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del reino, y se produjo en términos y demostraciones amenazadoras contra el califa. Aconsejábale Gehwar que abandonára la ciudad: él, que no habia merecido la desafeccion del pueblo, no creia tampoco en su ingratitud, hasta que llegó el caso de pedir la amotinada multitud á gritos por las calles la deposicion del califa y su destierro. Avisóselo el mismo Gehwar, y entonces Hixem con resignacion filosófica exclamó sin alterarse: «Gracias sean dadas á Dios que asi lo quiere.» Y aquel príncipe que con repugnancia habia aceptado un trono jamás ambicionado, salió sin pesar de Córdoba acompañado de su familia y de algunos principales caballeros y literatos que quisieron correr la misma suerte que su soberano. Retiróse este primeramente á Hisn Aby-Sherif (1031), mas perseguido alli por los cordobeses buscó un asilo cerca de Lérida, donde acabó tranquilamente sus dias en 1037. «En él, dice el historiador arábigo, feneció la dinastía de los Omeyas en España, que principió en Abderrahman ben Moawia año 138, y acabó en este Hixem al-Motadi año 422 (de 756 á 1031). Asi pasó el estado y la fortuna de ellos, añade, como si no hubiese sido. Feliz quien bien obró, y loado sea siempre aquel cuyo imperio jamás acabará (1), v

(4) Conde, cap. 117.

CAPITULO XX.

REINOS CRISTIANOS:

DESDE ALFONSO V. DE LEON HASTA FERNANDO 1.
DE CASTILLA.

De 1002 á 1037.

Falta de union entre los monarcas cristianos.-Conducta de Alfonso V. -Repuebla á Leon.-Sus desavenencias con Sancho de Castilla.-Célebre concilio de Leon de 1020.-Sus principales cánones ó decretos. Constituye el llamado Fuero de Leon.-Muerte de Alfonso V.-Fueros de Castilla otorgados por el conde don Sancho.Fueros en el condado de Barcelona.-Borrell II. y Berenguer Ramon I.-Fuero de Nájera por el rey Sancho el Mayor de Navarra.García II de Castilla y Bermudo III. de Leon.-Muere el conde García asesinado en Leon por la familia de los Velas.-Apodérase el rey de Navarra del condado de Castilla.-Horrible castigo de los Velas.-Conquista una parte del reino de Leon.-Discordias entre el leonés y el navarro.-Vienen á acomodamiento y se pacta reconocer á Fernando por rey de Castilla.-El navarro se apodera de Astorga y se erige en rey de Leon.-Muerte de Sancho el Grande de Navarra, y famosa distribucion de reinos que hizo entre sus hijos.-Guerra entre Ramiro de Aragon y García de Navarra.-Guerra entre Bermudo III. de Leon y Fernando I. de Castilla.-Muere Bermudo.-Extinguese la línea masculina de los reyes de Leon.Hácese reconocer por rey de Leon Fernando de Castilla.-Reunion de las coronas de Leon y Castilla en Fernando I.

Decíamos en el anterior capítulo que el resultado de la batalla de Calatañazor y la descomposicion á que por consecuencia de ella vino el imperio musul

man, brindaba ocasion propicia á los cristianos, no solo para recobrarse de sus pasadas pérdidas, sino para haber reducido á la impotencia á los sarracenos, si los nuestros hubieran continuado unidos y sabido convertir en provecho propio el desconcierto á que aquellos vinieron y las disensiones que los destrozaban. Añadiremos ahora, que si despues de la muerte de Almanzor (1002) y durante los seis años del gobierno de su hijo Abdelmelik pudieron todavía los estandartes que triunfaron en la cuesta de las Aguilas detenerse ante un resto de pujanza que conservaba el imperio mahometano bajo la direccion de aquel belicoso caudillo, muerto este (1008), ni hallamos la razon ni podemos justificar la conducta de los príncipes cristianos en no haber proseguido de concierto la guerra contra los enemigos de la fé. Pronto olvidaron que una sola vez que se habian unido habian triunfado del gran capitan de los agarenos en el apogeo de su poder: y como si hubiera pasado para ellos todo peligro, volvieron al sistema fatal de aislamiento y renacieron antiguas rivalidades.

