Historia de la ciudad de Salamanca

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Imp. del Adelante, a cargo de Juan Sotillo, 1861 - 586 páginas
 

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Contenido

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XXVI
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XXVII
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XXVIII
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XXIX
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XXX
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XXXI
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XXXII
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IX
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X
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XI
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XII
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XIII
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XIV
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XV
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XVI
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XVII
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XVIII
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XIX
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XX
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XXI
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XXII
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XXIV
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XXXIII
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XXXIV
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XXXV
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XXXVI
392
XXXVII
399
XXXVIII
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XXXIX
422
XL
434
XLI
445
XLII
462
XLIII
490
XLIV
509
XLV
532
XLVI
555

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Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 466 - Uno de los motivos mas conocidos , decia , de la decadencia de las universidades es la antigüedad de su fundacion , porque no habiéndose reformado desde entonces el método de los estudios establecidos desde el principio, es preciso que padezcan las heces de aquellos antiguos siglos, que no pueden curarse sino con las luces é ilustracion que ha dado el tiempo , y los descubrimientos de los eminentes sugetos de todo el orbe literario.
Página 338 - Luego otro día, porque se nos templase el contento de tener el Santísimo Sacramento, viene el caballero cuya era la casa tan bravo, que yo no sabía qué hacer con él. y el demonio hacía que no se llegase a razón, porque todo lo que estaba concertado con él cumplimos. Hacía poco al caso querérselo decir. Hablándole algunas personas, se aplacó un poco; mas después tornaba a mudar parecer.
Página 466 - Newton, que si bien disponen al sujeto para ser un perfecto matemático, nada enseñan para que sea un buen lógico y metafísico; los de Gassendo y Cartesio no simbolizan tanto las verdades reveladas, como las de Aristóteles.
Página 337 - Y como el doblar de las campanas ayudaba, que como he dicho, era noche de las Animas, buen principio llevaba el demonio para 20 hacernos perder el pensamiento con niñerías. Cuando entiende que de él no se ha miedo, busca otros rodeos. Yo la dije: Hermana, de que eso sea, pensaré lo que he de hacer; ahora déjeme dormir.
Página 465 - La segunda cosa que debemos prevenir es que para dar la enseñanza de esta facultad, según lo que dejamos prevenido, no nos podemos apartar del sistema del Peripato. Lo primero porque dejando aparte los filósofos antiguos, entre los que, el que merece no pequeña estimación es Platón, cuyos principios no se han adaptado bien con el común sentir; y para el uso de la escuela, los de los modernos filósofos no son a propósito para conseguir los fines que se intentan por medio de este estudio.
Página 337 - Como mi compañera se vió cerrada en aquella pieza. parece sosegó algo cuanto a lo de los estudiantes, aunque no hacía sino mirar a una parte ya otra, todavía con temores, y el demonio que la debía ayudar con representarla pensamientos de peligro para turbarme a mí, que con la flaqueza de corazón que tengo, poco me solía bastar. Yo la dije que «qué miraba, que cómo allí no podía entrar nadie.
Página 337 - ... movido de lástima, me mandó venir de la Encarnación. Ellas se habían ya concertado con un caballero de allí que les diese una; sino que era tal, que fue menester gastar más de mil ducados para entrar en ella. Era de mayorazgo, y él quedó que nos dejaría pasar a ella, aunque no fuese traída la licencia del rey, y que bien podíamos subir paredes. Yo procuré que el Padre Julián de Avila, que...
Página 337 - Encerrámonos en una pieza adonde estaba paja, que era lo primero que yo proveía para fundar la casa; porque, teniéndola, no nos faltaba cama; en ello dormimos esa noche con unas dos mantas que nos prestaron. Otro día, unas monjas que estaban junto, que pensamos les pesara mucho, nos prestaron ropa para las compañeras que habían de venir, y nos enviaron limosna. Llamábase Santa Isabel, y todo el tiempo que estuvimos en aquélla, nos hicieron harto buenas obras y limosnas.
Página 337 - Señor; y me decían algunas que les parecía imperfección desear casa, que ellas estaban allí muy contentas , como tuvieran Santísimo Sacramento. »Pues visto el Prelado su perfección y el trabajo que pasaban , movido de lástima me mandó venir de la Encarnación : ellas se habían ya concertado con un caballero de allí * que les diese una, sino que era tal, que fué menester gastar más de mil ducados para entrar en ella.
Página 337 - Madre, estoy pensando, si ahora me muriese yo aquí, ¿qué haríais vos sola?». Aquello, si fuera, me parecía recia cosa; hízome pensar un poco en ello, y aun haber miedo; porque siempre los cuerpos muertos, aunque yo no lo he, me enflaquecen el corazón, aunque no esté sola. Y como el doblar de las campanas ayudaba, que como he dicho, era noche de las...

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