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de ver el gran interese, lo acebtaron, usando comigo el dicho Pedrarias de muchas malas crianças.

Pues como yo vi que por la via del socorro de Pedrarias no podia tornar a castigar y pacificar aquellos dos caciques, yo y los oficiales de vuestra magestad nos despachamos de Panama y la salida de Tierra Firme con mucha brevedad por dos cosas: la una por hazer saber a vuestra magestad lo que se avia hecho y descubierto hasta entonces y lo que sobre ello pensaba hazer, y la otra para venir a la ysla Española a procurar con los juezes y oficiales de vuestra magestad me diesen lugar para sacar de aqui la gente y cavallos que fuese menester para ello, lo qual, viendo ellos como vuestra magestad se sirbia dello, lo acebtaron, y porque de mi yda a Castilla sin mas no se ganaba sino hazer tornar a gastar dineros a vuestra magestad para tornar a armar de nuebo, porque por ser la cosa qual es no se sufre otra cosa, y para avisar a vuestra magestad de lo que pasa, mi carta bastava, porque, bisto un capitulo de mi ynstrucion, vuestra magestad manda que trabaje mucho por saber si ay estrecho de una mar a otra y que procure que lo que yo descubriere por la mar del Sur tenga salida ala mar del Norte, y porque bolviendo desde aqui dela Española al golfo de las Higueras, que es en el paraje de la mar duçe que yo halle, se podra saber la duda de todo, yo me parto, mediante Dios, con cinquenta de cavallo y trezientos onbres, donde pienso presto dar abiso á vuestra magestad de grandes Riquezas y nuevas, y para que vuestra magestad mejor este en ello, enbio con esta la figura que nuevamente agora se a hecho la mas verdadera que se ha podido hazer por los pilotos que lo an navegado (1).

(1) No ha sido posible hallar en el Archivo de Indias el mapa á que en este pasaje se refiere G. G. Dávila.

Visto los Rebeses y estorvos que a mi salida y de los ofi ciales de vuestra magestad se procuravan en Tierra Firme, se conpro dela hazienda de vuestra magestad una caravela por mill castellanos de oro para salir dela tierra con el oro y dar esta cuenta a vuestra magestad y a poner en efecto esto que digo, y no fue tan espaciosa la salida y enbarcada que no fue ala mayor priesa que pudo ser, y vista por el governador y oficiales de vuestra magestad el punto de nuestra partida, se pusieron en Requerirnos que no se traxese el oro todo en aquel navio, porque venia a peligro por ser uno, y yo les Respondi que a mayor peligro quedava en su poder, como creo Realmente que queda la veyntena que vuestra magestad me mando dexar alla, y como esto no basto y nos vio partidos al Nombre de Dios, ala costa del Norte, do la caravela estava, se partio el dicho governador luego tras nosotros a muy gran priesa, y llegado a dos leguas del Nombre de Dios, fuy avisado de su venida, y a la ora nos enbarcamos con el oro y hezimos vela para esta ysla Española.

pues llegado a esta ciudad de Santo Domingo dela ysla Española con este cuydado y deseo de buscar por esta mar del Norte entrada a aquella mar duçe que yo descubri yendo por la otra costa del Sur, para que aquellos grandes pueblos y aquella tierra se pueda governar y visitar desde Castilla, y que aunque el estrecho de agua de una mar a otra no se hallase, que hallando la mar duçe que salga a la del Norte ay tres leguas de una mar a otra, las dos de tierra muy llana que se puede andar con carretas, y la otra legua de tierra que, aunque no es como las dos leguas, no se dexara de acarretar / es bastante estrecho para gozar dela Especeria por este camino, porque por la parte que yo fuy a descobrillo, que es por do esta Pedrarias, no se puede desde Castilla aquellos pueblos ni tierra proveer por estar la tierra en medio, y ay de alli ala mar duçe docientas cinquenta leguas, y en esta otra parte demas del aparejo que

ay por la via de aver este estrecho de tierra, ya que de agua no se halle./ Aproporcion desto, en la costa del Sur ay dos muy hermosos puertos para hazer navios para ello, y demas desto, ay mucha madera y enzinas como las de Castilla, y muchos cedros, y los yndios dan nueva de pinos, y yo bi y tube mucha tea de ellos, y porque vuestra magestad principalmente, como tengo dicho, por un capítulo de mi ynstrucion me manda que con mucha diligencia procure de saber sy ay mar o camino para que desde Castilla se pueda yr alas partes que yo descubriese, sin tornar por do esta Pedrarias, aviendo platicado lo uno e lo otro alos juezes y oficiales de vuestra magestad desta ysla Española, y mostradoles el capitulo delo que sobre elio vuestra magestad manda que se haga y la figura delo descubierto, parecioles á todos que vuestra magestad Recebira gran servicio que por esta mar del Norte se halle aquella mar duce o estrecho de agua, o la certenidad de ser la tierra estrecha de tres leguas de una mar á otra, porque hallado lo uno o lo otro, aquellas tierras y pueblos que yo descobriese puede de cir que son halladas, y desta cabsa, deseoso yo de hazer a vuestra magestad algun gran servicio, olvidada mi casa y mi Reposo por este deseo, que digo voy desde aqui a buscar y descobrir por la mar del Norte lo que descobri y halle por la del Sur, que es otro Yucatan en la Riqueza y en la len gua y en las otras cosas que los yndios bisten y tratan.

