Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia: por Adolfo Federico de SchackM. Rivadeneyra, 1867 |
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... civilizacion debe mu- cho á la influencia inspiradora del cielo de Anda- lucía , y á la raza que antes de la conquista habi- taba allí . En Persia , á pesar del Corán y á pesar de la conquista mahometana , se desenvolvió y flo- reció 7 I.
... civilizacion debe mu- cho á la influencia inspiradora del cielo de Anda- lucía , y á la raza que antes de la conquista habi- taba allí . En Persia , á pesar del Corán y á pesar de la conquista mahometana , se desenvolvió y flo- reció 7 I.
Página 21
... sol , que vierte sus rayos abrasadores . Alguna vez , ό bien cuando la tormenta anuncia y trae la por largo tiempo deseada lluvia , ó bien cuando en la clara bóveda del cielo , profundamente azul , resplandecen vertical- mente las.
... sol , que vierte sus rayos abrasadores . Alguna vez , ό bien cuando la tormenta anuncia y trae la por largo tiempo deseada lluvia , ó bien cuando en la clara bóveda del cielo , profundamente azul , resplandecen vertical- mente las.
Página 22
por Adolfo Federico de Schack Adolf Friedrich von Schack. del cielo , profundamente azul , resplandecen vertical- mente las pléyadas y la maravillosa estrella de Canopo , hay un cambio en la triste uniformidad . En este inmenso desierto ...
por Adolfo Federico de Schack Adolf Friedrich von Schack. del cielo , profundamente azul , resplandecen vertical- mente las pléyadas y la maravillosa estrella de Canopo , hay un cambio en la triste uniformidad . En este inmenso desierto ...
Página 28
... da sobre las llanuras arenosas y respiran el aire libre bajo la bóveda inmensa del cielo , resonaban tales can- tares , y eran estimados , despues de la valentía , como la prenda más alta del hombre ; tanto en las 28.
... da sobre las llanuras arenosas y respiran el aire libre bajo la bóveda inmensa del cielo , resonaban tales can- tares , y eran estimados , despues de la valentía , como la prenda más alta del hombre ; tanto en las 28.
Página 37
... cielo , y penetró en la tienda á despecho de los guardadores y de los recelosos parientes ; ora describa una partida de caza , montado él sobre un caballo im- petuoso , el cual se precipita , semejante á un peñasco que arrastra en sus ...
... cielo , y penetró en la tienda á despecho de los guardadores y de los recelosos parientes ; ora describa una partida de caza , montado él sobre un caballo im- petuoso , el cual se precipita , semejante á un peñasco que arrastra en sus ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 242 - I cuánto cuerpo en ti se baña de cristianos y de moros muertos por la dura espada! Y tus ondas cristalinas de roja sangre se esmaltan, entre moros y cristianos se trabó muy gran batalla. Murieron duques y condes, grandes señores de salva, murió gente de valía de la nobleza de España.
Página 208 - Cnanto sube hasta la cima, Desciende pronto abatido Al profundo. ¡Ay de aquel que en algo estima El bien caduco y mentido De este mundo! En todo terreno ser Sólo permanece y dura El mudar. Lo que hoy es dicha o placer, Será mañana amargura Y pesar.
Página 186 - A Málaga tampoco mi corazón olvida; no apaga en mí la ausencia la llama del amor. ¿Dónde están tus almenas, ¡oh, Málaga querida! tus torres, azoteas y excelso mirador? Allí la copa llena de vino generoso hacia los puros astros mil veces elevé, y en la enramada verde, del céfiro amoroso, sobre mi frente, el plácido susurrar escuché. Las ramas agitaba con un leve ruido, y doblándolas ora, o elevándolas ya, prevenir parecía el seguro descuido, y advertirnos si alguien nos venía a espiar.
Página 236 - Aquesto fue á razonar: ——¡Oh Valencia! ¡oh Valencia, Digna de siempre reinar! Si Dios de ti no se duele Tu honra se va apocar, Y con ella las holganzas Que nos suelen deleitar: Las cuatro piedras caudales Do fuiste el muro á...
Página 195 - Muchos de mis correligionarios, escribe dicho obispo a mediados del siglo IX, leen las poesías y los cuentos de los árabes y estudian los escritos de los teólogos y filósofos mahometanos, no para refutarlos, sino para aprender cómo han de expresarse en lengua arábiga con más corrección y elegancia.
Página 116 - Abbás, hijo de Ahnaf: En mi sol pienso sólo En mi muchacha linda. ¡Ay que perdí su huella Tras de pared sombría! ¿Es de estirpe de hombres, O de los genios hija? Ejerce de los genios El poder con que hechiza; De ellos tiene el encanto, Pero no la malicia. Es su cara de perlas, Su talle palma erguida, Blando aroma su aliento, Ella gloria y poesía, Ser de la luz creado, Graciosamente agita La veste vaporosa, Y ligera camina; Su pie no quiebra el tallo De flores ni de espigas.
Página 60 - Las flores que destilan el rocío se diría que lloran, que lamentan el fin del amor mío, que mi suerte deploran. Hoy, como entonces, la fecunda vega se adorna de colores, y al peso del rocío se doblega el tallo de las flores. Cual rosicler de la mañana vivo la rosa resplandece, y el loto soñador y pensativo en el aura se mece. Y todo cuanto siento y cuanto veo, flor, aura, luz, perfume, enciende, aviva más este deseo, que el alma me consume. ¡Ojalá que me hubiese arrebatado sentir y ser la...
Página 74 - Alfonso, todos los moros de la villa de Gibraltar salieron fuera de la villa, et estidieron muy quedos, et non consintieron que ninguno de ellos fuese a pelear, salvo que miraban cómo partían dende los cristianos.
Página 95 - Sultan magnánimo, faro Que dió clara luz al mundo, En tus rayos, si vivieras, Me bañaría con júbilo, Y mis poesías mejores Fueran el encomio tuyo; Ora postrado de hinojos Sólo la tumba saludo. Egregiamente descuella Entre circunstantes túmulos, Cual tú de reyes y vates Descollabas entre el vulgo. Siglos ya sobre tu muerte Pasaron y tu infortunio; Pero guardas la corona; No te la quita ninguno.
Página 236 - Poco á poco se derriban Sin podellas reparar; Y las tus blancas almenas, Que lucen como el cristal, Su lealtad han perdido Y todo su bel mirar : Tu rio tan caudaloso , Tu rio...