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sos de este pontífice, y el manantial de todas sus desgracias.>>

Tal fué el resultado de las dos espediciones de Cárlos V. á Alemania, en 1520 y 1530, en cada una de las cuales estuvo ausente de España tres años. En la última de ellas hizo una paz general, restituyó al desgraciado pais italiano el sosiego de que tanto necesitaba, y humilló la soberbia del turco libertando el Austria y la Hungría del poder de la media luna que amenazaba subyugar una gran parte de la cristiandad. Mas en cuanto á la cuestion religiosa, lo mismo el emperador que el pontífice Clemente mostraron mejores deseos que acierto y tino para atajar la funesta division que se introducia en las creencias, y en vez de sacar á salvo la unidad católica, las doctrinas reformistas progresaron mas y mas en Alemania, y se separó del gremio de la iglesia romana una de las mas importantes y poderosas naciones, la Inglaterra.

CAPITULO XVII.

CASTILLA Y ARAGON.

PRINCIPES.-CORTES.

De 1530 à 1534.

Trátase del rescate de los dos hijos de Francisco I.-Precio en que se compró la libertad de los príncipes franceses.-Son sacados de la prision y llevados á Fuenterrabía.-Concierto para su entrega.Largo y minucioso ceremonial que habia de observarse: recelos y precauciones. Entrega de los príncipes y recibo del dinero.-Gobierno de la emperatriz en España.-Cartadel Consejo de Castilla al emperador.-Embajadas de los aragoneses al César sobre privilegios y fueros de su reino.-Fuero de la «Manifestacion.»>-Córtes de Segovia.-Vuelta del emperador á España.-Córtes generales de Aragon, Valencia y Cataluña en Monzon.-Súplicas, concesiones, subsidio del reino.-Medidas del emperador contra los moriscos.Viene á Castilla.-Importantes Córtes de Madrid en 4534.-Responde el monarca á las peticiones de las de Segovia.-Recopilacion de leyes. Acuerdos contra la amortizacion eclesiástica.-Peticiones de las de Madrid.-Leyes que produjeron.-Varias reformas en el estado eclesiástico.-Reformas en la administracion de justicia.Reformas en la administracion económica.-Leyes sobre mendigos y gitanos.-Ley para disminuir el escesivo número de doctores y licenciados de universidades.-Idea que dan estas Córtes de la marcha política y del estado interior del reino.

Aprovechamos cuantas ocasiones podemos para volver la vista á las cosas de España, ya que la magnitud de las empresas del emperador nos obliga y

aun obligará tantas veces á salir del reino y á seguirle por apartadas regiones en los grandes negocios de interés europeo, en que sus vastos dominios, su posicion en el mundo y las estensas miras de su política le hacian intervenir y muchas veces resolver. Acontécenos en esto algo semejante á lo que les sucedia á los consejeros de Castilla cuando rogaban al emperador en 1531 que volvicra cuanto antes á España, porque «estos reinos son, decian, su casa principal, y la silla mas segura, mas cierta y mas preeminente, y de esta su casa y reinos, mejor que de otras partes del mundo, podria emprender y acaba sus santos intentos, etc.» Lo cual prueba mas el buen deseo de los magistrados de Castilla y el sentimiento de ver á su soberano ausente y distraido fuera del reino, que exactitud y verdad en el juicio de que desde aqui podria atender mejor á la solucion de los graves negocios que por allá le embargaban.

Habia sido uno de los capítulos de la paz de Cambray (1529) el rescate de los dos príncipes franceses hijos de Francisco I., que el condestable de Castilla don Pedro Fernandez de Velasco tenia bajo su custodia en el castillo de Pedraza de la Sierra, provincia de Segovia. Aunque el monarca francés deseaba con ánsia ver á sus hijos libres de cautiverio, no pudo reunir para el plazo prefijado, que era el 1.o de marzo de 1530, los dos millones de escudos de oro del sol que habia ofrecido y Cárlos habia aceptado

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por precio del rescate. Menester le fué esperar á que le facilitára alguna cantidad el rey de Inglaterra, el mas interesado entonces en la amistad de el de Francia. Cuando ya estuvo dispuesto y pronto para la entrega el dinero, concertóse entre el emperador, la emperatriz, el condestable, el rey de Francia, el señor de Montmorency, mayordomo mayor del monarca francés, y el señor de Praet, caballero flamenco del consejo del emperador, la manera de sacar á los príncipes de Pedraza y de llevarlos hasta la línea de ambos reinos, juntamente con la reina doña Leonor, esposa de Francisco I., que al propio tiempo habia de ser tambien conducida y entregada. Llegado que hubo el condestable con los rehenes á Fuenterrabía, hízose un concierto entre él, el señor de Praet y Montmorency, en que se redactó un largo ceremonial (26 de mayo, 1530) para la forma que se habia de guardar en el acto de la entrega

y

(•).

Fueron tantos los requisitos, y tantas las precauciones que se tomaron de una parte y de otra para el rescate de los príncipes, que escedieron á las que se guardaron en el de su padre cuatro años antes. Ademas de las medidas para que no hubiese gente armada diez dias antes y diez despues á diez leguas de las fronteras de ambos reinos, y otras de esta es

(1) Este ceremonial constaba de veinte y ocho capítulos, en los cuales se prescribia con la mayor minuciosidad todas las formalida

des con que habia de hacerse el cange. Sandoval le copia en el lib. XX. de su Historia del emperador Cárlos V.

pecie, acordóse que en medio del rio que divide las dos naciones se levantase un ponton de determinada forma y dimensiones, el cual dos horas antes de embarcarse los príncipes habia de ser visitado por dos caballeros, uno español y otro francés: dos gabarras, una con el dinero del lado de Andaya, y otra con los príncipes de la parte de Fuenterrabía, ambas iguales y conducidas por igual número de remeros, habian de partir á un tiempo, y bogando á compás llegar simultáneamente al ponton.

La escrupulosa minuciosidad con que todo se previno la prueba la cláusula décima del ceremonial. «Item (decia), para que no haya ventaja en las dichas »gabarras, en ir mas liviana la una gabarra que la >otra, que la gabarra donde entraren los dichos se»ñores delfin y duque de Orleans sea cargada de tan>>to peso de hierro que pese tanto como los dichos co>>fres, donde fueren los dineros, y flor de lis y escri>>turas, los cuales dichos cofres enviarán á pedir el di>>cho señor condestable y Mr. de Praet, si quisieren, » para que sea igual el peso del hierro que pusieren » del que trajese la barca del dinero, etc.»>

Como un negocio mercantil mas que como asunto político parecia haberse tomado y tratado lo de los rehenes. Sobre lo poco digno que era ya para dos tan grandes soberanos el ajuste del rescate por dinero, suscitáronse cuestiones sobre la calidad de la moneda al contar la suma, pretendiendo los de la parte del

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