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BIBLIOGRAFÍA

CRÓNICA FRANCISCANA

IBERO-AMERICANO

ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LA ORDEN FRANCISCANA EN ESPAÑA
Y SUS MISIONES

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Reservados los derechos de propiedad literaria.

657.-Imp. de Gabriel López del Horno, San Bernardo, 92, teléfono 1922

1916

Treat Fund

Fr. ALVARO PELAGIO

su vida, sus obras y su posición respecto de la cuestión de la pobreza teórica en la Orden Franciscana, bajo Juan XXII (1316-34).

Fuentes: 1.-FR. ALVARO PELAGIO en sus obras De Planctu Ecclesiae Speculum Regum y Collirium Fidei, inéditas estas dos últimas. 2.-P. CONRADO EUBEL, O. M. Conv., Bullarium Franciscanum, t. V, passim. Romae, 1898.

Literatura: 1.-WADDINGO, Lucas: Annales Minorum, 2.a ed., I-XVI. Romae, 1731-1736, ts. V, VI y VII passim. - Scriptores Ordinis Mi. norum, ed. noviss. Romae, 1906, pág. 14.—SBARALEA: Supplementum ad Waddingum, ed. noviss. Romae, 1908, P. I, pág. 36. 2.°-ZÚÑIGA, DIEGO ORTIZ DE: Anales Eclesiásticos y Seculares de la muy noble y leal ciudad de Sevilla. 2.a ed. Madrid, 1795, t. II, lib. V, págs. 107, 120, a los años 1341 y 1349. 3.o-MAZZARA, BENEDETTO: Leggendario Francescano. Venezia, 1676, P. II, vol. I, 6 Luglio.

4.°-NICOLÁS ANTONIO: Bibliotheca Hispana vetus. Madrid, 1782, t. II, lib. IX, cap. IV, págs. 149-52.

5. -BARBOSA DIEGO: Bibliotheca Lusitana. Lisboa, 1741, t. I, págs. 108 y 1759; t. IV, pág. 12.

6.o-SAN ANTONIO, FR. JUAN DE: Bibliotheca universa Franciscana. Matriti, 1732, t. I, págs. 53 4

7.°-Barros, ENRIQUE DA GAMA: Historia de Administração publica em Portugal nos seculos XII a XV, t. I. Lisboa, Imprensa nacional, 1885

8.o-CHEVALIER ULYSES: Répertoire des Sources historiques. BioBibliographie. Paris, 1905, vol. I, col. 173.

9.°-SCHOLZ, RICHARD: Unbekannte Kirchenpolitischen Streit schriften, aus der Zeit Ludwig des Bayern (1327-53) Analisen und Texte. Rom., 1911. Erster Teil: Analisen, Band IX, påginas 197-207. Zweiter Teil: Texte Band X, págs. 491-529.

El siglo XIV, fecundo en varios y encontrados sucesos, señala una crisis trascendental en todos los órdenes de la vida: la politica, la cultura, la religión son fuertemente agitadas,

pero nada se produce, nada se crea; es el siglo de la lucha pequeña e infecunda, el siglo de la insubordinación. Ni las letras, ni la política, ni la religión producen cosa comparable a las inmortales creaciones filosófico- teológicas del siglo XIII o a los progresos científicos y artisticos del xv; las grandes figuras de santidad que en esos siglos humanizaron con la suavidad de sus virtudes aquella edad ruda y pesada son raras, y ni tampoco los genios de la guerra y de la política brillan gran cosa. Abrese el siglo con luchas rastreras, que se prolongan en diversos lugares por media centuria, y concluye con el gran escándalo del Cisma de Occidente, cisma que no tuvo otra raíz que la concupiscencia de ciertos grandes señores que, hechos eclesiásticos, como podian ser capitanes de mesnada, regentaban las más altas dignidades de la Iglesia.

En el primer tercio del siglo, época en que se mueve nuestro biografiado, destacase la figura del papa Juan XXII (13161334), insigne canonista, cuyo pontificado fué una lucha continua, donde las cuestiones religiosas, políticas y financieras le absorben por completo.

El Sacro Romano Imperio, cuya suerte tan de cerca tocaba al Pontificado, ardía en discordias civiles por la elección de un Emperador; ambos contendientes, en el fragor de la lucha, acudieron al Papa procurando inclinarle a su favor, no consiguiendo, sin embargo, hacerle salir de su neutralidad. Al fin, vencedor Ludovico el Bávaro, renueva sus instancias, y fué entonces cuando el Pontifice intervino, pero con tan mala fortuna, que por espacio de veinticinco años vino a encenderse una lucha lamentable entre el Pontificado y el Imperio.

Fuera de esto, al subir a la cátedra de San Pedro Juan XXII encontró la Orden Franciscana profundamente dividida por las disensiones entre los espirituales o rigoristas de un lado y los laxos y moderados de otro. El Papa quiso pacificar los espíritus, favoreciendo a los moderados que constituían, por lo común, la comunidad gobernante de la Orden-, pero sin eficacia alguna. El año 1321 otra nueva tempestad surgió en la Orden cuyo motivo fué la decisión del Capitulo general reunido en Perusa― sobre la pobreza de Cristo y de los Apósto

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