cercanas y las más apartadas. Entre tanto, Ajmed, temiendo la caida de su reino y notando que iban mal sus asuntos, trató de poner al Campeador entre él y la vanguardia del ejército del Emir-al-Moslemin, y le facilitó el paso para las comarcas de Valencia, y le proporcionó dinero, y le mandó despues hombres. El Campeador sitió entonces la ciudad, en la cual habia grandes discordias, y el cadí Abu-Dschahaf se habia apoderado del mando. Mientras que las parcialidades ardian en lo interior, Rodrigo continuó el sitio con vivo celo, persiguiendo su objeto como se persigue á un deudor, y estimándole con la estimacion que dan los amantes á los vestigios de sus amores. Cortó los víveres, mató á los defensores, puso en juego toda clase de tentativas, y se presentó sobre la ciudad de todas maneras. ¡Cuántos soberbios y elevados lugares, cuya posesion habia sido envidiada por tantas gentes, y con quienes no podian competir ni la luna ni el sol, cayeron en poder de este tirano, que profanó sus misterios! ¡Cuántas jóvenes, cuyos rostros daban envidia á los corales y á las perlas, amanecieron en las puntas de las lanzas, como hojas marchitas por las pisadas de sus viles soldados! » El hambre y la miseria obligaron á los habitantes de la ciudad á comer animales inmundos, y Abu-Ajmed no sabía qué partido tomar, y no tenía dominio sobre sí y se culpaba de todo. Imploró el auxilio del Emiral-Moslemin Ꭹ de los vecinos que rodeaban sus cercanías, mas como aquel estaba léjos, demoró su venida, unas veces porque no oyó sus quejas, otras porque le impidió venir algun inconveniente. Sin embargo, en el corazon del Emir-al-Moslemin habia piedad, y se condolia de sus males prestándoles oido, mas fué tardo en dar socorro, porque se encontraba muy distante de la ciudad y sin poder para otra cosa. Cuando Dios dispone un suceso, abre las puertas y allana los obstáculos! (1). >>Miéntras que Valencia estaba en el mayor apuro, se dice que un árabe subió á la torre más alta de los muros de la ciudad. Este árabe era muy sabio Ꭹ entendido, é hizo el siguiente razonamiento: (2). (1) Dozy, Recherches, segunda edicion, II, Apéndice 1, 10 y 17.-Malo de Molina, Rodrigo el Campeador, Apéndices, pág. 120. (2) «Estonce disen que subyó un moro en la más alta torre del muro de la villa: este moro era muy sabyo é mucho entendido, é fizo unas razones en arauigo que disen assi: >>Valencia, Valencia. Vinieron sobre ti muchos quebrantos é estás en hora de te perder; pues si tu ventura fuere que tú escapes desto, será grand maravilla á quienquier que lo viere. >> E si Dios fizo merced á algund logar, tovo por byen de la facer á ti que fueste siempre nobleza e alegria e solar en que todos los moros folgaban e auyian placer. » E si Dios quysiere que de todo en todo te hayas de perder desta vez, será por los tus grandes pecados e por los grandes atrevimientos que obyste con tu soberuya. >> Las primeras cuatro pyedras cabdales sobre que tu fuesto fundada e firmada, quierense ajustar por facer gran duelo por ti e non pueden. >> En tu muy noble muro, que sobre estas cuatro piedras fué levantado, ya se estremece todo e quiere caer, ca perdió la fuerza que auya. ¡Valencia, Valencia mia, Si el Señor tiene del todo >> Las tus muy altas torres e muy fermosas que de lueñe parecian e confortaban los corazones del tu pueblo, poco á poco se van cayendo. >>> Las tus muy blancas almenas, que de léjos muy bien relumbraban, perdido han su fermosura con que bien parecian al rayo del sol. >>El tu muy noble rio cabdal Guadalayar con todas las otras aguas de que te tú bien seruias, salido es de madre y va do non deuya. >> Las tus acequias claras, de que mucho aprovechabas, se tornaron turbias, é con la mengua del alimpiamento llenas van de cieno. >>> Las tus nobles e viciosas huertas, que en derredor de tí son, el lobo rauioso las cavó las rayces e non pueden dar flor. >> Los tus muy nobles prados en que muy fermosas flores e muchas auya, do tomaba el tu pueblo muy grande alegría, todos son ya secos. >> El tu muy noble puerto de mar, de que tú tomabas muy grand honra, ya menguado es de las noblezas que te solian venir á menudo. >>El tu muy grand término, de que te llamabas señora antigua, los fuegos lo han quemado, e á tí llegan ya los grandes fumos. >> E la tu grande enfermedat non le pueden fallar melecina e los phisicos son ya desesperados de nunca te poder sanar. >>Valencia, Valencia, todas estas cosas que he dichas de tí con muy grande quebranto que yo tengo en el mi corazon las dixe e razoné.>> Tu ruina decretada, Ya no brillan como ántes, De mil regiones extrañas, El vasto y ameno término Y el dolor me parte el alma (1). >>El tirano Rodrigo logró, al fin, sus vituperables designios con su entrada en Valencia, en el año de 487, hecha con engaño, segun su costumbre, y despues de la humillacion del Cadí, que se tenía por invencible á causa de su impetuosidad y soberbia. El Cadí se sometió á Rodrigo, y reconoció la dignidad que le daba la posesion de la ciudad, y contrató con él pactos, que, en su concepto, debian guardarse, pero que no tuvieron larga duracion. Ibn-Dschahaf permaneció con el Campeador corto tiempo, y como á éste le disgustaba su compañía, buscó un medio de deshacerse de él, hasta que pudo lograrlo, dícese que á causa de un tesoro considerable de los que habian pertenecido á Ben-DzinNun (2). » Sucedió que Rodrigo en los primeros dias de su (1) Crónica general, fól. 329.-Dozy, Recherches, pág. 173. -MALO DE MOLINA, Apéndices, 150. (2) Rey de Toledo, que despues de la conquista de esta ciu dad por los cristianos, vino á vivir á Valencia, |