Imágenes de páginas
PDF
EPUB

je, estando á los veynte de Março sobre la isla del Caño, ques isla que por fuerza se reconoce de los que vienen de Nicaragua y de los que vienen del Perú, salió de una ensenada grande, questá frontera desta isla, una lancha bien armada de remos y velas, el qual dizen que entendieron antes que reconoziesen quien eran, que sería batel de algun navío que se oviese perdido ó alguna gente perdida, y quando pudieron conocer vieron que era gente inglesa, y entendido quien eran creyeron que eran de los ingleses que avian quedado el año pasado en Vallano, ques en TierraFirme, y llegando más cerca comenzaron á tocar trompetas y á tirarles por alto algunos arcabuzazos, porque se pusieron en defensa; y visto que no se querian rendir los españoles, tiráronles de veras é hiriéronles dos soldados, y visto que no podian defenderse se dieron y los ingleses entraron en el barco y lo llevaron á la ensenada donde salió la lancha, á donde estaba un navío grande de duzientas toneladas, donde estaba su Capitan general que se dize Francisco Draque, el qual tiene catorze piezas de artilleria gruesa y en él ochenta y seis hombres, todos buenos marineros y soldados, y con mucha arcabuzeria y muchos instrumentos de fuego y otras cosas para la guerra como traen los ladrones como éste. Dize este inglés que abrá diez y ocho meses que salió de Inglaterra con cinco navíos de armada y que entró con todos ellos en la Mar de Sur por el Estrecho de Magallanes, y con un temporal que les dió perdió la una dellas, aunque salvó toda la gente y artilleria y la repartió por todos los otros. Anda este sólo con una lancha y un batel, dice que anda otra nao mayor quésta sola, con veinte piezas de artilleria; y las otras dos que dize son algo menores andan juntas por la costa del Pirú; éste vino por Chile y dize que tuvo algunos rencuentros con los yndios de aquella tierra; a hecho grandísimos robos, que trae por lastre mil duzientas barras de plata, que valen trezientos

pesos de minas y tres cofres los mayores del terno llenos de oro, y tres ó cuatro cofres grandes tubados, llenos de reales de á ocho, por manera que á la quenta que dize y dió á estos españoles lleva más de seiscientos mill pesos de minas.

Tomó entre estos pasajeros dos hombres pilotos que enviaba el señor Visorrey de la Nueva España para Panamá, que eran pilotos para la China, y todas las cartas de marear y pliegos que enviaba con ellos; lleva el uno destos hombres consigo, que se dize Alonso Sanchez Colchero, y segun se cree, con disinio de tocar en Zonzonate y Acapulco y de allí ir házia la China, porque va muy codizioso de oro. Dize que tiene mandado á sus capitanes que para cierto tiempo se junten en Macao y Goa, házia la Yndia de Portugal para de ahí ir á su tierra. Trae consigo un piloto portugués (1), grande hombre de altura, el qual se cree que es el que le a traido por el estrecho. No hubo hombre que le pudiese conozer, ni él habló en ocho dias que los traxo consigo con hombre de todos ellos.

Llegaron á esta ciudad de Esparza oy domingo veinte y nueve de Marzo treze españoles en una lancha que les dió, en que pudiesen salir á tierra. Vienen destrozados con harta necesidad, porque les tomó el barco y todo quanto en él iba.

Guarde Nuestro Señor la muy illustre persona y casa de Vuestra Señoría por muchos años y en mayor estado acreciente como Vuestra Señoría desea y merece y yo su servidor deseo. Desta ciudad de Esparza, provincia de CostaRica, 29 de março 1579 años. Muy illustre Señor. Besa las manos á Vuestra Señoría su muy servidor

(1) Nuño de Silva, natural de Oporto.

JUAN SOLANO.

El Licenciado Diego García de Palacio, Oidor de la Audiencia de Guatemala, al Licenciado Valverde, sobre el mismo asunto.

REALEJO, 7 DE ABRIL DE 1579.

