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castellano, ni difieren (si no es en los pueblos del Somontano (1) de la sintáxis común, ni marcan ninguna genialidad aragonesa, ni son otra cosa que combinaciones de las sin número que permite un idioma, y que todos los días crea el gusto ó la improvisación individual.

á

Todavía incluimos, sin embargo, en nuestro Diccionario algunas maneras provinciales, escogidas como de más corriente y general uso. Entre ellas no pueden tener cabida las que se apoyan en nombres propios, porque eso sería faltar á una especie de regla lexicológica; pero, en nuestro deseo de que nada importante se ignore, hasta donde nosotros podamos investigarlo, agruparemos aquí las no muchas pero muy curiosas locuciones de este género que para esta ocasión y lugar hemos apuntado:-Con D. Anton te topes, à guisa de maldición, en recuerdo de D. Antonio de Luna que asesinó al arzobispo de Zaragoza en los disturbios proInovidos por el conde de Urgel, pretendiente de la corona vacante en Aragón ante el Parlamento de Caspe; Ya se murió el rey D. Juan, frase proverbial alusiva al pródigo D. Juan II y dirigida contra los ambiciosos de mercedes; Que viene Vargas, expresión con que se asusta á los niños, desde la jornada funesta en que aquél mandó prender y decapitar á Lanuza, de órden de Felipe II; Viejo como las bragas de Fr. Pedro y sabido como el chiste de Saputo, modismos que vemos reunidos en una poesía manuscrita recogida por Lezaún, siendo tradicional la idea de Pedro Saputo desde el si

(1) La parte oriental de Huesca y la occidental y. septentrional de Barbastro, que generalmente se llaman en el pais Semontano de Huesca y Se montano de Barbastro.

glo XVII ); Más listo que Cardona, como alusión al vizconde de este título, que, cuando su grande amigo el infante D. Fernando fué mandado matar por el rey su hermano en 1363, huyó precipitadamente desde Castellón á Cardona, pasando el Ebro por Amposta; Más feo que Tito, corrupción de Picio; Peor que Geta, quizá degeneración de Gestas; Tiene más que Zaporta, cuya esplendidez se conserva en Zaragoza en el palacio monumental de su nombre, que después se llamó de la Infanta por haberlo habitado la esposa del infante D. Luis; Más malo que Piran; Más célebre que Barceló Barceló por la mar, con alusión al mallorquín Barceló, famoso en el siglo pasado; Ser un Fierrabrás, tomado de Fier a bras, personaje caballeresco; Sabe más que Briján, por Bricán, nigromante ó hechicero como Merlin, según Milá; Más caro que el salmón de Alagón; En donde Cristo dió las tres voces, denotando un paraje extraviado ó lejano; Irse por Valde-Gurriana, por desviarse del camino natural, en

(1) Sobre él ha escrito D. B. Foz una novela al gusto clásico y picaresco, y los versos á que aludimos en el texto son los siguientes:

Las comedias que aquí nos representan

se hicieron en el año del diluvio:

más viejas que las bragas de Fr. Pedro,
más sabidas que el chiste de Saputo.

En cuanto à la locución que ponemos en pos de ésta, debemos decir que en Castilla se toma á Cardona en sentido de discreto: en un escritor hemos leido que ni Cardona con ser tan listo, podía adivinar; en otro usted es un joven más listo que el mismo Cardona y más sabio que Briján; en otro el arte de hacer fortuna sabe mejor que Cardona; pero Hartzenbusch en El Niño desobediente dice, para ir á obedecerla más listo que Cardona:> Trueba ha escrito un cuento denominado El más listo que Cardona, título que dejó en español Mr. Latour, porque dijo que no sabía cómo traducirlo.

