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dió motivo al adulterio, puede contraer otro Matrimonio viviendo el otro consorte; y que cae en fornicacion el que se casare con otra dejada la primera por adúltera, ó la que, dejando al adúltero, se casare con otro; sea excomulgado. CAN. VIII. Si alguno dijere, que yerra la Iglesia cuando decreta que se puede hacer por muchas causas la separacion del lecho, ó de la cohabitacion entre los casados por tiempo determinado ó indeterminado; sea excomulgado.

CAN. IX. Si alguno dijere, que los clérigos ordenados de mayores órdenes, ó los Regulares que han hecho profesion solemne de castidad, pueden contraer Matrimonio; y que es válido el que hayan contraido, sin que les obste la ley Eclesiástica, ni el voto; y que lo contrario no es mas que condenar el Matrimonio; y que pueden contraerlo todos los que conocen que no tienen el don de la castidad, aunque la hayan prometido por voto; sea excomulgado: pues es constante que Dios no lo rehusa á los que debidamente le piden este don, ni tampoco permite que seamos tentados mas que lo que podemos.

CAN. X. Si alguno dijere, que el estado del Matrimonio debe preferirse al estado de virginidad ó de celibato; y que no es mejor, ni mas feliz mantenerse en la vir

(1) Carth. IV, c. 204, et Mariac. I, c. 22. I Cor. 7.

non dedit, non posse, altero conjuge vivente, aliud Matrimonium contrahere; mocharique eum, qui, dimissa adultera, aliam duxerit, et eam, quæ dimisso adultero, alii nupserit; anathema sit.

CAN. VIII. Si quis dixerit, Ecclesiam errare, cùm ob multas causas separationem inter conjuges, quoad thorum, seu quoad cohabitationem, ad certum, incertumve tempus fieri posse decernit; anathema sit.

CAN. IX. Si quis dixerit, clericos in sacris ordinibus constitutos, vel Regulares (1), castitatem solemniter professos, posse Matrimonium contrahere, contractumque validum esse, non obstante lege Ecclesiastica, vel voto : et oppositum nihil aliud esse,quàm damnare Matrimonium; posseque omnes contrahere Matrimonium, qui non sentiunt se castitatis,etiam si eam voverint, habere donum; anathema sit: cùm Deus id rectè petentibus non deneget (2), nec patiatur, nos supra id, quod possumus, tentari.

CAN. X. Si quis dixerit, statum conjugalem anteponendum esse statui virginitatis, vel cælibatus; et non esse melius, ac beatius (3)

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manere in virginitate, aut cælibatu, quàm jungi Matrimonio; anathema sit.

CAN. XI. Si quis dixerit, prohibitionem solemnitatis nuptiarum certis anni temporibus superstitionem esse tyrannicam, ab ethnicorum superstitione profectam ; aut benedictiones, et alias cæremonias, quibus Ecclesia in illis utitur, damnaverit; anathema sit.

CAN. XII. Si quis dixerit, causas matrimoniales non spectare ad judices ecclesiasticos; anathema sit.

Decretum de reformatione
Matrimonii.

CAP. I. Matrimonii cum certis solemnitatibus contrahendi forma, in concilio Lateranensi præscripta, innovatur. Quoad proclamationes dispensare possint Episcopi. Qui aliter, quàm præsentibus parocho, et duobus vel tribus testibus contrahit, invalidè contrahit,

Tametsi dubitandum non est, clandestina matrimonia, libero contrahentium consensu facta, rata, et vera esse matrimonia, quamdiu Ecclesia ea irrita non fecit; et proinde jure damnandi sint illi, ut eos sancta Synodus anathemate damnat, qui ea vera, ac rata esse negant,

ginidad ó celibato, que casarse; sea excomulgado.

CAN. XI. Si alguno dijere, que la prohibicion de celebrar nupcias solemnes en ciertos tiempos del año, es una supersticion tiránica, dimanada de la supersticion de los gentiles; ó condenare las bendiciones, y otras ceremonias que usa la Iglesia en los Matrimonios; sea excomulgado.

CAN. XII. Si alguno dijere, que las causas matrimoniales no pertenecen á los jueces eclesiásticos; sea excomulgado.