Y porque supe en esta ysla que aunque enbio á vuestra magestad poco oro, que llegara a buen tiempo, y por no hazer mas gastos desto que agora se lleba a vuestra magestad, creyendo que en esto le hago tanbien servicio, procure aqui con lo que yo tenia y con ayuda de mis amigos, que ayudasen con dineros para la costa delo que venia a hazer, y porque espero en Dios Nuestro Señor que de la misma cosa enbiando a vuestra magestad un gran presente de oro, quedara delas sobras con que pagar á ellos y

a mi la costa que en ello se hiziere, y esto es una delas principales cosas que a esto me ha puesto espuelas, de mas de ver quanto conviene e ynporta a su servicio que se des cubra y halle por la mar del Norte la mar duce que digo o el estrecho de agua ó de las tres leguas de tierra, como vuestra magestad me lo manda buscar, y aviendolo visto y sabido, si me paresciere poblar lo hare en la parte mas a proporcion de lo que conviene a la tierra y dela mar que se hallare, y de poblar no llevo duda sino que poblare mediante Dios, porque esta es la verdad en lo de aca, y ha ziendolo, sera con el menos daño y escandalo delos yndios que ser pueda.

aqui no se a podido sacar gente sino ala costumbre de esta tierra, que es que sacado el quinto para vuestra magestad, de lo demas se toma la mitad para la costa y la otra mitad para el capitan y la gente, en la qual costa por vuestra magestad se puso el navio que se conpro en Tierra Firme para traer el oro a esta ysla, que llegado aqui y adovado se avaluo en mill pesos de oro, y delo que Dios me obiere encaminado que haga, lo mas brebe que podiere hare mensajero a vuestra magestad con esperança de buenas albricias.

y porquel tesorero de vuestra magestad Andres de Çe rezeda, llevador desta, se ha hallado presente comigo en todos los principales trabajos y hanbres y peligros que en esta jornada se a ofrecido desde el principio hasta agora, y con el oro lleba a vuestra magestad la figura delo descubierto por mar y por tierra, pues es oficial de vuestra magestad, a el me remito.

asi mesmo va alla el contador de vuestra magestad Francisco de Salazar, a curarse de cierta enfermedad que tiene, que delos trabajos le ha sobrevenido, que asi mesmo le cupo parte dellos, y dexa aca en su lugar una persona por contador con otra persona que dexa en su lugar el di

cho tesorero, para que tenga cuenta y Razon dela hazienda de vuestra magestad.

y porque, como arriba he dicho, tengo por cierto que poblare, porque en ciertos capitulos de mi ynstrucion parece que vuestra magestad me manda quelo haga, pues mandó dar orden delo que en la forma de los pueblos y Repar timientos se ha de hazer, pues la mucha bondad de la tierra lo permite, y porque segun la sed delos vezinos que de una parte y de otra estan, aunque lexos, podia ofrecerse algun ynpedimiento destorbo, y porque a mi y no a otro vuestra magestad mando venir a hazer este descubrimiento con certenidad de mercedes, suplico a vuestra magestad mande con brebedad despachar una su cedula, en que mande que cada uno se este en lo que tenia descubierto, hasta que yo, por mandado de vuestra magestad, comience a hazer este, porque conviene mucho al servicio de vuestra ma gestad, y al bien y pacificacion y poblacion y descubri miento de la tierra.

Si vuestra magestad quisiere ver bien probada la yntin cion que tube en hazer los caciques que tope de paz, ha de saber que vuestra magestad me haze merced en mi ynstrucion que de todas las cabalgadas o presas que hiziere aya quatrocientos ducados de valor, valiendo la dicha cavalgada ó presa diez mill ducados, y si valiere menos la veyntena parte, y tube tanta gana de hazellos de paz que jamas hize en ellos presa ni cavalgada ninguna, puesto que muchos dellos dieron causa a que se hiziese, y por esto de todos ciento y doze mill castellanos de oro, que me pudiera caber quatro mill castellanos y mas, no quise tomar como capitan sino una patena de oro que peso ciento e quarenta e quatro pesos de oro; testigos de esto son los oficiales de vuestra magestad que alla van, a los quales en esto me remito (1).

(1) El peso de oro ó castellano valía 500 maravedís, equivalentes á 61

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