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El gran movimiento cientifico á que ha dado lugar la celebración del cuarto centenario del descubrimiento de América comienza á dar sus frutos, y simultáneamente aparecen en Italia, Portugal y España nuevos datos que poco á poco van esclareciendo la confusa historia del Almirante; el Sr. Cesare de Lollis, en su obra Cristoforo Colombo nella leggenda e nella Storia, dice que el Sr. Salvagnini ha descubierto un documento en que se refiere en los mismos términos que lo hace D. Fernando, un combate naval ocurrido en el Cabo de San Vicente en 1476.

El Sr. Paz y Melia en sus citados artículos de la Revista del Centenario, describe extensamente un combate sostenido el 13 de Agosto de 1476 no lejos del cabo de Santa María entre la armada del pirata Cullan y cuatro naves genovesas; Ruy de Pina lo menciona en el cap. 194 de su crónica de Alfonso V en la siguiente forma: «Salió de Lisboa para Francia (Alfonso V) con 16 navios en el mes de Agosto (1476) y arribó á Lagos, donde Cullan, famoso corsario francés, certificado ya de las amistades de Portugal y Francia, andando poderoso en el mar fué alli á hacer reverencia al Rey, se concertó hiciera armada en su favor contra Castilla para lo que se juntó con Pedro de Tayde, hidalgo portugués, que con la nao grande llamada Lopiana y otros navíos andaba también de armada. Los cuales todos de allí á pocos días, siendo el Rey D. Alfonso en Francia, aferraron en el Cabo de San Vicente cuatro carracas de Gènova y habiendo por fuerza entrado en una, se prendió fuego en un barril de pólvora en que dió un disparo, de lo que resultó que todas las naos y carracas que estaban encadenadas ardieran con muerte y pérdida de mucha gente, en que dicho Pedro de Tayde también murió».

Esta narración, que somos los primeros en dar á conocer á este objeto, concuerda substancialmente con la de Alfonso de Palencia (1) que ha servido de base al trabajo del Sr. Paz y Melia, y aunque parece diferenciarse en el punto en que

(1) Alfonsi Palentini historiogr. gesta Hispaniensa y Belli adversus Grana

tenses narratio.

ocurrió el combate, que Palencia dice fué el Cabo de Santa María, y Rui de Pina el de San Vicente, los dos se refieren al mismo lugar, ò sea al pequeño espacio que media entre ambos cabos, siendo más propio el nombre dado por el cronista portugués por encontrarse mucho más próximo al de San Vicente el sitio preciso de la contienda, que según Palencia fué la costa de Lagos, cuyos vecinos la presenciaron y en sus lanchas recogieron los 150 náufragos que ocasionó; entre los que según todas las probabilidades se encontraba Cristóbal Colón. En lo que realmente existe alguna diversidad es en la fecha, pues mientras el historiador castellano io supone ocurrido antes de llegar Alfonso V á Francia, Rui de Pina dice que fuè después, concordando ambos en todas las demás circunstancias del relato: de esperar es que el documento descubierto por el Sr. Salvagnini decida esta pequeña diferencia.

Con respecto á la narracion de D. Fernando, sólo se separa de lo expuesto por Rui de Pina en la nacionalidad de las galeras, que el primero dice eran venecianas y el segundo genovesas, siendo de notar que Palencia tambien afirma que era genovesa, circunstancia que acaso quiso ocultar D. Fernando por no presentar á su padre cometiendo un verdadero acto de piratería con sus conciudadanos, toda vez que Francia y Génova se encontraban en paz, y la Señoria había sido siempre la fiel aliada de Francia en las guerras de Italia y el Rosellón. En los demás extremos existe una completa uniformidad entre los relatos de Rui de Pina y D. Fernando, el mando de la armada francesa por Cullan, el lugar del combate, número de las naves genovesas ó venecianas, y que eran de gran porte, y el aferramiento de los buques y su incendio que ocasiona una verdadera catástrofe; y para mayor abundamiento, conocemos sin género de duda que la citada armada francesa cruzaba en 1476 las aguas del Atlántico, no sólo por haber acompañado á Francia al Rey Alfonso V, cuyo hecho citan todos los autores, sino porque una vez que lo dejó en Colibres, vuelve á aparecer en ellas como se deduce del «Re

querimiento hecho en 10 de Octubre por el Botiner de la nao de Deva que estaba en la escuadra surta en Bayona de Galicia, al mando de Ladrón de Guevara, para que saliese al mar con su flota contra Colon, Capitán francés; à lo que contestó Guevara «que estaba dispuesto á salir á donde el Rey le encomendara y mandara é él viese que cumplía su servicio, y que estuviese todo preparado y ninguno se separase de su destino» (1)

