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de César, el Senado decretó: «Uti ante certam diem exercitum Cæsar dimittat: si non faciat, eum ADVERSUS REMPUB. FACTURUM

VIDERI.>>

Los honores que dispensaba el Senado llevaban siempre la fórmula:

53. PLACERE SENATUI.

Estos honores variaban segun las circunstancias. Para lisongear á Augusto, el Senado cambió el nombre del mes Sextilis en el de Augustus. Hé aquí este célebre senado-consulto. «Cum Imperator Cæsar Augustus mense Sextili et primum consulatum inierit, et triumphos tres in urbem intulerit, et ex Janiculo legiones deductæ, sequutæ sint ejus auspicia ac fidem: et Egiptus hoc mense in potestatem Populi Rom. redacta sit: finisque hoc mense bellis impositus sit: atque ob has causas hic mensis huic imperio felicissimus sit, ac fuerit: PLACERE SENATUI, ut mensis Augustus appellaretur.» El primero á quien el Senado dispensó el honor de llamar Pater Patriæ, título que luego fué propio de los emperadores, se dice haber sido Ciceron: así lo afirma Plinio: «Salve primus omnium Parens Patriæ appellate:» y lo confirma el orador in Pis.: «Me Q. Catulus, princeps hujus or— dinis, et auctor publici consilii, frecuentissimo Senatu, PARENTEM PATRIE nominavit.»

Algunas veces el Senado mandaba se diesen gracias á los que habian hecho un gran servicio á la república. Así dispuso se hiciese con los ciudadanos de los municipios de toda Italia, que habian acudido á Roma para votar la ley que levantaba el destierro de Ciceron.

54. UT HIS QUI EX TOTA ITALIA, SALUTIS EJUS Causa con

VENERANT, AGERENTUR GRATIÆ.

Si un ciudadano habia sido condenado injustamente y se reconocia su inocencia el Senado mandaba se le indemnizase de los perjuicios causados. Despues de la anulacion de la ley

Clodia, ordenó el Senado se reedificase á costa del Erario la casa de Ciceron; que la purificasen los pontífices, la defendiesen los magistrados, y la fortificasen los jueces.

55. EX ÆRARIO ÆDIFICANDAM, A PONTIFICIBUS LIBERANDAM, A

MAGISTRATIBUS DEFENDENDAM, A JUDICIBUS MUNIENDAM.

A veces el Senado tomaba acuerdos que perpetuasen la memoria de una gran desgracia para la república: despues de la muerte de César se aprobó un senado-consulto para que nunca celebrase sesion el Senado el dia de los Idus de Marzo:

56. IDUSQUE MARTIAS, PARRICIDIUM NOMINARI, AC NE unQUAM EO DIE SENATUS HABERETUR.

En las conspiraciones, rebeliones, guerras ú otro cualquier atentado contra la república, el Senado hacia la declaracion de «<enemistad á la patria» por medio de la fórmula:

57. HOSTES JUDICARI.

Si esta declaracion era por conspiracion ó rebelion, se prometia indulto á todos los que en ella habian tomado parte, siempre que se apartasen de los principales autores de la conspiracion en un plazo dado, por medio de esta fórmula:

58. IIS FRAUDI NE ESSET.

Encontramos reunidas las dos fórmulas en el senado-consulto contra Catilina. «Catilinam et Manlium HOSTES JUDICAVIT, ceteræ multitudini diem statuit, ante quam liceret, SINE FRAUDE AB ARMIS DISCEDERE, præter rerum capitalium damnatos.»

Además de los modelos de senado-consultos que están esparcidos por los autores latinos, Ulpiano en el Digesto nos ha conservado los textos de los senado-consultos sobre «Peticion

de herencia.» Veleyano, Macedoniano, Trebeliano y otros que se hallan en la misma compilacion legal. Plutarco, Suetonio y demás clásicos, nos hablan del senado-consulto hecho á propuesta de Ciceron, despues del asesinato de César, «Cicerone auctore, senatusconsulto in ejus sententiam facto,» para el olvido completo de todo lo pasado. Parece que el orador invocó entonces la memoria y costumbre de los atenienses, y el senado-consulto, no solo pasó bajo la fórmula

