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concierto interesado de sus miras monárquicas y de esplotacion de la humanidad, no quieren ni hacer los gastos, ni tentar los esfuerzos que la quimérica posesion de tal imperio habria de causarles sin fruto. A pesar de toda protesta, la nacion que ya no necesita de oficiosos tutores hará lo que mas le convenga, y las vanas palabras de un funcionario usurpador no tendrán mas resultado que el que le permita la ilustrada soberanía de la República.

Sabiendo que tales son las ideas de la mayoría sobre las cuestiones vitales de nuestro modo de sér democrático y constitucional, el Exmo. Sr. Presidente cree que V. E. verá con el poco aprecio que se merecen las apasionadas aseveraciones del Sr. Bonilla, y conservará en el Estado que se ha encargado á V. E. que gobierne el buen sentido que hasta hoy conserva.

Dígnese V. E. aceptar las seguridades de mi distinguida consideracion.

Dios y Libertad. H. Veracruz, Abril 28 de 1859.Ocampo.-Exmo. Sr. Gobernador del Estado de....

Legacion de los Estados-Unidos.

Veracruz, Abril 26 de 1859.

Señor:-Se me ha llamado la atencion á la publicacion en uno de los periódicos de la ciudad de México, de un documento intitulado: Protesta del Supremo Go· bierno, firmada por D. Manuel Diez de Bonilla, Ministro de Relaciones Esteriores en el Gobierno de

que el

Presidente Miramon es el Gefe del Ejecutivo, alegando:

1 Que Mr. Forsyth reconoció ese Gobierno y procuró iniciar una negociacion para la compra de una porcion considerable del territorio nacional de México.

2 Que no habiendo conseguido su objeto buscó oca. siones de disputa y mala inteligencia, y escitó á sus conciudadanos á la desobediencia, cuyos procedimientos terminaron con la suspension de las relaciones políticas entre él y ese Gobierno.

3 Que el Supremo Gobierno toleró esa mala conducta, solamente para hacérsela conocer al Gobierno de los Estados Unidos, el que en lugar de censurarlo, aprobó su conducta y para hacer manifiesta su hostilidad y patentizar su deslealtad al Supremo Gobierno, reconoció al Gobierno constitucional, de que el Presidente Juarez es el Gefe del Ejecutivo, y al enal él habia antes repulsado, con el objeto de revestirlo de aquella legitimidad y autoridad que lo habilitase, en union con el Gobierno de los Estados-Unidos, para despojar á México de su territorio nacional.

4 Declara nulos todos los convenios y tratados entre el Gobierno de los Estados- Unidos y el Gobierno constitucional de México.

Esta es la esposicion de los hechos que tienen conexion con el reconocimiento del Gobierno central de la ciudad de México por Mr. Forsyth, hábilmente combinada con otros hechos é incidentes ocurridos en una época diferente y bajo circunstancias totalmente distintas, con el

objeto de tachar la conformidad y buena fé del Gobierno de los Estados-Unidos.

Cuando Mr. Forsyth reconoció aquel Gobierno, el Presidente Comonfort habia abandonado el país, y no pudo saber que el Presidente Juarez habia ya organizado el Gobierno constitucional; por consiguiente, el Gobierno reconocido por el Sr. Forsyth fué solamente el de hecho, Gobierno que imperaba en México en ese tiempo, y al reconocerlo como tal, obró de conformidad con la bien establecida práctica y política del Gobierno de los Estados-Unidos.

Despues él terminó sus relaciones con ese Gobierno, no por falta de buen éxito, ni porque esto fuera probable en las negociaciones para la compra de territorio, sino porque ese Gobierno malignamente hollaba los bien establecidos principios de ley y política urbanidad que regulan las relaciones de los Estados civilizados, y el gobierno de los Estados-Unidos aprobó su resolucion de suspender las relaciones diplomáticas y políticas con un gobierno que observaba tal conducta.

Todavía despues, cuando casi toda la nacion mexicana habia rechazado al gobierno central y el constitucional del Presidente Juarez fué enteramente restablecido en sus funciones y aceptado por mas de cuatro quintos de la República, por conducto de su ministro especial en Washington el Sr. Mata, invitó al gobierno de los Estados-Unidos para restablecer las relaciones políticas con la República de México.

El gobierno de los Estados-Unidos solo tuvo que asegurarse de que este gobierno constitucional existia en México con la autoridad y el poder suficientes para arreglar las cuestiones pendientes entre las dos Repúblicas en el tiempo en que las relaciones políticas estuvieron suspendidas y que estaba dispuesto á ejercer su poder, animado de un espíritu amistoso y leal.

La grande estension del territorio de la República de México, limítrofe á los Estados-Unidos, las muy importantes é íntimas relaciones políticas y comerciales establecidas entre las dos Repúblicas por tratados exis· tentes, y las empresas de los ciudadanos de ambos paises, determinaron el urgente deber de los EstadosUnidos para restablecer sus relaciones políticas con la República de México, siempre que el justo respeto á su propia dignidad y las leyes y usos de las naciones, lo pusieren en situacion de obrar así.

Bajo estas circunstancias, sin embargo de que la guerra civil existia en la República de México, y de que el gobierno de que el Presidente Miramon es el gefe del ejecutivo, ocupaba la capital de la República y dos ó tres de sus ciudades principales, el gobierno de los Estados-Unidos no podia buenamente rehusar reconocer al gobierno constitucional de México, como la autoridad legal y de facto con la que era su deber tratar, con relacion á todas las principales cuestiones pendientes entre los gobiernos de las dos Repúblicas.

Cuatro quintos de los Estados que componen la Re

pública Mexicana y una porcion igualmente grande de sus ciudadanos, reconocia la autoridad del Gobierno constitucional y repudiaba la ejercida por el Gobierno de la ciudad de México. Todos los puertos de mar en el Golfo de México y en el Océano Pacífico de la República, en los que existen cónsules de los Estados-Unidos, reconocian la autoridad del Gobierno constitucional, y todos los Estados de la República contiguos al territorio de los Estados-Unidos, en número de cinco ó seis, así como aquellos Estados del Sur á través de los cuales los ciudadanos de los Estados-Unidos están au

torizados por tratados para pasar con sus efectos y mercancías, libres de todas cargas y derechos, del Atlántico al Pacífico, reconocieron este mismo Gobierno constitucional del que el Presidente Juarez es el Gefe del Ejecutivo.

Estas consideraciones de pura significacion política, sin referirse al espíritu leal y amistoso manifestado por el Gobierno constitucional para con el Gobierno de los Estados Unidos, forman la razon suficiente, por qué éste aceptó las proposiciones hechas por aquel por medio de su ministro especial en Washington, el Sr. Mata.

Estos hechos son susceptibles de mayor desarrollo, pero su simple enunciacion és enteramente suficiente para repeler las injuriosas reflexiones y los infundados cargos hechos en la protesta referida.

En el reconocimiento del Gobierno constitucional por el de los Estados-Unidos, nada hay que pueda signifi

TERCERA SERIE.-TOMO IV.-NUM. 5.

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