Todos los datos que llevamos expuestos, si al parecer resultan disgregados, guardan sin embargo entre si, una perfecta armonía y en nada se contradicen; Colón, según ellos, pudo navegar como comerciante y en el ejercicio de su industria de laniero, con que aparece en las actas de 1472, hasta fines de este año que acude al llamamiento de Renato de Anjou, y ya en Marsella, y en relación con los marinos franceses, quedarse á las órdenes del Almirante Colón, el mozo, hasta el año 1476 en que la fortuna le arroja á las playas lusitanas.

De todos modos, creemos haber demostrado que no existe dato alguno por el que podamos deducir, y menos que justifique, que Cristobal Colón se estableció en Portugal con anterioridad á 1476; que, por el contrario, todos los antecedentes que tenemos acusan su presencia hasta esa fecha en puntos fuera del reino lusitano, y que, por último, con las tres fuentes de conocimiento de tan diverso origen, que dan noticia del combate ocurrido en dicho año en el Cabo de San Vicente, no puede caber duda que dicho combate tuvo lugar, y adquiere de nuevo crédito la tan censurada biografia del Almirante, escrita por su hijo D. Fernando.

La fecha de la llegada á Portugal, si à primera vista parece un dato insignificante para la historia, encierra sin embargo una importancia grande; si Cristóbal Colón, como refiere D. Fernando, empezó en Portugal á conjeturar que podía navegarse la vía del Oeste, y no se llegó á establecer en

(1) Depósito Hidrográfico. Colec. Vargas. Expediciones y combates navales de 1460 à 1490, legajo 1.o doc. núm. 4.

dicho reino hasta el año de 1476, no puede ya ofrecer duda que el primero que de una manera científica, y desenvolviendo un plan preciso y meditado, se ocupó de la navegación transatlántica, fué el sabio florentino Pablo, del Pozo Toscanelli, que en 25 de Junio de 1474, ó sea dos años antes del arrribo de Cristóbal Colón, remitió á Alfonso V, por conducto del Canónigo Martínez, su tan célebre como conocida epístola la carta de navegar que había de servir à Colón de indicador y guía en su inmortal empresa.

y

ANGEL DE ALTOLAGUIRRE Y DUVALC.

EL ESTADO Y LA CLASE OBRERA

IV

La excepcional importancia que de algunos años á esta . parte viene concediéndose, con sobrada razón, á la cuestión social, que en la actualidad ocupa la mente de todo pensador, nos sirvió de motivo, para ofrecer á los lectores de la REVISTA DE ESPAÑA algunas breves y sencillas consideraciones, que por vía de ensayo, vieron la luz pública con el título de La Iglesia y la clase obrera en los números 575 y 576,-gracias á la bondad con que se sirvió recibirlas su ilustrado Director, à quien gustosos enviamos hoy público testimonio de nuestro mayor agradecimiento.

El primero de Mayo; esa fecha en que parecía haber llegado á concentrar, años anteriores, el socialismo moderno todas sus aspiraciones, todos sus ensueños, todas sus utopias, y en la cual abrigamos aún el temor de ver representada la huelga, el desorden, el tumulto y hasta el ataque y la lucha, convídanos á penetrar de nuevo en ese campo tan vasto donde se plantean y se discuten los más árduos problemas del socialismo, para buscar en él una piedra, siquiera sea pequeña, y llevarla al muro que todos de consuno debemos levantar, para resistir los embates de los enemigos del actual orden social.

Hijos de la Iglesia Católica-decíamos alli-cuya doctrina tan amable nos hace la vida pobre y laboriosa y tan queridos á los que ocupan en el mundo la misma posición que para si escogió Jesucristo, la clase obrera nos ha merecido siempre la más tierna simpatía é inspirado las más caras afecciones. Por eso después de haber intentado examinar á la luz de las

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