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gestad, é otra y mas vezes, quantas debo y puedo, pido é requiero á Vuestra Merced me otorgue esta dicha mi apelacion, é si tácita ó espresamente me fuere denegada, pídolo por testimonio.

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Así presentado, el dicho señor Gonzalo de Guzman dixo que, sin embargo de la apelacion interpuesta por el dicho Manuel de Rojas, manda lo mandado, é cumpliendo el dicho Manuel de Rojas lo suso dicho, en quanto de derecho há lugar, le otorga la dicha apelacion para que la siga á donde á su derecho convenga.

E luego el dicho Manuel de Rojas dixo quel dicho señor Gonzalo de Guzman le haze en lo suso dicho manifiesto agravio, é que no consiente en cosa que sea en su perjuicio; así de lo uno como de lo otro apeló, y pidiólo por testimonio.

E luego el dicho señor Gonzalo de Guzman dixo que manda lo mandado, que se le dé testimonio de todo lo que ha pasado, é en ello vaya el treslado de la provision de Su Magestad. Testigos que fueron presentes á todo lo que dicho es: Juan Perez de Guzman é Pedro Alvarez é Juan de Granadillo.-E yo Juan de la Torre, escribano de Su Magestad suso dicho, á pedimiento del dicho Manuel de Rojas, lo que dicho es fize escrebir en estas quatro hojas, con esta en que vá este mi signo, el qual fize á tal (signo) en testimonio de verdad, Juan de la Torre, escribano de Su Magestad.-(Rúbrica.)

CARTA DE JUAN DE LERMA Á SU MAGESTAD, DANDO CUENTA DE HALLARSE PRESO POR DEUDAS EN SANTIAGO DE CUBA, PIDIENDO MERCED POR SUS SERVICIOS, Y AVISANDO DE ALGUNAS COSAS DE LA GOBERNACION DE HONDURAS.-(20 de Octubre de 1535.) (1)

S. C. C. M.-Podrá aber cinco meses que escribí á Vuestra Magestad desde la villa de la Habana, haciéndole relacion del estado en que quedaba la gobernacion de Yucatan, y como quedaba despoblada, é la cabsa por qué é cómo, yendo yo á hacer relacion á Vuestra Magestad de todo, me prendieron en aquella villa, por mill é quinientos pesos de oro que yo debia á ciertas personas vecinos desta ciudad de Santiago, de resto de tres mill pesos de oro que yo tomé dellos prestados, á pagar en la ciudad de Sevilla, podrá aber quatro años, para uno de los socorros que hize á la dicha gobernacion, así de espa ñoles y caballos y armas, como de mantenimientos, como creo que Vuestra Magestad estará informado dello, de cuya causa â cesado y cesa mi ida á besar los imperiales piés de Vuestra Magestad, é á le hazer relacion de todo lo sucedido en aquella gobernacion, y de otras cosas conplideras á su Real servicio; y lo que despues se ofreze qué hazer, sabrá Vuestra Magestad.

Yo quedo encarcelado en esta ciudad de Santiago, como Vuestra Magestad verá por esta fée que aquí em

(1) Archivo de Indias. Audiencia de Santo Domingo. Cartas de personas seculares.

bio, hasta tanto que yo sea proveido de los dichos pesos de oro, de ciertos amigos é criados mios que tengo en la Nueva España, á quien yo he escripto para yo poder salir deste encarcelamiento; espero en Dios que lo pro

veerán.

Mediante este tiempo que aquí estoy encarcelado en esta ciudad, llegó aquí un caravelon de Cabo de Honduras, y las nuevas que truxo de aquella gobernacion son que Andrés de Cerezeda, theniente de gobernador della é contador de Vuestra Magestad, se abia pasado, con todos los españoles que abia en Honduras, á Naco, é que la cantidad de los indios que allí abia era mucha é mala de sojuzgar, é que los españoles eran pocos, é que se temian que ternian algun peligro.

lo

Hágolo saber á Vuestra Magestad, porque es bien que sepa é lo mande remediar con brevedad, en mandar proveer de gobernador é gente para Honduras y la tierra de Naco, porque hay noticia que es muy rica aquella tierra, y los españoles que en ella ay son pocos, y si el remedio les tardase, podria ser que se fuesen é se despoblase aquella tierra, por cabsa que hay muchos indios en ella y son muy guerreros é malos de sojuzgar; é si, lo que Dios no quiera, esto fuese así, sería dar mucho fabor á los indios, é sería cabsa que no se sojuzgase la dicha tierra ni la de Yucatan, como querrían, por ser todo una tierra é una lengua de indios, é se juntarán é favorecerán los unos con los otros; y siendo esto así, ningun nabío iria aquella tierra, que no pereciesen todos y sacrificasen los españoles, de lo qual Dios y Vuestra Magestad serian deservidos.

