na situación francamente conservale revelar en su presidente un sagaz se creía encontrar en él un homete de las cábalas de parlamento, y as riendas del poder à uno de los po. les y prestigiosos de la Francia repuer, cuya primera medida fué exponer grama de tonos conservadores y gubertiene así un gobierno, después de haber Terios sin carácter, y puede afrontar con uen éxito, la tarea de calmar las pasiolos restos de la oligarquía parlamentaria en las elecciones últimas, presentar enno prudentes medidas de reforma, y emcomenzado á hacerlo una viva campaña de el anarquismo, no ya con la policía sino con justicia, de que ha sido brioso principio la 'ódigo penal, la nueva ley de imprenta y el lant á que antes nos referimos. IV punto merece también elogios el Ministerio Pecuestión de los tratados de Comercio. Francia se slada en Europa, tanto por el egoismo de los gruccionistas, como por el recelo de muchos países eumerosos de las relaciones establecidas entre Francia . Podrá discutirse el más ó el menos de las mutuas ones hechas por la república á los otros pueblos, pero no sólo de tratar con ellos, el hecho de entrar de nueel régimen de los tratados de comercio hace suponer ia crisis aguda del proteccionismo ha pasado ya y que ambos lados del Atlántico se abandona la política aranaria basada en los egoísmos nacionales para reanudar los uenos principios comerciales á que tan grandes beneficios rado, á pesar de las amenazas de sus amigos, á pesar de sus protestas de no haber querido causar el mal que ha hecho, á pesar de sus filosofías humanitarias de última hora, será ejecutado ya que no para corrección, para escarmiento de sus compañeros de anarquía. Campeón del asesinato, ávido de notoriedad, sediento de venganza contra una sociedad en cuyo favor nada ha hecho, y de la cual se muestra agraviado, marchará al patíbulo no envuelto en la santa aureola de los mártires de una idea perseguida, ni en la atmósfera de piedad compasiva que acompaña á las víctimas de pasiones indomables y homicidas, sino acompañado por la cólera de una multitud enloquecida de terror, y por la tristeza de los hombres pensadores y cristianos que lamentan la existencia de asesinos de esta indole, quienes en vez de apresurar retrasan con sus delitos las deseadas reformas sociales, pedidas por los trabajadores y predicada por todos los espíritus generosos que á la sazón hay en el mundo. El fraccionamiento de los partidos políticos, no menos deplorable al buen gobierno en Francia que en otros pueblos poco dispuestos en interpretar con pureza los principios del régimen parlamentario, ha producido una serie de ministe. rios muertos al mismo tiempo de nacer por falta de verdadera orientación en los directores de las agrupaciones políticas, poderosas para derribar situaciones, pero impotentes por falta de coesión para mantenerlas durante cierto tiempo. El sentido gubernamental, los partidos conservadores, los grupos republicanos de orden, han triunfado, sin duda, sobre todos los radicalismos, gracias á la en parte reacción producida en la opinión pública por los atentados anarquistas, por la propaganda del socialismo y por los escándalos del asunto de Panamá; pero gracias más que nada á influencia bienhechora de las predicaciones pontificias en el espíritu de los católicos, y el cansancio de ver caer y surgir gobiernos sin otra razón que las coaliciones inmorales de algunas fracciones descontentas ó enemigas. El Ministerio Dupuy ha llenado honrosamente su misión. Llamado para preparar una situación francamente conservadora, ha tenido la suerte de revelar en su presidente un sagaz hombre de estado, cuando se creía encontrar en él un hombre condenado á ser juguete de las cábalas de parlamento, y la fortuna de entregar las riendas del poder á uno de los po. líticos más firmes, hábiles y prestigiosos de la Francia republicana, Casimiro Perier, cuya primera medida fué exponer con gran lisura su programa de tonos conservadores y gubernamentales. Francia tiene así un gobierno, después de haber tenido muchos ministerios sin carácter, y puede afrontar con probabilidades de buen éxito, la tarea de calmar las pasiones, de acabar con los restos de la oligarquía parlamentaria herida de muerte en las elecciones últimas, presentar enfrente del socialismo prudentes medidas de reforma, y emprender como ha comenzado á hacerlo una viva campaña de represión contra el anarquismo, no ya con la policía sino con los tribunales de justicia, de que ha sido brioso principio la corrección del Código penal, la nueva ley de imprenta y el proceso de Vaillant á que antes nos referimos. IV En otro punto merece también elogios el Ministerio Perier, en la cuestión de los tratados de Comercio. Francia se hallaba aislada en Europa, tanto por el egoísmo de los grupos proteccionistas, como por el recelo de muchos países europeos temerosos de las relaciones establecidas entre Francia y Rusia. Podrá discutirse el más ó el menos de las mutuas concesiones hechas por la república á los otros pueblos, pero el hecho sólo de tratar con ellos, el hecho de entrar de nuevo en el régimen de los tratados de comercio hace suponer que la crisis aguda del proteccionismo ha pasado ya y que en ambos lados del Atlántico se abandona la politica arancelaria basada en los egoísmos nacionales para reanudar los buenos principios comerciales á que tan grandes beneficios debe el mundo. La abolición en los Estados Unidos del bill Mac-Kinley, los propósitos atribuídos al Ministro de Hacienda Bordeau, de luchar en favor de la industria francesa contra la oligarquía rural, son signos de buen augurio para las naciones amigas de Francia como la nuestra, cuyos intereses comerciales son en gran parte solidarios, mereciendo en dicho concepto sinceros aplausos los esfuerzos de ambos gobiernos para llegar á un acuerdo, singularmente el Ministro de Estado español, que ha logrado en desventajosas condiciones, sacar de las circunstancias creadas por los conservadores españoles en 1891, provechos innegables para nuestros productores y comerciantes. V Tanto nos hemos extendido en consideraciones de un carácter general en las líneas precedentes, que dado el breve espacio de que para esta crónica disponemos, y la prisa conque escribimos, se hace imposible extendernos más, siquiera dejemos sin apuntar multitud de cuestiones tan interesantes como el confiicto anglo-francés en Sierra Leona, la situación de Italia en el Mar Rojo, la conferencia de Crispi con el Cardenal Rampolla, sobre la cual se han hecho misteriosos comentarios; la proposición del arbitraje internacional presentada por algunos diputados americanos en la Cámara de Washington, y sobre todo, por ser la que más nos interesa, la llamada cuestión marroquí, plantea hoy por España con mayor gravedad que cuando nuestro ejército acampaba en Melilla, asuntos de que otro día hemos de tratar con cierta amplitud. DOCTOR DEL BONALD GORGUERA, 17, MADRID Pastillas cloro-boro-sódicas con cocaina. 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