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drian seguir por no habello sabido ántes; mayormente pues que tenía á su hermano el Infante, á quien de derecho le pertenescia y lo debia de haber. El Rey, no curando de aquello, porque sintió ser dicho con malicia, otro dia siguiente acordó de gelo confirmar é darle las insignias que como á Maestre le pertenecian, expidiendo al Conde de Ledesma título de Maestre de Santiago con fecha 23 de Mayo de 1464 (1). Entonces el Marqués de Villena, vista la novedad, y como el Conde de Ledesma, seyendo Maestre, era mayor señor que no él, procuró y trabajó cuanto pudo la deshonra é perdicion del Rey, en tal manera que luego procuró que los Grandes de su confederacion allegasen sus gentes é se pusiesen en armas y estuviesen apercibidos. E así pensó cómo pudiese prender al Rey con la Reina y la Princesa, é tomar á los Infantes é tenerlos así de su mano, é matar al nuevo Maestre.» Tampoco esta vez le salió bien al de Villena su inicuo proyecto porque fué descubierto tres horas ántes de ser puesto en ejecucion.

Trataron de intervenir en estas diferencias y disensiones entre el Rey y el Marqués de Villena dos de los mayores amigos de éste, los Condes de Plasencia y de Alba, los cuales á título de entrevista entre San Pedro de las Dueñas y Villacastin, hicieron salir al Rey fuera de Segovia, con ánimo de prenderle, como lo hubieran ejecutado á no ser oportunamente avisado, así como tambien de que el almirante Don Fadrique Enriquez habia alzado pendones en Valladolid por el infante Don Alonso. Sabido esto, el Rey se retiró camino de Segovia, y el nuevo Maestre de Santiago se quedó en el campo con su gente y la de las guardas, ordenando sus escuadrones para dar la batalla al Maestre de Calatrava y otros magnates rebeldes que con fuerzas considerables venian contra el Rey. Desde lo alto de la sierra envió el Rey á decir al Maestre de Santiago, por medio del cronista Enriquez del Castillo, que moviese su gente y fuese hácia Segovia, y que no pelease por nada del mundo ni consintiese revolver escaramuza alguna. Mucho esfuerzo debió costar al Maestre de Santiago el obedecer esta vez á su Rey, dado su arrojo y valor y el ánsia que tenía por pelear contra tan obstinados rebeldes, pero acatando la órden que acababa de recibir dió la vuelta á Segovia, placiendo extremadamente al Rey de que no hubiese peleado.

(1) Véase doc. núm. 6.

La complicacion de los sucesos ocurridos en este año de 1464 no me ha permitido consignar, como quiero hacerlo ántes de concluir este capítulo, que poco despues de haber sido el Conde de Ledesma elevado á la alta dignidad de Maestre de Santiago, el Rey, á solicitud de éste, por cédula de 15 de Junio de dicho año, dada en Madrid, hizo merced de la tenencia de la villa de Huelma al comendador Don Diego de la Cueva, del Consejo del Rey, por toda su vida, disponiendo que despues de ella pasase por vía de mayorazgo á su hijo Don Beltran. Por otra cédula de 23 de Junio del mismo año mandó á sus contadores que no pidiesen cuenta á Don Diego de la Cueva ni á su hijo Don Beltran ni á sus sucesores de los maravedises, pagas, sueldos y emolumentos anejos á la tenencia de la referida villa. Y finalmente, por otra cédula de 12 de Julio le concedió el señorío de la mencionada villa (1).

(1) Doc. núms. 8 y 9.

CAPÍTULO IV.

Levántase la nobleza rebelde en armas contra el Rey.-Negocia con ella Don Enrique.-Hace donacion de las ciudades de Gibraltar y Cartagena y de las villas de Anguix y Molina al Conde de Ledesma.-El Duque de Medinasidonia sitia y ataca á Gibraltar.-Heroica defensa que hace de esta plaza su alcaide Estéban de Villacreces.-La rinde por consuncion.-Se apodera el Duque de Medinasidonia de la villa de Jimena.-Queda Don Beltran en rehenes hasta la entrega del infante Don Alfonso.-Merced que le hace el Rey de dos cuentos cuatrocientos cincuenta mil mrs. de juro.—Le encomienda Enrique IV el castillo de la Peña de Alcázar.-Renuncia Don Beltran el Maestrazgo de Santiago á ruegos del Rey.— Le nombra éste en compensacion Duque de Alburquerque.-Sale desterrado de la Corte en virtud de las capitulaciones establecidas.-Merced de seis cuentos de maravedises que hace el Rey á Don Beltran.-Donacion de las villas de Roa y Cuéllar.-Cartas de seguridad que le da el Rey á su salida de la Corte.

Con haber sido tan azarosa é intranquila la vida de Don Beltran de la Cueva desde que entró al servicio de Enrique IV, ningun año como el de 1464 fué para él tan turbulento y borrascoso.