De mí, lo que tengo que hazer saber á Vuestra Magestad es como otras muchas veces le he escripto, yo por

cabsa de mi prision no voy á esa Córte á pedir que, pues yo he perdido todo cuanto tenia en servicio de Vuestra Magestad é por su mandado, hasta tanto, que he quedado sin un real y adebdado, que Vuestra Magestad me hiziese merced de me mandar dar de comer donde fuese servido; á Vuestra Magestad suplico que, pues yo no puedo ir por las cabsas que he dicho, no sea cabsa para que no se tenga memoria de mí, é mandar que, pues yo soy poblador antiguo en la Nueva España, é como tal yo tenia mi repartimiento de indios, el qual en mi ausencia é andando en servicio de Vuestra Magestad me fueron quitados, que en ella se me provea de dos pueblos, ó lo que Vuestra Magestad fuere servido, con que me pueda sostener, é me mande dar algo en qué le sirva, pues no es otro mi deseo sino de servir á Vuesta Magestad. Nuestro Señor la imperial persona de Vuestra Magestad guarde y acreciente, con muchos mas Reinos como su Real corazon desea.

Desta ciudad de Santiago de la Isla Fernandina, á veinte de Octubre de 1535 años.-S. C. C. M.--Umillísimo criado é basallo de Vuestra Magestad, que sus imperiales piés besa.-Joan de Lerma. (Hay una rúbrica.)

CARTA DE GERÓNIMO DE ORTAL Á SU MAGESTAD, DÁNDOLE CUENTA DE SUS SERVICIOS EN LA GOBERNACION DE CUBAGUA, Y PIDIENDO MERCED. (28 Enero de 1533.) (1)

S. C. C. M.-Girónimo de Hortal, á quien Vuestra

(1) Archivo de Indias, Audiencia de Santo Domingo. Cartas de personas seculares.

Magestad encomendó la thésorería de la gobernacion del comendador Diego de Hordas, beso piés y manos de Vuestra Magestad, y digo que en veinte y seis de Agosto é veinte y quatro de Noviembre escribí á Vuestra Magestad, dándole razon de lo que nos sucedió con los de la Isla de Cubagua, y la poca razon que tubieron de inpedir á Diego de Hordas y á los que con él veniamos en servicio de Vuestra Magestad, de la qual cabsa el dicho Hordas iva á dar razon y cuenta de todo ello á Vuestra Magestad, y plugo á Nuestro Señor que en el golfo de España murió; Vuestra Magestad perdió en él muy gran servidor y siempre le conoscí al deseo y voluntad; yo quedé acá despues dél partido, y aun con lo poco que tenia y me quedó desta jornada, siempre procuré de sostener lo de la poblacion de Paria, lo qual se â hecho hasta agora sin tener de qué se sustentar en ella como tengo avisado, y tambien para hazer ciertas diligencias que convenian á servicio de Vuestra Magestad, sobre cierta hacienda perdida, las quales diligencias y recabdos yo daré y mostraré al licenciado Francisco de Prado, juez de residencia que Vuestra Magestad embió á esta Isla, porque haga relacion de mi servicio y descargo: al qual he informado de todo lo desta gobernacion muy particularmente, para que Vuestra Magestad pueda proveer lo que fuere servido en ella, pues de la calidad de la tierra, Diego de Hordas é yo siempre digimos lo que en ella abia y se podria aprovechar; y Dios siendo servido, pues acá no hay en qué servir á Vuestra Magestad en ella, ni hazer yo falta en cosa ninguna, me partiré desta Isla con el primer nabío á dar á Vuestra Magestad la misma cuenta y razon de todo lo pasado y presente.

En esta gobernacion yo he servido á Vuestra Mages

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