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>ciones de la Hermandad (que entónces eran, enterrar los >>pobres desamparados, asistir y acompañar hasta la sepul>tura á los ajusticiados y llevar en sillas de mano á los >> enfermos á los Hospitales), pues no habiendo para estas obligaciones, como queríamos añadir otra, que (como se >>ha dicho) pesaba más que todas y que no serviría de otra >> cosa mas, de que ni éstas se prosiguiesen, y las otras se >>acabasen, y era veleidad empezar una cosa para que ma»ñana se acabase. Verdaderamente eran razones humanas, > y prudentes; pero como las obras de Dios no dependen de >> medios humanos, cuando su divina Magestad es servido, > los aparta intotum, para que su omnipotencia obre abso>>lutamente; como lo hizo en Egipto y con Gedeon, David » y los Apóstoles, cuya ignorancia venció á toda la sabi> duría del mundo, y su flaqueza á toda la potencia de los »>imperios. Aquí fué lo mismo, porque contra tan congruen>> tes razones como dieron doctos y sabios de nuestra Her>mandad, venció la simplicidad del Hermano mayor y de >> otros tales como él que lo siguieron en sus votos, hombres > de poco discurso, pero de buena voluntad. Conque ha>>biéndolo aprobado la Hermandad por mayor parte de >> votos, se tomó el almacén; y buscando limosnas, se com>praron tarimas, esteras, mantas y leña. Por este tiempo. >>iban creciendo los pobres del Hospicio en grande ma>>nera, pues hubo Noche-buena de dar de cenar á más de >> quinientos pobres».

Se continuará.

HISTORIA Y SUCESIÓN DE LA CUEVA,

POEMA ESCRITO POR

JUAN DE LA CUEVA

LIBRO II (1).

(Conclusión).

LXVII.

« Un JULIO, igual al dictador romano,
que á la Hesperia dará glorioso nombre,
se espera en tu linaje soberano
que de NEGRÓN habrá ilustre renombre:
un legal Salodeto, un claro Ulpiano
será en ingenio, y no de mortal hombre;
!oh tiempo! corre al sacro Bétis, dale

el JULIO, por quien más que el Tibre vale».

LXVIII.

«De yedra entrambas sienes rodeada de Dice, Themis, y de Asixea criado,

(1) Véase el número anterior.

un jóven de excelencias adoradas
á los tuyos dará el divino hado:
del mundo dejará las vías erradas,
y al domínico yugo el deificado
cuello dará HIERÓNIMO, y al cielo

la voz cual otro Pablo al mortal suelo ».

y

LXIX.

«El que aspira en valor á lo más alto,

la terrestre máquina desprecia CAMILO ES DE NEGRÓN, por quien exalto á Hispalis, que el claro nombre precia: jamás verá el constante pecho falto, de todo aquello que ha ilustrado á Grecia de tal suerte, que en leyes, y preceptos puede ser puesto con los más perfectos».

LXX.

«De quien puedo decir y á quien se debe toda alabanza, y toda gloria humana, quien mi divino espíritu conmueve

á cantar en voz alta, y soberana;

es D. ELVIRA, á quien la vida breve

amenaza, y será la cuarta hermana

que el doctor MARTÍN LOPEZ DE LA CUEVA promete el cielo, que la edad renueva».

LXXI.

<< Pudiera de estos larga cuenta darte, que libres hará el cielo del olvido, que su alabanza fuera á tí á ensalzarte,

y su gloria hacerte á tíesclarecido:
más del Phebeo furor alguna parte
siento aflojar, y siento descaecido
mi ánimo, en pensar satisfacerte
de cosas que se niegan á mi suerte».

LXXII.

<Y porque quede con razón ufano
de los que esperan de su ilustre tronco,
de cuya gloria el Cisne Mantuano
se apurará, y será el del Smirna ronco:
el nombre eternizó romano,

y

del

que

el dulce estilo corto será y bronco,

y de Mercurio poca la elocuencia,

si ha de cantar tu clara descendencia».

LXXIII.

<Hasta llegar á esta casa tengo facultad de decirte solamente

en esta profecía, que tan luengo

tiempo he guardado en mi escondida mente:
que la deidad de quien mandada vengo
me advirtió, que en llegando al excelente
y divino doctor, cesare el canto
profético, y del cante Apolo santo».

TOMO II

LXXIV.

Esto diciendo, el bello cuerpo esconde, haciendo un retorcido remolino

sobre el agua, calándose por donde
salido había del seno cristalino:

12

D. BELTRÁN, viendo el caso, corresponde á su valor, queriendo hacer camino. tras ella por las hondas, más suspenso se paró, puesto en un cuidado inmenso.

LXXV.

<<¡Oh bella ninfa! dice, ¿qué te lleva con presuroso curso así huyendo? ¿sin declaraime de esta heróica prueba el misterio te vas de mí escondiendo? revelaste de mí, que el hado aprueba una sucesión tal cual describiendo has ido las cabezas principales

de quien procederán varones tales».

LXXVI.

«Y antes que fuere mi razón oida
moviendo en torno la corriente pura,
quedó de blanca espuma guarnecida,
dejándote hundir á su hondura:
dudo si en esto debes ser creida,
temo lo que me afirma y asegura

tu profecía y receloso en todo,
sigo tras tí, sin entender el modɔ».

LXXVII.

De esta suerte el valiente y animoso D. BELTRÁN, de congojas y ansias lleno, puesto sobre el estanque sonoroso

espera el fin de que se halla ageno.

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