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ducen principalmento en los piés hasta cubrirse: causan gran comezov, 5 con ser como una pequeñísima pulga llega á hacerse en los negros y gente descuidada casi como una alverja ó guisante, sin que al extraorse se reconozca otra cosa que un sin número de huevos, que son los que animados.suelen llegar & quitar la vida á algunos de aquellos infelices.

Las orugas abundan en verano en casi todas las plantas, menos en el pacte que se alegraran la hubiesen en Lima, para que mas se admiraso lo que en las montañas de Monzon acrece con los gusanos de aquel árbol. Estos gusanos constan de dos pulgadas d: largo, y despues de haberse nutrido se aglomeran en la parte mas gruesa del tronco y van hilando una tela como ligero papel de estraza acanelado, pero que suele extenderse hasta mas de una vara de largo y tres cuartas de ancho: acabada esta tejen sobre ella otra mas sencilla, y así van trabajando hasta seis hojas cada vez mas delgadas y blancas, llegando la última á la delicadeza y albor de un papel suave de china. Acabada esta labor desprenden estas seis hojas de las estremidades, y juntádose en el centro los gusanos ya casi en estado de ninfas, y uniendo en un punto todos los extremos, cuelgan esta bolsa que remeda á un melon de la mas próxima rama 6 nudo hasta que al tiempo de salir las mariposas parece solo el emboltorio. Este fenómeno ha estado ignorado hasta estos tiempos, y se cree que es porque los indios persiguen mucho á estos gusanos para comerlos, y solo de los bosques inaccesibles se han sacado ó pueden sacarse como lo he visto á solicitud de un curioso. Dichas telas que se equivocan con una membrana en ciertas fibras algo gruesas, y el lustre que tiene de un lado admite labarse y jabouarse aun despues de una dilatada imnercion, sin que por esto se altere su bruñido, ni se indisponga para escribir en ella.

AVES.

De aves no hay la abundancia, ni variedad que en otros paises, expecialmente de caza. De esta solo se reconocen dos especies de tortolitas, unas de las del tamaño de las de Castilla que llaman cuculies y madrugaderas, otras poco mayor que un gorrion que son de muy buen gusto. Tal, cual perdis ó especie de codornis grande que bajan de la sierra por la primavera y algunos patos y gallaretas que llevan las azequias. Hay cóndores que son como los buitres en el tamaño y el oficio, y de su misma especie, 6 género como son águilas. Del tamaño de un cuervo hay gallinazos de dos especies de cabeza negra y blanca. Los de cabeza encarnada, por lo comun

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res del triunfo satisfacen ménos á una alma bien formada que la conciencia de haber evitado á la humanidad los estragos que cansa la guerra: yo he estado siempre inclinado á preferir esta última satisfacción á cuantas pueda proporcionarme la fortuna, y si tales son las ideas de U. que coincidan con las mias en el importante objeto de concluir las desavenencias entre Americanos y Españoles, convengo desde luego en la entrevista que U. me indica en su apreciable del 9 que recibi yer con algun atraso. A este fin saldrán para Chancay inmediatamen,e el coronel de granaderos á caballo don Rudecindo Alvarado y el coronel don Tomas Guido, mi primer ayudante de campo, y podrá aquella tener lugar en la hacienda de Torre-blanca propiedad de Casa Muñoz, por la mayor comodidad é independencia que proporciona, el 19 del que rije á las nueve de la mañana, retirándose ántes todas mis partidas avanzadas hasta Cha cay.lo, y quedando en la hacienda de Pasaayo la escolta de los jefes que U. nombre, los que oden traer en su comitiva dos ordenanzas y dos criados, núae o igual al que llevarán los que yo mando. Tendré una satisfaccion superior á cuantas he sentido en mi vida pública, si al fin se acierta con el medio de conciliar los interéses de los españoles con los derechos de los americanos, ahorrando así las calamidades que á todos amenaza, si se abandona el órden lento y natural de los sucesos, la obra que podrá muy bien acelerar la prudencia humana, ya que no haya un poder capaz de detener el impulso que la dirije.

En fin general, nuestra situacion es eminentemente ventajosa para hacer el bien; y como tuve la houra de decir á U. en carta de 15 de Diciembre, cuya contestacion he deseado sobre manera, á los hombres de bien que por ahora influyen en los negocios públicos, toca hacer aquellas reformas que pide la necesidad y que no contradice el pundonor.