el juego, en la conversación ó de otra manera; Más duro que el pié de Cristo, lo cual se aplica á cosas materiales como el pan, el queso, etc.; Llamar á Cachano con dos tejas, por querer un imposible ó apelar á quien no puede socorrernos; Llover más agua que cuando enterraron á Zafra, en que la traducción exajerada dice que el ataud iba sobrenadando; Salir de Herrera y entrar en Carbonera, 6 ir de mal en peor, ó caer de un peligro en otro; Grande como el cantal de Alcorisa & como la bola de San Ildefonso, esto último cuando se refiere á alguna patraña ó á cosa de poco tamaño absoluto; Llano como la sala de San Jorge, con alusión al salón principal de la antigua Diputación (1); . El secreto de Aguilar, que la Academia dice de Anchuelo; El Tonto de Aleca; El Bruto de Alfocea; Perdido como Carracuca, en sentido de no tener salvación; Es que empuja Perena, con alusión al Coronel de este nombre, que operaba hácia la parte de Huesca durante los sitios de Zaragoza, y á quien atribuían cándidamente que empujaba á los franceses, cuando éstos iban apretando el asedio: Justicia de Almudévar, con que se designa la ley del embudo ó del encaje, si bien en su origen tradicional no tuvo ese significado, pues se cuenta la fábula de que, condenado á muerte el herrero único del pueblo, se sacrificó en su lugar á un tejedor, porque en el pueblo todavía quedaba otro de su oficio; Pinta de Juslibol, que se aplica á varias cosas, pero quizá proceda de los melones que de allí son famosos;

1) Posteriormente Audiencia; después destruido por los franceses en los sitios: y hoy Seminario conciliar.

Más tonto que Pichote; Suelta como la vaca de Roque, para motejar á la mujer demasiado independiente ó que no va acompañada como debe; No dijo más Modrego á su amo, que se aplica al que contesta descortés y lacónicamente en sentido negativo; Judio de la maza, que se dice como punto de comparación para muchas frases, por ejemplo, «es capaz de casarse con el Judio de la maza»; De Miguel de Arcos, que se emplea en sentido favorable para muchas cosas, por ejemplo, para una jugada buena; Sol de Milán, que hoy ya no suele aplicarse sino como parte de ese rico vocabulario, con que las madres acarician á sus hijos, pero que antes se aplicaba también á las mujeres, y parece que tomó origen de la marquesa de Lazán, á quien, por su sobresaliente hermosura y por su patria, se calificó á fines del siglo pasado con aquel epiteto; La Maza de Fraga, que se emplea muchas veces para representar que le cayó á uno un peso insoportable; Ir con la esquina de los caracoles, con alusión á una calle de Zaragoza, y en significación de que un reloj ó cualquiera otra cosa marchan mal ó no son fidedignos; Ser de los del Gancho, refiriéndose al de San Pablo, hoz ó cuchilla corva de su pendón parroquial, para manifestar que uno es aragonés legitimo en sus cualidades de testarudez y dureza; Estar escondido como el tio Salero, esto es, en medio de la plaza; la Campana Valera, asi llamada la principal de la Seo de Zaragoza por estar dedicada á San Valero, y sirve de comparación en muchas frases en sentido de abultar una cosa é de tratar de celebrarla; y, en fin, dando ya punto en esto para no hacerlo interminable, Ya cienc

Martinico, para indicar que va entrando el sueño á los niños, sobre cuya frase nos ocurre añadir que en el Libro de Patronio el diablo dice à uno, que en los apuros le llame con las palabras «acorredme, D. Martin:» en los Viajes de Marco Polo, 1519, se llama Martin al diablo y en algunas provincias de España se llama á los duendes Martinico.

En lo que sí queremos detenernos algún tanto es en el gracioso diminutivo en ico, que consideramos más bien como un modismo que como una palabra, y que, si bien es manera de hablar muy castellana y áun no considerada como arcaismo por el Diccionario de la lengua, pero es desusada y áun ridícula entre los castellanos, al paso que muy general en todas las clases sociales de Aragón y de Navarra. Y decimos que muy general, porque hemos de confesar que un gran número de palabras de las que hemos citado como aragonesas, y por ventura las más interesantes, como cal, aturar, amprar y muchísimas otras, ya no se conservan sino entre las clases infimas del pueblo; que también acá ha cundido entre las personas cultas el desdén hácia nuestras bellezas provinciales; pero el diminutivo de que hablamos es universal, y ya no depende de la educación sino del nacimiento.

El idioma español, rico en los diminutivos cual ningún otro, y desde luego muchísimo más que el hebreo, el árabe, el griego y áun el latín y el italiano, como que reune más de treinta diversas terminaciones (1),

(1) ¿Que lengua puede, en efecto, presentar, sin sus diminutivos irregu lares y subderivados, que no son pocos en la española, las variadísimas desinencias de palmadica, rientecillo, bonito, palomino, cobertizo, escobajo,

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