Ilustre Señor: Por los tantos que van con esta verá Vuestra Señoría el atrevimiento que an hecho ochenta ingleses con un navío de dozientas toneladas, él y presa que traen. Ase alborotado esta provincia y creo lo debe de estar el Perú y Tierra Firme. ¡Quiera Dios que ayan hecho diligencias á tiempo, que basten para que ellos queden castigados y el daño se remedie! Dízenme que con las cartas de marear y piloto de la China que tomaron quieren tomar su derrota para ella y de camino ver y robar estos puertos y los de la Nueva-España, y seráles forzoso por tomar mantenimientos; mas el viaje será para perderse, segun ques larga la tierra por do va y las escalas que terná nescesidad de hazer. El mejor y más seguro les sería tornar los postreros de noviembre á desembocar al estrecho por do vinieron, mas el miedo les debe poner hartos inconvinientes en todo. Quiera Dios que se agüen, para que de mi parte se tenga buen subceso con ellos y se acierte. Ayer tarde tuve la nueva y á la ora despaché á las ciudades de Leon y Granada, y á pesar ví los yndios comarcanos y puse centinelas en una isleta que está á la entrada deste puerto. Yo quedo haziendo un fuertezuelo en parte cómoda deste estero y le cerra

ré con unas cadenas con que de ventura me he hallado, porque temo que an de querer entrar aquí y quemarme esta obra; mas espero en Nuestro Señor que lo defenderé bien hasta la muerte con la ayuda de los vezinos de esta provincia, que estoy aguardando y con la gente que aquí ay. Si oviere novedad, á la otra avisaré á Vuestra Señoría; á las demás ciudades y lugares he escrito para que, apercibidos, acudan á donde conviniere; y despacho al señor Virrey una chalupa con las cartas que tuve y una de Colchero, el que va con los yngleses, cuyo tanto envio con esta á Vuestra Señoría; y por si oviere tardanza ó riesgo por la mar envio un duplicado á Vuestra Señoría; mande despachallo con la mayor brevedad que sea posible, porque importará mucho que Su Excelencia esté prevenido y avise á las islas Filipinas que lo estén é para, pues tiene artillería y gente, salilles al camino. Para los gastos de pólvora, estos despachos y otras cosas que se an de hazer es menester dinero; yo no lo tengo ni los oficiales desta provincia lo darán; suplico á Vuestra Señoría tenga por bien que se saquen de trezientos pesos vacos de los tributos questán recoxidos desta provincia y que me baste el trabajo que tengo y otras costas, que son más que lo que yo podré sufrir, y con este mensajero mande Vuestra Señoría se me despache á la ora lo que quiere que yo haga y se me provea, si oviere de entender en algo de aquí adelante de las comisiones y provisiones nescesarias. Por ende es razon que esté yo aquí; de otra manera, harto quisiera questa ocasion y la obra me diera lugar para poder lle. garme á besar á Vuestra Señoría las manos y tratar de mis negocios; pues ya el Señor Dotor Aliaga está en la tierra; mas aunque arriesgue mucho no saldré de lo que Vuestra Señoría me mandare y ordenare. Suplico á Vuestra Señoría, como mi señor en todo, me la haga y en este punto mire por mi honra. Sabe Dios que e deseado siem

pre acertar y que aunque aya tenido alguna inorancia ó descuidos, no a sido ruindad.

Esta obra va muy adelante, gasto mucho y no tengo un real, ni el contador allega. Cierto que ya no puedo más, ni hay quien me preste un real hasta que pague lo que debo. Vuestra Señoría mande proveerlo, que si el hilo desta obra se pierde será malo de enrristrar. Nuestro Señor la muy illustre Persona de Vuestra Señoría guarde, aumente, etc. Del Realejo, 7 de abril de 79.

El mensagero quésta lleva solo le pagué para hasta esa ciudad; Vuestra Señoría mandará provelle para la vuelta y despachalle con la mayor brevedad que sea posible. Muy illustre Señor, besa las manos á Vuestra Señoría su servidor.

EL LICENCIADO PALACIO,

Al muy illustre Señor Licenciado Valverde del Consejo de S. M. su Presidente en la Real Audiencia de Guatemala y capitan general en su distrito, etc. Mi Señor.

El Licenciado Valverde à S. M. el Rey, sobre el mismo

asunto.

GUATEMALA, 14 DE ABRIL DE 1579.

C. R. M.

Ayer mártes treze deste resçebí dos cartas, la una de Joan Solano, teniente de governador de Costa-Rica, y la otra del Licenciado Palacio, oydor desta Audiencia, del Puerto del Realejo de la provincia de Nicaragua, que re

« AnteriorContinuar »