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derna, y Accio reunió bajo su mando todos los elementos cristianos del mundo, agrupando á los romanos, wisigodos, francos, sarmatas, armoricanos, letas, borgoñones, sajones, salios, ripuarios, breones y todas las demás naciones celtas y germánicas. Este fué el último esfuerzo de la idolatría; y su derrota, el 14 de Junio de 451, dejó á la nueva doctrina en posesion del mundo romano, desapareciendo ya de él los restos del paganismo antiguo.

CAPITULO II.

Invasion de los vándalos.—Alanos.-Suevos.-Silingos.-Catos.-Opinion del Brugense. Idem de Paulo Orosio.-Los godos.-Provienen de los scitas.- Son los mismos que los getas.-No proceden de la Scandinavia.-Proceden del Asia.No eran bárbaros.-Fueron ilustrados y civilizados.-Pruebas de estos asertos.—Virtudes y valor de los godos.-Vinieron á tomar posesion de España.— Pruebas de esta opinion.

El otro acontecimiento que tanta influencia tuvo en los destinos de nuestro país y en su legislacion, fué la invasion del imperio romano por las naciones del Norte à principios del siglo V. En este punto nos limitaremos á lo concerniente á España, procurando rectificar, aunque brevemente, numerosos errores en que han incurrido muchos historiadores, y vendicar la memoria de nuestros antepasados de las injurias é injusticia con que han sido tratados por vulgares preocupaciones.

La primera invasion que sufrimos siendo Honorio emperador de Occidente, acaeció en el año 409, aunque San Isidoro la pone en 408. Gonderico, rey de los vándalos, asociado con Atace y Hermenerico, reyes de los alanos y suevos, con los silingos, y segun algunos con los catos, penetró por las Galias, y aquellas diversas gentes se derramaron por toda España, ocupándola en breve tiempo, á excepcion sin embargo de algunas comarcas centrales en la Celtiberia. No disputaremos acerca de la procedencia de los invasores, manifestando solo nuestra opinion que hemos procurado fundar en los datos mas autorizados.

Los vándalos, segun Plinio, eran originarios del Melecburgo y de la Pomerania. Los alanos procedian de las comarcas situadas entre el mar Caspio y el Ponto Euxino, bocas del Tanais (Don) y del Rha (Volga), segun se deduce de la Alanica de Arriano y el Toxaris de Luciano: eran generalmente aliados de los ostrogodos, y aun se supone con fundamento que algunos de estos los acompañaron á formar establecimientos en las Galias y en España. Los suevos, segun Strabon, ocupaban la parte meridional de la Germania, situada mas allá del Elba, y Tácito al hablar de ellos dice, que no eran un solo pueblo sino muchos reunidos bajo una sola denominacion, y que ocupaban la mayor parte de la Germania; es decir, todo el terreno comprendido de Sur á Norte entre el Danubio y el Océano, y de Este á Oeste desde el Elba hasta el Vistula: enumera entre estos pueblos á los semnones, longobardos, reudignos, aviones, varinos, eudosios, sardones, nuithones, &c., y dice de ellos que componian parte de la nacion sueva y moraban en la parte mas oculta de la Germania (1). Estos pueblos tomaron luego el nombre de alemanes, de all men, porque esta frase expresaba la superioridad de su valor, y significaba hombres por excelencia. Los silingos parece ocupaban la actual Baviera, y algunos los confunden con los salios; y respecto de los catos se cree traian su origen de la Scitia, extra Imaum, ó sea en el dia hácia la Tartaria independiente, que Ptolomeo en su tiempo describia como un país muy estrecho.

La entrada de estas gentes en España ha sido juzgada de distinto modo por los historiadores, atribuyéndola á diferentes causas. Al paso que unos la creen fundada en el deseo de evitar un encuentro con los godos de Alarico, la atribuyen otros á la traicion de las tropas de Honorio, que guardaban los Pirineos. El Brugense admite como cierto el pacto que dice Pro

(1) Hæc quidem pars Suevorum in secretiore Germaniæ porrigitur.=De mor. Germ.

