Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Hasta el mismo ya mencionado Gerbert es muy dudoso que estuviese entre los árabes. Sólo se sabe de cierto que en el año de 967 residia Gerbert en Barcelona, donde habia adquirido los conocimientos matemáticos y astronómicos, que hicieron de él un tan pasmoso personaje (1); pero Barcelona estaba ya entónces en poder de los cristianos. Lo propio se puede decir de los jóvenes suavos y bávaros, que, segun cuenta Cesario de Heisterbarch, habian estudiado la nigromancia en Toledo (2). Si hemos de creer lo que este autor asegura, dichos jóvenes estudiaron en Toledo, despues del año de 1085, en que la ciudad fué reconquistada por los cristianos. De otro modo debian de ser las relaciones entre moros y cristianos en el país mismo en que, durante muchos siglos, vivieron juntos. Sin embargo, estaban tan divididos por las creencias religiosas, que no es de extrañar que se lean en autores españoles de todas las épocas juicios sobre las cosas del Islam, que dan testimonio de la ignorancia más crasa. Tambien entre estos autores se habia divulgado la opinion de que los árabes eran hechiceros y brujos, y todavia un escritor español de tiempos muy posteriores asegura con toda formalidad que en Toledo, Sevilla y Salamanca, se enseñaban públicamente las artes diabólicas, y que él mismo habia visto en esta última ciudad una cueva, en la cual solian iniciarse los curiosos en los misterios más ocul

(1) Hock, Papa Silvestre II. Viena, 1837.

(2) CAESAR, Heisterb., ed. Sprange, I, pág. 279.

tos de la brujería (1). Pero, á pesar de esta oposicion de ambas religiones, y á pesar de las preocupaciones todas que de ello se originaban, no llegaron á evitarse las relaciones entre moros y cristianos.

En todas las comarcas de España habia innumerables mozárabes, que, si bien eran maltratados á veces por los musulmanes, eran tratados con dulzura por el Gobierno, y alcanzaban completa libertad en el ejercicio de su religion. Muchos de ellos servian en el ejército de los califas, y otros desempeñaban empleos importantes y lucrativos en las córtes de los príncipes y en los palacios y casas de los más ilustres muslimes. De esta suerte adquirieron pronto la brillante cultura arábiga. Los más instruidos despreciaban su dialecto vulgar, el latin corrompido é inútil para todo propósito literario, y se apropiaban con empeño el idioma de los vencedores. Las quejas del obispo Alvaro de Córdoba prueban cuán temprano y con cuánta extension sucedió esto. «Muchos de mis correligionarios, escribe dicho obispo, á mediados del siglo Ix, leen las poesías y los cuentos de los árabes y estudian los escritos de los teólogos y filósofos mahometanos, no para refutarlos, sino para aprender cómo han de expresarse en lengua arábiga con más correccion y elegancia. ¿Dónde se hallará hoy un lego que sepa leer los comentarios latinos sobre las Santas Escrituras? ¿Quién entre ellos estudia los evan

(1) Martin DELRIO, Disquisitiones magicæ, I, pág. 5.

gelios, los profetas y los apóstoles? ¡Ay! Todos los jóvenes cristianos que se hacen notables por su talento, sólo saben la lengua y la literatura de los árabes, leen y estudian celosamente libros arábigos, á costa de enormes sumas forman de ellos grandes bibliotecas, y por donde quiera proclaman en alta voz que es digna de admiracion esta literatura. Si se les habla de libros cristianos, responden con desprecio que no merecen su atencion dichos libros. ¡ Oh dolor! Los cristianos han olvidado hasta su lengua, y apénas se encuentra uno, entre mil, que acierte á escribir á un amigo una carta latina pasable. En cambio, son infinitos los que saben expresarse en arábigo del modo más elegante, y hacen versos en dicho idioma con mayor primor y artificio que los árabes mismos (1). Muchos cristianos de aquella época, que se distinguieron por sus conocimientos en la lengua arábiga, son citados nominalmente (2). Áun se conservan algunos versos de un poeta cristiano del siglo XI, natural de Sevilla, los cuales atestiguan que el autor conocia magistralmente el habla y la métrica arábigas (3). El latin cayó poco a poco tan en desuso entre una parte de los habitantes de Andalucía, que, á fin de ilustrar á los fieles y hacerse entender de ellos, el presbítero Daniel tradujo al árabe los antiguos

(1) ALVARO, Indic. luminos., p. 274.-Dozy, Histoire, II, 102. (2) ST. EULOGIUS, Mens. Sanct., lib. pág. I, c. 2 et 9. (3) MAKKARI, II, 350 y 351.

Cánones de la Iglesia española (1), y Juan, arzobispo de Sevilla, tradujo la Biblia. No debemos, con todo, conjeturar, en vista de estos hechos, que el idioma latino ó neo-latino desapareció por completo de todas las regiones de la península dominadas por los mahometanos. Mucha parte de la poblacion cristiana debió arabizarse del todo, pero siempre el latin, ó mejor dicho el romance, quedó en general como idioma del vulgo, y hasta habia entre los árabes quienes le hablaban ó le entendian (2), si bien con más frecuencia, por el conocimiento de ambas lenguas, latina y arábiga, solian servirse los mahometanos de los cristianos como intérpretes y negociadores con los francos (3).

El comercio intelectual de los árabes con éstos y con los leoneses, navarros y otros pueblos independientes del norte de España, no pudo tener lugar de un modo extenso y permanente en los primeros tiempos de la dominacion del Islam en la Península. Poseidos de un aborrecimiento fanático contra los infieles, se mostraban los cristianos no ménos enemigos de aquella civilizacion extraña. Poco á poco, sin embargo, se les fueron ofreciendo ocasiones de conocerla más de cerca y de estimarla; por ejemplo, cuando como cautivos ó rehenes eran llevados á la córte de los califas; cuando Sancho,

(1) Introduccion á la Collectio canonum Ecclesiæ Hisp. Madrid, 1822.-MARIANA, I, 7, c. 3.

(2) Dozy, Recherches, 1, 93.

(3) REINAUD, Invasions, etc., pág. 191.

príncipe de Leon, fué á Córdoba en el año de 960, á consultar á los médicos; ó cuando Alfonso el Magno, rey de Astúrias, hizo venir á su córte á dos sabios árabes para que educasen á su hijo (1). Con todo, el trato establecido de esta suerte no fué bastante á comunicar la ciencia y la cultura del pueblo, entónces más civilizado, á sus vecinos, tan distantes de él por el habla, la raza y la manera de sentir. Si Gobmar, obispo de Gerona, sabía bastante árabe para escribir en esta lengua una historia de los francos, dedicada á Hakem II, cuando éste era aún el príncipe heredero, el caso debe mirarse como enteramente excepcional (2).

Desde el siglo XI en adelante debieron ser más intímas y duraderas las relaciones entre los muslimes y los cristianos del Norte, que eran como el gérmen de la futura nacion española. Desde aquella época la bandera de la cruz iba penetrando más y más hácia el Mediodía, y la cultura arábiga quedaba como implantada sobre las mezquitas de las grandes ciudades, trasformadas en iglesias. Aunque muchos de los vencidos se retiraban á las provincias del Sur, todavía se quedaba una numerosa poblacion muslímica en los antiguos lugares de su nacimiento, y ademas, los mozárabes, esto es, los cristianos que habian estado sometidos al dominio musulman, vivian desde entónces en medio de sus correli

(1) REINAUD, Invasions, etc., páginas 293 y 315. (2) MASUDI, Áureas praderas, 111, 70,

« AnteriorContinuar »