Decreto de reforma sobre el Matrimonio. CAP. I. Renuévase la forma de contraer los Matrimonios con ciertas solemnidades, prescrita en el concilio de Letran. Los Obispos puedan dispensar de las proclamas. Quien contrajere Matrimonio de otro modo que ά presencia del párroco, y de dos ó tres testigos, lo contrae inválidamente.

Aunque no se puede dudar que los matrimonios clandestinos, efectuados con libre consentimiento de los contrayentes, fueron matrimonios legales y verdaderos, mientras la Iglesia católica no los hizo irritos; bajo cuyo fundamento se deben justamente condenar, como los condena con excomunion el santo Concilio, los que

niegan que fueron verdaderos y ratos, así como los que falsamente aseguran, que son írritos los matrimonios contraidos por hijos de familia sin el consentimiento de sus padres, y que estos pueden hacerlos ratos ó írritos; la Iglesia de Dios no obstante los ha detestado y prohibido en todos tiempos con justísimos motivos. Pero advirtiendo el santo Concilio que ya no aprovechan aquellas prohibiciones por la inobediencia de los hombres; y considerando los graves pecados que se originan de los matrimonios clandestinos, y principalmente los de aquellos que se mantienen en estado de condenacion, mientras abandonada la primera mujer, quien de secreto contrajeron matrimonio, contraen con otra en público, y viven con ella en perpetuo adulterio; no pudiendo la Iglesia, que no juzga de los crímenes ocultos, ocurrir á tan grave mal, si no aplica algun remedio mas eficaz; manda con este objeto, insistiendo en las determinaciones del sagrado concilio de Letran, celebrado en tiempo de Inocencio III, que en adelante, primero que se contraiga el Matrimonio, proclame el cura propio de los contrayentes públicamente por tres veces, en tres dias de fiesta seguidos, en la iglesia, mientras se celebra la misa mayor,

con

quique falsò affirmant, matrimonia, à filiisfamilias sine consensu parentum contracta, irrita esse (1), et parentes ea rata, vel irrita facere posse: nihilominus sancta Dei Ecclesia ex justissimis causis illa semper detestata est, atque prohibuit. Verùm cùm sancta Synodus animadvertat, prohibitiones illas, propter hominum inobedientiam, jam non prodesse; et gravia peccata perpendat, quæ ex eisdem clandestinis conjugiis ortum habent; præsertim verò eorum, qui in statu damnationis permanent, dum priore uxore, cum qua clàm contraxerant, relicta, cum alia palàm contrahunt, et cum ea in perpetuo adulterio vivunt. Cui malo cùm ab Ecclesia, quæ de occultis non judicat, succurri non possit, nisi efficacius aliquod remedium adhibeatur; idcircò (2), sacri Lateranensis concilii, sub Innocencio III celebrati, vestigiis inhærendo, præcipit, ut in posterum, antequam Matrimonium contrahatur, ter à proprio contrahentium parocho tribus continuis diebus festivis in ecclesia inter missarum solemnia publicè denuntietur, inter quos Matri

(1) Conc. Toletan. III, c. 10. Bisontin. art. 6. Camer. tit. 9, de Matrim, (2) Later. IV, c. 51.