copio se realizó entre el emperador Honorio y los vándalos, para que estos se instalasen en España, respetando á los habitantes, y sin derecho alguno á prescripcion (1). La autoridad de este grave autor, y la circunstancia de que el historiador Procopio pertenece al siglo VI, da mucho peso á esta opinion, que hace variar notablemente el carácter de la venida de los vándalos, habiendo la presuncion de que existiendo aun en la época del historiador el reino de los suevos, que acompañaron á los vándalos, y que no podian ignorar los pactos que estos hubiesen hecho con Honorio, debe suponerse exactitud en su dicho, porque no es de creer faltase á la verdad en un hecho que en su tiempo era muy reciente y que tenia gran importancia, ya que hasta cierto punto era el título de legitimidad de los reyes suevos para ocupar la Galicia y parte de Lusitania. Por lo demás, creemos haya gran exageracion en los excesos que se atribuyen á los vándalos durante los veinte años que permanecieron en España antes de pasar á Africa, porque Paulo Orosio asegura, que muchos romanos querian mas la pobre libertad que tenian entre los bárbaros, que la rica esclavitud en que los habian tenido sus conciudadanos (2); y este sentimiento de los habitantes no prueba grandes persecuciones ni excesos en los recienvenidos. Hechas estas rápidas observaciones respecto á los primeros invasores, ocupémonos de los godos que fundaron una monarquía de siglos en España, y que son nuestros primeros legisladores propios, pues hasta su dominacion solo tuvimos las leyes que á los emperadores plugo darnos.

¿De qué raza provenian los godos? ¿Desde qué regiones pa

(1) Procopius ait, primum Vandilorum in Hispaniam regem Gogidiscum apellatum, et addit eos cum Honorio imperatore convenisse, ut sedes in Hispania haberent, minime tamen cæteris habitatoribus nocentes, neque præ. scriptionis jure uti ullo unquam tempore possent. Cron. Hisp.

(2) Gladios suos ad aratra conversi sunt, residuosque Romanos ut socios modo et amicos fovent, ut inveniantur jam inter eos quidam Romani qui malint inter barbaros pauperiem et libertatem, quam inter Romanos tributariam sollicitudinem sustinere. Lib, VII, cap. 28.

saron á Europa? ¿Eran bárbaros? ¿Por qué y con qué derecho vinieron á España? Cuestiones son estas que merecen un exámen especial, aunque concretándonos al objeto de nuestra historia que no nos permite largos episódios; pero son tantos los errores, inexactitudes y calumnias de que han sido víctimas nuestros antepasados, que siempre es oportuno cuanto tienda á vendicarlos y á confundir á sus maliciosos detractores. Es al mismo tiempo muy conveniente examinar en nuestra historia el estado social de este pueblo, y los grados de su civilizacion para poder apreciar sus costumbres y leyes.

En el mundo antiguo se conocian cuatro grandes razas: los Celtas, los Iberos, los Sarmatas y Scitas. ¿De cuál de estas cuatro grandes razas provenian los godos? A nuestro modo de ver no hay duda que son y provienen de los Scitas, así como tampoco la hay en que son el mismo pueblo que los Getas. Numerosas autoridades vienen en apoyo de esta opinion. Sparciano en la vida de Antonino Caracalla dice, que á los godos se los llamaba entonces Getas; y en la de Antonino Geta añade Gético, ahora Góthico. Claudiano llama siempre Getas á los godos; y su poema sobre la guerra de estos se intitula, De Bello Getico. Sidonio Apolinar nombra muchas veces á los godos Getas; y en su Epítome á Trigecio intitula á los ostrogodos Masagetas. Paulo Orosio en su Lib. I, cap. VI, dice: «los Getas, que ahora llamamos godos:» y San Gerónimo, en el prefacio de la epístola II ad Galatas, expresa que antiguamente se llamaba Getas á los godos. Procopio refiere en su historia, que segun se decia en su tiempo, los godos eran una nacion Geta. Jornandes intitula su obra «De Getarum sive Gothorum origine et rebus gestis:» emplea constantemente como sinónimos los nombres Getas y godos; y en su libro de la sucesion de los reinos añade: «<Decio murió haciendo la guerra á los Getas.» Finalmente, San Isidoro en los Orígenes dice que los Getas y los godos son el mismo pueblo. Al lado de estas autoridades no tienen para nosotros fuerza alguna los razonamientos etimológicos de Cluvier y Grocio, que dan distinto orígen á los godos, fundándose en la se

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