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ron las grandes ídeas, la filosofía, el progreso todo de la humanidad. Aquel prolongado ángulo de un triángulo isóceles, señalando á Europa, es como una indicación de la providencia: el dedo de Dios marcando la corriente de las ideas.

La base un poco curva está formada por las riberas del mar.

Los lados por dos cadenas de montañas; al Sur, el Thibet que la separa de la India y la Birmania: al Norte, los Montes celestes. Entre las montañas y el mar un perdurable jardin.

El imperio chino contiene dos partes distintas:

son siempre los mismos é invariables; los nombres de los reinados multiplícanse conforme las familias que reinan é imperan...

Cuanto el ser la China el gran Catayo, veo que lo supone Trigaucio siguiendo á Paulo Veneto. Lo mismo supone Kirchero fol. 47 donde añade que todos los suyos convienen en esto; pero si no tiene otro fundamento más que este, como es falso, nada se puede probar con él. De los suyos de China, unos lo afirman, otros lọ niegan y otros dudan; á quienes hayamos de seguir no es fácil de determinar. Puede ser también que el nombre Catuyo esté dulterado por el europeo de donde se seguirá dificultad en deslindar este punto.

El moscovita llama á la China Kin-Taï, el cual nombre parece se acerca algo á Catayo.

En materia tan dudosa, y en que habiéndola tratado en China no se halla fundamento firme y sólido para defender una parte más que otra, acertado juzgo es dejarla indecisa hasta que se descubra más luz de ella.

En la historia del gran Tamorlan, traducida en francés, se escribe que este hombre conquistó la China y que estando fuera de aquel Imperio, le salió al encuentro con dos millones de hombres el Rey de Catayo. Segun esto no puede ser la China el Catayo. Verdad es que no tengo por cierto y asentado este suceso, atento que los anales chínicos, que son exactisimos, no hacen mención de tal conquista ni puede ser esta la que hizo el Tártaro del Poniente por que es más moderna que no aquella. Tratados históricos, políticos etc. del Padre Maestro Fr. Domingo Fernandez Navarrete. Obra impresa en Madrid año de 1676.

la China y los paises tributarios: estos son el Thibet, casi desconocido para los europeos; está ocupado militarmente por los chinos y lo gobierna el gran lama representante legítimo de Budha sobre la tierra, que ha hecho de Lhasa la capital del reino.

Al pié de los montes de Pamir y del pico Tagharma, se extiende un verdero oasis llamado, la Kachgaria, hermosa tierra vecina de la India inglesa y de los nuevas posesiones rusas del Turkestan. Como en todo país fértil, las ciudades brotan expontáneas y Kotan, Yarkand, Kachgar, Turfan y Karachar demuestran, cuan fácilmente la industria se desarrolla al lado de una agricultura prepotente.

Este magnífico valle de Tarimgol, conquistado por los chinos mediado el siglo 18° ha sido teatro de mil revueltas y sublevaciones; vano aliento y vigor de mercaderes que las tropas tártaras apagaron con el intento. Solo el musulman Jakub Beg, traidoramente asesinado después de diez años de guerra, hubiese podido combatir valero

samente.

Jakub-Beg fué el último esfuerzo de Kachgaria por su independencia. Muerto este héroe la bajeza y mansedumbre de sus conciudadanos indican, que no merecen constituir una nación.

En la falda de los Montañas celestes, al lado de los estepas de Kirghiz se abre el fertilísimo valle de Tzungaria: Kultja, su capital, humedece sus muros en las aguas del río Ili. Kieulong el emperador más guerrero de los tiempos moder nos, sometió á sus habitantes, los Donganos, por la fuerza de las armas: mas en 1871 revueltos de nuevo los Donganos, tuvo la Rusia, que ocu

par militarmente la Tzungaria en cuya posesión continúa, si bien, con arreglo á ciertos convenciones diplomáticas, debe entregarla á la China, cuando el Emperador lo pida para imponer su autoridad.

Al Norte se extienden las inmensísimas estepas de la Mongolia solo habitadas por gente nómada, que vive del pastoreo y menosprecia el cultivo de los campos. Como este desierto es limítrofe de la Siberia, algunas caravanas cargadas de mercaderías, van desde Maé-maé-tchen en Mongolia, hasta la ciudad de Kiachta, en Siberia. Por ahí se filtraba antiguamente el té y la sedería en Europa.