Encerróse la nobleza rebelde en Búrgos, cuya fortaleza estaba por el Conde de Plasencia, y desde allí, con fecha 28 de Setiembre de este calamitoso año, dirigió al Rey una carta en extremo altiva é insolente, en la que despues de enumerar las quejas que de su mal gobierno tenía, se expresaba así (1): «Pero las (cosas) que por el presente requieren muy acelerado remedio, por el cual deseándolo ver nuestros corazones é de vuestros naturales lloran gotas de sangre, es la opresion de vuestra Real persona en poder del Conde de Ledesma, pues parece que vuestra Señoría non es señor de faser de sí lo que la razon natural vos enseña; el cual no temiendo á Dios, nin

(1) Colec. diplom. de Enrique IV, núm. 97.

mirando á las grandes mercedes que de vuestra Alteza rescebió, ha deshonrado vuestra persona é casa Real, ocupando las cosas solamente á V. A. debidas é procurando con V. A. que feciese á los grandes de vuestro regno é á las cibdades jurar por primogénita heredera de ellos á doña Johana, llamándola Princesa non lo seyendo; pues á V. A. é á él es bien manifiesto ella non ser hija de vuestra Señoría; é el dicho juramento que los grandes de vuestros regnos fisieron, fué por justo temor é miedo que por estonce de V. A. ovieron; é todos ó los mas fesieron sus protestaciones, segund que entendian que á salvacion de sus conciencias é lealtad los cumplian; é ha procurado con V. A. como con vuestra abtoridad él fuese apoderado de las personas de los ilustres señores Infantes don Alfonso é doña Isabel, hermanos vuestros, los cuales él agora tiene presos en la forma que vuestra Señoría ve, en gran injuria de vuestra realeza é mengua de todos los naturales de estos regnos, los cuales temen quél ó otras personas conformes á la voluntad del dicho Conde procurarán la muerte á los dichos Infantes, porque la sucesion de estos regnos venga á la dicha doña Johana: así mesmo procuró de desheredar al dicho Infante, quitándole la administracion del maestrazgo de Santiago que el señor rey Don Johan vuestro padre le habia dejado por vertud de ciertas bulas apostólicas quel tenía, é quel dicho Maestradgo fuese dado á él en desheredamiento del dicho Infante vro. hermano en destruicion de la dicha órden é del señorío de vros. regnos: é para aquestas cosas faser á su voluntad, ha procurado con vra. alteza que algunos suyos é otros sus parciales estén apoderados de algunas principales cibdades é grandes fortalezas de vros. regnos. Por ende nosotros é todos los otros Perlados é Caballeros queriendo guardar la fe que á nro. Redentor é Salvador Jesucristo prometimos é la lealtad que debemos á vra. corona real... á vra. real majestad suplicamos con la mayor reverencia que podemos, debemos é la requerimos en nuestro nombre é de los dichos perlados, caballeros é de los tres estados de los dichos regnos, que luego quiera vuestra señoría mandar prender al dicho Conde de Ledesma é á todas las personas que han seido participantes en tanto deshonor de vuestra persona real é perdicion de vuestros regnos, é ponerlos á grand recabdo; é mande luego delibrar á los dichos Infantes vuestros hermanos é vuestra señoría se quiera venir con ellos á esta cibdad de Burgos, cabeza de Castilla, ó en otro lugar á todos seguro... é quiera tener

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Cortes generales... é dar órden en la gobernacion é administracion de la justicia de los dichos regnos é desagraviar los que estén agraviados é las cosas sobre dichas remediar... é el señor Infante aya el maestradgo en administracion, é sea heredado segund fué la voluntad del dicho Rey su padre, é allí sea jurado por Infante heredero... E otrosí suplicamos é requerimos á vra. señoría que non quiera desposar nin casar la dicha Infanta doña Isabel vra. hermana con persona alguna sin consejo é acuerdo de todos los tres Estados de los dichos vros. regnos, segund fué la voluntad del dicho señor rey vro. padre, porque así lo quiere la razon. E vra. señoría queriendo otorgar é faser todo lo aquí suplicado, á Dios fará grand servicio é muy señalada merced á todos los que lo suplicamos, é por todos V. A. será servido é obedescido é tratado é acatado, como son obligados; é vuestra señoría otra manera queriendo tener... á nosotros é á los de vuestros regnos será forzado... de nos juntar todos é llamar nuestras gentes é los naturales del regno, é poderosamente cuanto más podremos, resestir los males susodichos é procurar el remedio de aquellos... Otrosí, como quier que vuestra señoría libró algunas cartas para las cibdades é villas de nuestros regnos é para todos vuestros naturales que vos fasieron librar el dicho Conde de Ledesma é sus parciales, desiendo que alborotábamos vros. regnos en deservicio de vra. alteza é del pacífico estado de ellos é que queríamos faser guerra é escándalos é que non veniesen á nuestros llamamientos nuestros vasallos é los otros que con nosotros viven so grandes penas; por cierto, muy poderoso rey, las causas porque nosotros somos juntos son las contenidas en esta letra...>>

Bien puede asegurarse con el erudito Clemencin (1) que no fué el celo del bien público el que dictó esta atrevida representacion, sino la envidia al favor y privanza de que gozaba Don Beltran, y el deseo de perturbar más y más el reino para arrancar de este modo de la debilidad del Rey pingües rentas y mercedes.

Cuando el Rey se enteró de esta ignominiosa representacion, se encaminó á Valladolid y mandó llamar á los de su Consejo, principalmente al Maestre de Santiago, al Obispo de Calahorra Don Pedro Gonzalez de Mendoza, y á Don Lope de Barrientos, obispo de Cuenca; y habiéndoles pedido su parecer en tan apurado trance, ha

Ilustraciones al Elogio de la Reina Católica.

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