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El enterramiento se verificó á la entrada de la Iglesia para que pisaran la sepultura todos los que entrasen en ella, y cumpliendo su voluntad, se puso la inscripción siguiente:

D. O. M. ·

AQUI YACEN LOS HUESOS

Y CENIZAS DEL PEOR HOMBRE QUE HA

HAVIDO EN EL MUNDO.

RUEGUEN A DIOS POR EL (1).

La Hermandad más tarde trasladó su cuerpo, que se allaba incorrupto, al ladodel Evangelio en la capilla mayor, donde se conservan, variando el epitafio, en esta forma:

EL VENERABLE SR. D. MIGUEL MAÑARA
VICENTELO DE LECA, CABALLERO DEL

(1) D. Miguel de Mañara había dicho en su testamento: «Item, >> mando, que luego que yo fallezca sea puesto mi cuerpo sobre una cruz de > ceniza, como mandan nuestras definiciones, los piés descalzos y envuelto >en la mortaja de mi manto, un Santo Cristo á la cabecera con dos luces «y descubierta la cabeza». «De esta suerte han de llevar mi cadáver en las > andas de los pobres, con doce clérigos y no más, sin pompa ni música, >á la iglesia de la Santa Caridad y le darán sepultura terriza en el cemen>terio de dicha iglesia que es el pórtico, á la entrada de la iglesia, fuera ›de la puerta, para que todos me pisen y huellen; y allí será sepultado mi >sucio cuerpo, indigno de estar dentro del templo de Dios. Y es mi vo>luntad se ponga encima de mi sepultura una loza de media vara en cua>dro» etcétera. Y amenaza á sus albaceas, si así no lo hacían, de acusarlos él mismo delante de Dios.

lo arriba dicho, y como el Cabildo aviendo oido la propuesta y aviendose requerido se convidase por antigüedades, tenia aceptada la misa el señor Chantre, y D. Justino de Neves, y D. Gabriel Menacho, y esta singular y especial demostracion hizo el Cabildo por gracia atendiendo á los méritos del sujeto sin que sirva en adelante de ejemplar». (Autos capitulares 1679 y1680, folio 28). El Cabildo de la Colegial del Salvador, agradecido á las limosnas que había hecho D. Miguel para la construcción de la nueva Iglesia, costeó honras solemnes en la misma, pronunciando la oración fúnebre un célebre orador sevillano, del convento de los Menores.

ORDEN DE CALATRAVA, PROVINCIAL DE
LA SANTA HERMANDAD DE ESTA

CIUDAD DE SEVILLA,

HERMANO MAYOR DE LA SANTA CHARIDAD
DE N. SEÑOR JESUCHRISTO DESDE EL AÑO
DE 1664 HASTA SU MUERTE.

FUNDADOR DE ESTA CASA Y HOSPICIO PARA EL
CONSUELO Y REFUGIO DE PEREGRINOS Y POBRES
DESAMPARADOS, DIOLES CUANTO TUBO.

FUE MANO VISIBLE DE LA OCULTA PROVIDENCIA EN
EL UNIVERSAL REMEDIO DE NECESITADOS.
REPARADOR DE ESTE TEMPLO AMPLIÁNDOLE
Y ADORNÁNDOLE PARA MAYOR CULTO

DE EL ALTISSIMO.

GRAN ZELADOR DE LA HONRA DE DIOS,
Y SALVACION DE LAS ALMAS:

VARON VERDADERAMENTE CHARITATIVO.

MURIO CON OPINION Y FAMA DE GRAN SANTIDAD EN IX DE MAYO DE EL AÑO DE NUESTRA SALUD DE M. D. C. LXXIX.

MANDOSE ENTERRAR EN EL PORTICO FUERA DE ESTA IGLESIA PARA SER HOLLADO, Y DESPRECIADO DE

TODOS EN LA MUERTE, YA QUE NO PUDO SU

HUMILDAD CONSEGUIRLO EN LA VIDA.