Al Nordeste entre el río Amor y la mar del Japon se encuentra la Pátria de los actuales Emperadores, la Mandchuria, desmedrada por las infinitas concesiones que los gobiernos de Peckin, han hecho á los rusos, desde la desembocadura del río Amor, hasta la parte marítima de la Corea.

Enmedio del gran triángulo entre el Thibet, la Kachgaria, la Mongolia y la China propiamente dicha, como si el mar hubiese dejado su representación, está el desierto de Gobi cuyas movedi. zas y sucias arenas y cuyas marismas insondables son para los chinos objeto de terror legendario. Una laguna Estigia repleta de monstruos; un infierno bíblico; el recinto de todo lo nefando.

Si inscribimos en el ángulo sudeste una circunferencia, tendremos el espacio ocupado por la China. Sus límites aparecen trazados por la corriente de dos grandes ríos el Juan-jo (1) ó río

(1) Los ingleses escriben Hwang-ho y los franceses Rouang-ro y Hoang-ho pero el verdadero sonido del nombre chino es Juanjo.

Amarillo y el Yang-Zu-Kiang ó río Azul, que como nacidos en la misma montaña, muestran en su caprichoso curso, la identidad y parecido de dos gemelos.

La China se divide en 18 provincias Kuang-si, Kuang-Tong (Canton) Fo-kien, Tche-kiang, KianTsu, Chen-si, Chan-si, Ro-nan, Guan-rui, ChanTong, Kiang-si, Tcheli, Hö-nan, Kuei-Tcho, TzeChuan, Hu-pé, Guan-rui, Kuan-si ó Kuang-su.

Desde el extremo de la Kachgaria al mar de China mide el celeste imperio 5.000 kilómetros, la base del triángulo 3.000.

Aunque muchos viajeros habían llegado hasta la Sericana, ninguno la mostró á Europa, con tan grandiosa admiración, como el veneciano Marco Polo, asombrado por los explendores de la corte de Kubilai-khan.

Cuando á fines del siglo 16 comenzaron las primeras relaciones entre China y Europa, la codicia, la violencia y el engaño de Portugueses, Holandeses y Venecianos no debió inspirarles gran confianza; sus actos de dolosa rapiña les valieron el sobrenombre de pueblos bárbaros, que en realidad habían merecido por su escandaloso comportamiento. Solo España supo conducirse con dignidad y corrección en esta lucha europea, empeñada para acaparar el té y la sedería.

Solo á esta dignidad y corrección con una raza envilecida se debe el escaso prestigio que á través de los siglos ha podido conservar. Aún hoy las autoridades manchues lo dicen á boca llena; España es la mejor amiga de China: la única que durante trescientos años ha correspondido con nobleza y perdon á las traiciones y desmanes.

Inglaterra después de acaparar el comercio de

Canton, introdujo á cañonazos el opio. Cuando en 1839 el Emperador Tao-Kuang aflijido y adolorado por los venenosos efectos del opio, encargó al íntegro y enérgico mandarin Lin-tze-zu que cortase el mal de raiz, declaró con este deseo, abierta la China á las gentes bárbaras.

Llegado á Canton el mandarin: exigió de los comerciantes que le entregasen todo el opio que había en los almacenes y en los buques surtos en el Chu-kiang: encuentra resistencia esta orden y el mandarin para mejor conseguir su objeto corta las relaciones de la plaza con los buques: el capitán Elliot tiembla ante el hambre y bajo su responsabilidad, se entrega al mandarin todo el opio, que es quemado inmediatamente.

Inglaterra en nombre de la libertad de comercio pretende que el pueblo chino siga envenenándose: sus buques ocupan las Lemas y el Archipiélago Tchu-san: el emperador asustado retira los poderes á Lin y encarga á su deudo Ki-tchan que negocie con los extranjeros.

Estos no piden casi nada: que se declare legal el comercio del opio, treinta millones de pesetas para indemnizar á los comerciantes y la cesión en propiedad de la isla de Hong-kong. El emperador no accede y la armada inglesa rompe las barreras del río de Perlas, bombardea Canton y lo entra á saco, como á Amoy, Ning po, Shanghai y Tchan-kiang cuyas soldados manchues, antes de entregar la ciudad, ahorcan á sus mujeres y niños, y combaten entre si para darse muerte y no caer vivos en manos de los diablos blancos.

El 29 de Agosto de 1842 se firmó en Nanking una paz deshonrosa, por la cual el gobierno chino, concedió la apertura de cinco puertos al

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