Seguian, es verdad, venciendo las armas cristianas en Gebal Quintos y en Akbatalbacar, alli mandadas por el conde Sancho de Castilla, aqui por los condes Ramon Borrell de Barcelona y Armengol de Urgel. Pero vencian, el uno para dar el trono de Córdoba á Suleiman el Berberisco, el otro para entronizar á Mohammed el Ommiada. Eran solicitados como au

xiliares, y aparecian como mercenarios pudiendo haber obrado como señores. Contentábanse con la cesion de algunas fortalezas y ciudades en pago de un servicio los que hubieran podido ganarlas por conquista, y las espadas que hubieran debido emplearse contra los enemigos de la fé eran arrojadas en la balanza muslímica para inclinarla con su peso alternativamente ya en favor de uno, ya en favor de otro de los aspirantes al trono musulman. Algo los disculpa el haberse propuesto, como creemos, debilitar de aquella manera las fuerzas de los mahometanos y contribuir á fomentar sus escisiones.

Sin embargo, no fué por estos solos medios, ni fué solamente el material ensanche de territorio lo que ganaron los reinos cristianos durante la disolucion del imperio Ommiada. Reparáronse y se repusieron de las pérdidas y desastres causados por Almanzor, y lo que fué mas importante todavía, dieron grandes y avanzados pasos hácia su reorganizacion religiosa, política y civil. Alfonso V de Leon, ya en su menor edad bajo la tutela y direccion del conde Menendo de Galicia y su esposa, y de su madre doña Elvira ", ya despues de haber alcanzado la mayoría

(1) Usándose ya en los siglos que históricamente recorremos los antenombres de Don y Doña aplicados á los reyes y reinas y á otras personas ilustres, los emplearemos nosotros tambien, aunque no en todos los casos ni para todos los

nombres, siguiendo en esto la costumbre generalmente recibida.

Con respecto á los Alfonsos ó Alonsos, que de ambas maneras se encuentran nombrados en nuestros autores aquellos monarcas, hemos preferido usar constante

y

enlazádose en matrimonio con la hija de los condes sus ayos llamada Elvira tambien (4008), en ambas épocas con recomendable piedad, ó inspirada ó propia, se ocupó en reparar y fundar iglesias y monasterios, ó en dotarlos de rentas y hacerles ricas donaciones. Llenos están el cartulario y tumbo de Leon y todos los pergaminos de aquel tiempo de privilegios de este género otorgados por el jóven y piadoso mo narca (1),

Mas no fueron solos monasterios é iglesias los que fundó, reedificó ó restauró, el hijo del segundo Bermudo. La capital misma de su reino, la ciudad de Leon desde las deplorables irrupciones de Almanzor

y

de Abdelmelik habia quedado asolada, casi yerma, reducida, como dijo Ambrosio de Morales, á un cadáver de poblacion. Alfonso V se consagró con ahinco y afan á levantarla de sus ruinas, emprendió enérgicamente obras de reparacion y construccion, dictó oportunas medidas para atraer nuevos pobladores, y no perdonó medio para hacerla recobrar en lo posible su grandeza y esplendor primitivo. Aun conserva Alfonso V el título de repoblador de Leon. Qui populavit Legionem post destructionem Almanzor, dice

mente el de Alfonso, ya por ser una contraccion de Ildephonsus, ya porque los árabes nunca omitian el sonido de la fó ph, fuese que los nombráran Alfúns, Anfus o Adefuns, ya porque los mismos mo

narcas en sus instrumentos públicos se decian siempre: «Ego Adephonsus Dei gratia, etc.»>

(4) Pueden verse los muchos que recogió el P. Risco en el tomo XXXVI. de la España Sagrada.

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