TRASLADOLE A ESTE SITIO LA

VENERACION

Y GRATITUD DE ESTA HERMANDAD PARA PERPETUA
MEMORIA, EN EL DIA IX DE DICIEMBRE
DE EL MISMO AÑO.

R. I. P.

Omito copiar el testamento y sus demás escritos porque han sido impresos en las historias de su admirable vida. En el mismo año de la muerte de D. Miguel de Ma

ñara, escribió el P. Cárdenas el libro que he citado repetidas veces, mencionando los hechos de su vida. Casi al mismo tiempo, deseosa la Hermandad de que no quedasen en olvido las heróicas virtudes de un varón tan venerable, y para que un día pudiera conseguirse una solemne declaración de la Iglesia, acudió al Juez Ordinario, Provisor y Vicario general del Arzobispado, que, prévia consulta, decretó se procediera inmediatamente á la información de las virtudes y milagros que se llaman ad perpetuam.

Se dió principio á ella en 27 de Julio de 1680, y en el plazo que media, hasta 10 de 1682, fueron examinados diez y nueve testigos, suspendiéndose el curso de estas primeras diligencias. Pasados cincuenta años, ó sea en el de 1733, el Dr. D. Juan José Ortíz de Amaya, Jurado y Mayordomo de la Ciudad, presentó al Cabildo un memorial impreso para que á expensas de Sevilla se facilitasen las súplicas y cartas necesarias dirigidas al Papa y al Colegio de Cardenales. Todo esto consta de acuerdos.

La causa de la Beatificación sigue lentamente sus trámites, y se activará en Roma, tan luego como la Providencia Divina, obre nuevos prodigios por la intercesión de su siervo. Entre las comisiones que anualmente nombra la Hermandad, se comprende una especial para este objeto.

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HISTORIA

DE LA ACADEMIA DE LETRAS HUMANAS DE SEVILLA, DESDE SU ESTABLECIMIENTO HASTA EL IO DE MAYO DE 1799, POR D. FÉLIX JOSÉ REINOSO, ACADÉMICO Y SECRETARIO DE LA MISMA·

(Continuación).

Nace éste de cierto empacho, que se tiene en parecer ménos á presencia de los demás; en no atreverse á dejar de hacer lo que ellos hacen, ó lo que quieren que se haga; y este pundonor se fomenta por cierto respeto con que se les mira: respeto que llega á destruirse, destruyéndose el órden, y digámoslo así, la etiqueta del cuerpo, y tratándose ya como amigos y familiares. En el franco trato de una concurrencia amistosa, se obra con otra libertad y no hay embarazo alguno en negarse abiertamente á lo que inco moda, aunque todos los demás lo soliciten. Tan necesarias son las formalidades no ridiculas para la estabilidad de una junta, que consta siempre de amigos tan necesarios. para excitar la emulación.

Томо п

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Ayudó no poco á la destrucción del órden la explicación de la geografía, la cual, además, trajo poquísima utilidad por las razones que ya expusimos. Habiendo de hacerse esta explicación sobre un mapa, era menester dejar los asientos, y rodear todos al explicante: reunión que, haciéndose entre personas iguales, difíciles de reducir por otro al órden, si lo perdiesen, había de ocasionar susurro y hablillas y movimientos, especialmente en un ejercicio algo mímico, que ofrecía tal vez al ingenio de los jóvenes algunas sales y vivezas que tan agradables como fueran en una conversación familiar, tanto eran aquí destructivas de la seriedad indispensable del estudio. He querido notar esto prolijamente, para que en ningún tiempo se olvide la Academia, de que debe desterrar la enseñanza de la geografía, relegándola á las clases ó á los gabinetes privados, si han de consultar á su florecimiento y subsistencia.

Estas causas trajeron poco á poco la inaplicación, y con ella la falta de asistencia á las juntas, llegando á fines del año de 97 á suma decadencia la Academia, en los días mismos en que acababan de parecer impresas sus poesías, cuya publicación había de alcanzarle en breve tiempo su mayor gloria y prosperidad.

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