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tinuó por algun tiempo y que mas bien se aumentaba que disminuia; sin embargo no resultaba solo de la venta de tabaco dentro del pais, provenia en mucha parte de las esportaciones que se hacian de tabaco de Barinas para Holanda por cuenta de la real hacienda. Este arbitrio tomado por los intendentes de Carácas, aumentaba considerablemente la venta, haciendo otro gran beneficio al pais, y era que los intendentes admitian libranzas sobre Cadiz de las cantidades que debian remitir á España, y las entregaban en Carácas à los propietarios y comerciantes. De esta

bien exacto y que residió en el pais en los primeros años de este siglo. No he podido acopiar datos posteriores á 1802. Aunque estén publicados los de Depons, me ha parecido conveniente reunirlos en un solo cuadro con los de la Nueva-Granada y de Quito, para que pueda hacerse un juicio comparativo con las actuales rentas de Colombia,

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manera no sacaban el numerario de
Venezuela y fomentaban el comercio
de sus habitantes.

Productos del tabaco en la Nue

En las provincias de la Nueva-Gra-
nada propiamente dicha no se hacian va-Granada.
esportaciones de tabaco para el estran-
gero por cuenta del rey. Los pro-
ductos de la renta provenian del que
se vendia á los pueblos. En la época
de mayor prosperidad de esta renta que
fue los años de 1805 á 1809, no
por

pasó en año comun de 470, 000 pesos
líquidos.

Quito.

En las provincias que componian la Los mismos eu presidencia de Quito jamas llegó á establecerse la renta de tabacos bajo el pie brillante que en Venezuela, y en la Nueva-Granada. Allí encontró obstáculos que no pudo vencer la constancia española. El año que mas, llegaba la venta del tabaco á 45,000 pesos, y

Productos de la renta de aguar

va-Granada.

ordinariamente perdia el fisco de 4 á 5 mil pesos deducidos los gastos que eran

crecidos.

Otra de las rentas estancadas en que dientes en la Nue el rey tenia la venta esclusiva era el aguardiente destilado de la miel de caña de azucar y de anis. Su establecimiento principió en la Nueva-Granada en el año de 1780. Habia diferentes casas destinadas para destilarle, y desde allí se repartia á los pueblos para su venta que generalmente era por administracion, aunque en algunas partes se arrendaba. El gobierno español jamas pudo elevar los productos de este ramo de real hacienda á la misma prosperidad que el el de tabaco porque era fácil en todas partes destilar ocultamente los licores. En la Nueva-Granada en año comun producia la renta liquida de 295, 048 pesos. Los gastos de adminis

tracion eran muy grandes, pues cada año montaban à 305, 911 pesos calculados unos y otros por el término medio de veintinueve años *.

Los mismos en

En las provincias de Quito tampoco quito." estaba generalizada la renta de aguardientes : existia en la capital y en algu nos otros puntos, y sus productos líquidos en año medio eran de 50,000 pesos.

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En Venezuela no fue establecida la Destilaciones

de aguardiente y guarapos en Ve

venta esclusiva de aguardiente de caña, nezuela. y su comercio era libre en todas sus

* Por un estado oficial y exacto desde 1780 hasta 1809 inclusive produjo la venta del aguardiente 17,420,843 pesos. De esta suma deben deducirse 2,585,363 pagados de sueldos de empleados y 6,286,051 pesos de otros gastos ordinarios: quedaron, pues, liquidos á la real hacienda en veintinueve años 8,556,411 pcsos. Esta cantidad la produjeron las provincias de Santafé, Tunja, Socorro, Pamplona, Casanare, Santamarta, Cartagena, Panamá, Veragua, Chocó, Antioquia, Popayan, Mariquita y Neiva,

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rapo,

provincias, pagando los destiladores á la real hacienda una pequeña cuota, segun la cavidad de los alambiques que usaban. Lo mismo sucedia con el guabebida comun á la masa del pue, y que se hace de la fermentacion de la miel de caña ó de azucar prieta llamada papelon en Venezuela. Esta renta estaba arrendada y sus productos anuales son desconocidos.

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Los estancos de tabaco y de aguardiente mirados bajo un aspecto parece que no son opresivos por ser una contribucion indirecta y voluntaria sobre artículos de mero placer. Sin embargo, encadenan la industria, y para evitar el contrabando son necesarios los registros de las casas y de las haciendas; por consiguiente vuelven criminales acciones que deberian ser inocentes, vejando y oprimiendo á los

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