susodicho en

« AnteriorContinuar »