monium sit contrahendum: quiénes son los que han de conquibus denuntiationibus fac- traer Matrimonio y hechas estas tis, si nullum legitimum op- amonestaciones se pase á celeponatur impedimentum, ad brarlo á la faz de la Iglesia, si no celebrationem Matrimonii in se opusiere ningun impedimento facie Ecclesiæ procedatur; legítimo; y habiendo preguntado ubi parochus, viro, et muliere en ella el párroco al varon y á la interrogatis, et eorum mu- mujer, y entendido el mutuo contuo consensu intellecto, vel sentimiento de los dos, ó diga : dicat Ego vos in Matrimo- Yo os uno en Matrimonio en el nium conjungo in nomine Pa- nombre del Padre, del Hijo y del tris, et Filii, et Spiritus Sancti; Espiritu Santo; ó use de otras vel aliis utatur verbis juxta palabras, segun la costumbre rereceptum uniuscujusque pro- cibida en cada provincia. Y si en vinciæ ritum. Quòd si ali- alguna ocasion hubiere sospechas quando probabilis fuerit sus- fundadas de que se podrá impedir picio, Matrimonium malitiosè maliciosamente el Matrimonio, si impediri posse, si tot præ- preceden tantas amonestaciones; cesserint denuntiationes; hágase solo una en este caso; ó á tunc vel una tantùm denun- lo menos celébrese el Matrimonio tiatio fiat, vel saltem parocho, á presencia del párroco, y de dos et duobus, vel tribus testibus ó tres testigos. Despues de esto, præsentibus Matrimonium y antes de consumarlo, se han de celebretur. Deinde ante illius hacer las proclamas en la iglesia, consummationem denuntia- para que mas fácilmente se destiones in ecclesia fiant; ut, si cubra si hay algunos impedimenaliqua subsunt impedimenta, tos; á no ser que el mismo Ordifaciliùs detegantur: nisi Or- nario tenga por conveniente que dinarius ipse expedire judi- se omitan las mencionadas proclacaverit, ut prædictæ denun- mas, lo que el santo Concilio detiationes remittantur: quod ja á su prudencia y juicio. Los que illius prudentiæ, et judicio atentaren contraer Matrimonio de sancta Synodus relinquit. Qui otro modo que á presencia del aliter, quàm præsente paro- párroco, ó de otro sacerdote con cho, vel alio sacerdote, de licencia del párroco, ó del Ordiipsius parochi seu Ordinarii nario, y de dos ó tres testigos, licentia, et duobus, vel tribus quedan absolutamente inhábiles testibus Matrimonium con- por disposicion de este santo Contrahere attentabunt, eos cilio para contraerlo aun de este sancta Synodus ad sic con- modo; y decreta que sean írritos

y nulos semejantes contratos, como en efecto los irrita y anula por el presente decreto. Manda además, que sean castigados con graves penas á voluntad del Ordinario, el párroco, ó cualquiera otro sacerdote que asista á semejante contrato con menor número de testigos, así como los testigos que concurran sin párroco ó sacerdote; y del mismo modo los propios contrayentes. Despues de esto, exhorta el mismo santo Concilio á los desposados, que no habiten en una misma casa antes de recibir en la iglesia la bendicion sacerdotal; ordenando sea el propio párroco el que dé la bendicion, y que solo este ó el Ordinario puedan conceder á otro sacerdote licencia para darla; sin que obste privilegio alguno, ó costumbre, aunque sea inmemorial, que con mas razon debe llamarse corruptela. Y si el párroco, ú otro sacerdote, ya sea regular ya secular, se atreviere á unir en Matrimonio, ó dar las bendiciones à desposados de otra parroquia sin licencia del párroco de los consortes; quede suspenso ipso jure, aunque ale gue que tiene licencia para ello por privilegio ó costumbre inmemorial, hasta que sea absuelto por el Ordinario del párroco que debia asistir al Matrimonio, ó por la persona de quien se debia recibir la bendicion. Tenga el párroco un libro en que escriba los nombres de los contrayentes y de los testi

trahendum omninò inhabiles reddit; et hujusmodi contractus irritos, et nullos esse decernit, prout eos præsenti decreto irritos facit, et annullat. Insuper parochum,vel alium sacerdotem, qui cum minore testium numero, et testes, qui sine parocho, vel sacerdote hujusmodi contractui interfuerint, necnon ipsos contrahentes graviter arbitrio Ordinarii puniri præcipit. Prætereà eadem sancta Synodus hortatur, ut conjuges ante benedictionem sacerdotalem in templo suscipiendam, in eadem domo non cohabitent; statuitque benedictionem à proprio parocho fieri neque à quo

quam, nisi ab ipso parocho, vel ab Ordinario licentiam ad prædictam benedictionem faciendam alii sacerdoti concedi posse: quacumque consuetudine, etiam immemorabili, quæ potiùs corruptela dicen→ da est, vel privilegio non obstante. Quòd si quis parochus, vel alius sacerdos, sive regularis, sive sæcularis sit, etiam si id sibi ex privilegio, vel immemorabili consuetudine licere contendat, alterius parochiæ sponsos sine illorum parochi licentia Matrimonio conjungere, aut benedicere ausus fuerit, ipso jure tamdiu suspensus maneat,

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