59. ABOLITIONEM FACTI DECERNENTIBUS, OBLIVIONIS PRÆ

TERITARUM RERUM,

sino que, segun Suetonio, «etiam de præmiis Tyrannicidarum referendum censuit.»>

Despues de pronunciado el senado-consulto, si era precisa para elevarlo á ley la reunion de los comicios por tribus, el Senado encargaba á los cónsules se entendiesen para ello con los tribunos, usando la siguiente fórmula:

60. UT CUM TRIBUNIS PL. AGERENT, UT ILLI AD POPULUM PLEBEMVE, ROGATIONEM DE EA RE FERRENT.

Así cuando despues de batidas las legiones en España, se trató de mandar á ella un buen general, el Senado acordó: «ut ii consules CUM TRIBUNIS AGERENT, si eis videretur, UT PLEBEM ROGARENT, cui juberent in Hispania imperium esse.»

Las declaraciones de guerra se acordaban en el Senado, y luego el cónsul llevaba los senado-consultos á los comicios por centurias para conseguir la ley: usábase generalmente para proponer la guerra la siguiente formula:

64. VELLENT JUBERENTNE, BELLUM INIRI.

Livio dice que para declarar la guerra á Antioco, «Patres

rogationem ad populum ferri jusserunt, VELLENT JUBERENTNE, cum Antiocho rege, quique sectam ejus sequuti essent, BELLUM INIRI.>>

TRIBUNOS DE LA PLEBE.

FÓRMULAS.

La fórmula mas usada por los tribunos para oponerse á los senado-consultos era la conocida de,

62. VETO.

Los senado-consultos heridos con esta fórmula no se elevaban á ley, pero quedaban como autoridad del Senado «Senatus auctoritas,» y en las decisiones de los tribunales tenian gran fuerza como derecho constituyente.

Los tribunos podian aplazar la resolucion de aquellos senado-consultos que los cónsules ó el Senado les pedian llevasen á la aprobacion de los comicios por tribus, y solian expresar el aplazamiento con la idea de que se les dejase la noche para deliberar. Cuando el Senado por unanimidad y poseido del mayor entusiasmo con los discursos de Pompeyo y L. Cotta, acordó la vuelta de Ciceron, los cónsules y senadores se lanzaron al banco de los tribunos para que llevasen al instante á las tribus el senado-consulto: uno de ellos se encargó de apagar aquel volcan Ciceroniano con la fria fórmula,

63. NOCTEM SIBI AD DELIBERANDUM.

Los tribunos tenian inmensa autoridad aun dentro del Senado y hasta en los actos reglamentarios de las sesiones. Si algun senador de la minoría se veia llamado al órden, ó inter

rumpido con murmullos, voces ó ruido con los piés, como sucedió en la célebre sesion de Catilina, el senador así maltratado pedia proteccion á los tribunos, y estos, interponiendo su autoridad, hacian entrar en órden al Senado. Plinio en una de sus cartas (XIII, lib. IX) habla de una borrascosa sesion en que los senadores Annio Flacco, Avidio Quieto, Cornuto Tertullo, Satrio Rufo y otros muchos, hablaron todos contra Fabricio Veyento, y cuando este empezó á defenderse nadie queria escucharle, todos tosian, murmuraban y hacian ruido con los piés: entonces Veyento apeló á la suprema fórmula, y exclamó :

64. ROGO, PATRES CONSCRIPTI, NE ME COGATIS IMPLORARE

AUXILIUM TRIBUNORUM.

El tribuno L. Cotta, que no quiso desaprovechar la ocasion de humillar al Senado, dijo solemnemente dirigiéndose á Veyento:

65. PERMITTO TIBI, VIR CLARISSIME VEYENTE, DICERE.

Tenemos dicho que los tribunos podian interponer su autoridad hasta en la ejecucion de las sentencias. La fórmula usual de los que impetraban su proteccion, era esta:

66. A VOBIS TRIBUNI POSTULO UT MIHI AUXILIO SITIS.

Los tribunos segun lo que resolvian contestaban

67. AUXILIO SE FUTUROS, vel NON FUTUROS.

Livio (lib. XXVIII) trae el caso de Fulvio apelante á los tribunos, que explica las facultades de estos y reune las dos fórmulas anteriores: «Itaque A VOBIS TRIBUNI PLEBIS POSTULO, UT sententiam MIHI ideo non dicenti, quod si in meam sententiam

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