Fundamento del vigor y elegancia de la lengua castellana, Volúmenes1-2

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M. Rivadeneyra, 1852 - 272 páginas
 

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Pasajes populares

Página 17 - Y si acaso dijeren que es novedad, yo confieso que es nuevo, y camino no usado por los que escriben en esta lengua, poner en ella número, levantándola del descaimiento ordinario. El cual camino quise yo abrir, no por la presunción que tengo de mí, que sé bien la pequenez de mis fuerzas, sino para que los que las tienen se animen a tratar de aquí adelante su lengua como los sabios y elocuentes pasados...
Página 90 - El blanco trigo multiplica y crece, produce el campo en abundancia tierno pasto al ganado, el verde monte ofrece a las fieras salvajes su gobierno...
Página 178 - Si tratáredes de amores, con dos onzas que sepáis de la lengua toscana, toparéis con León Hebreo, que os hincha las medidas.
Página 182 - Siendo esto así, como lo es, que si acaso viniere a verte cuando estés en tu ínsula alguno de tus parientes, no le deseches ni le afrentes; antes le has de acoger, agasajar y regalar, que con esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie se desprecie de lo que él hizo, y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada.
Página 198 - Dije virtudes, riquezas y liberalidades, porque el grande que fuere vicioso, será vicioso grande, y el rico no liberal, será un avaro mendigo: que al poseedor de las riquezas no le hace dichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no el gastarlas como quiera , sino el saberlas bien gastar. Al caballero pobre no le queda otro camino para mostrar que es caballero, sino el de la virtud, siendo afable, bien criado. cortés, comedido y oficioso; no soberbio, no arrogante, no murmurador, y sobre todo caritativo...
Página 191 - Señoría) tratando con él en cosas de ingenio y de letras, y especialmente en las variedades de muchas lenguas, me dixo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia: y no solamente me lo dixo así livianamente, mas aun me rogó que lo hiciese.
Página 175 - Cuándo será que pueda libre de esta prisión volar al cielo, Felipe, y en la rueda que huye más del suelo, contemplar la verdad pura sin velo...
Página 171 - Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres...
Página 92 - ¡Ay! ¡Qué larga es esta vida, qué duros estos destierros, esta cárcel y estos hierros, en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no muero.
Página 177 - Cide Hamete: que tiene para sí ser tan locos los burladores como los burlados, y que no estaban los duques dos dedos de parecer tontos, pues tanto ahinco ponían en burlarse de dos tontos.

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