Quiera U. aceptar las consideraciones con que soy su afectísimo Q. B. S. M. José de San Martin.- Huaura Febrero 13 de 1821.

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C

Señor don José de San Martin.

Muy señor mio: Creo que sin comprometer el puudonor, ni de uno, ni de otro, podemos hallar un medio que evite los.

TOM. IV.

HISTORIA.-31

males que son consiguientes, sino se trata de terminar una guerra que U. misino debe conocer puede durar muchos años. Como las materias políticas no admiten demostraciones geográficas, es preciso reducirlas á razonamientos mas 6 ménos pomposos, y por lo tanto me parece que debemos preferir el bien leal y efectivo al precario, y talvez muy dudoso, dejando á un lado ideas gigantescas que aunque parezcan las mejores miradas en abstracto, no dán en la práctica el resultado que se habia creido.

Creo poderme lisongear de que tengo acreditado no ambiciono, ni mando, ni otra cosa que el bien general de mis semejantes; y por lo tanto desearia que la conferencia entre los dos jefes de uno y otro ejército, á que U. desde luego ha asentido, prodajese lo mas conforme á mis ideas, que es, el que estos paises vuelvan á disfrutar de la tranquilidad y delicias á que el clima convida.

Acorde en el paraje, dia, y hora que U. propone para la conferencia, como en todo lo demás que U. indica, he nombrado á los coroneles don Gerónimo Vadez y don Juan Loriga; y espero que abjurando las ideas de perfeccion quimérica, que son las que causan nuestros mayores males, y contentándonos con reducir éstos á los ménos posibles, pues este es el destino del género humano, conseguiremos establecer la paz y union entre una misma familia, como son españoles americanos y europeos.

Por último señor general: por lo que á mí toca, puede U. estar seguro que mis ideas filantrópicas son de tal naturaleza, que con facilidad me desprendo de todo en beneficio de la humanidad, y del bien general.

No he tenido el honor de recibir la carta de 15 de Diciembre último que U. dice me escribió, y por lo mismo no debe U. extrañar, no le haya contestado.

Tenga U. la bondad de creer en su afectísimo S. Q. B. S. M. -José de la Serna. -Lima 16 de Febrero de 1821.

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PARTE DE LOS CORONELES DON RUDECINDO ALVARADO Y DON TOMAS GUIDO.

Excmo. Señor:

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En cumplimiento de la órden de V. E. de 15 del corriente para que pasásemos á la hacienda de Torre-blanca, donde debia teuer lugar nuestra entrevista con dos jefes enemigos marchamos á Huacho, y el 16 á la una y media de la tarde, salimos de aquel puerto á bordo del bergantin de guerra Pueyrredon con direccion al de Chancay, en el que anclamos á las 6 de la tarde del dia siguiente.

Inmediatamente seguimos al lugar de nuestro destino, y despues de haber mandado retirar á Chancayllo todas las par-. tidas avanzadas para dejar al pueblo de Chancay y sus subvurbios como campo neutral, aguardamos el dia convenido para la entrevista. A las 5 y inedia de la mañana del 19 se nos anunció que se acercaban los jefes enemigos, con una escolta de 22 hombres y estacionada esta en Pasamayo, los coroneles don Gerónimo Valdez jefe del Estado Mayor, y don Andrés Loriga comandante general de caballeria de Lima nombrados para la entrevista por parte del excmo. señor general la Serna, vinieron á nuestro alojamiento acompañados del oficial que habiamos destinado á este objeto. Era de esperar que despues de los comedimientos recíprocos, y de haber manifestado por nuestra parte la sinceridad con que V. E., aceptaba la invitacion del general la Serna para buscar un medio conciliatorio que terminase los males de la guerra, los señores jefes sus comisionados, hiciesen alguna proposicion consistente con tales principios, y la terminante y solemne protesta, repetida por V. E. en otras ocasiones, de no entrar en convenio alguno que no tuviese por base la independencia política del Perú. Pero deteniéndose dichos jefes en discurrir sobre el cange de prisioneros, y sobre la calidad en que debia ser considerado actualmente el batallon de Numancia por el ejército de Lima, se tomaron tiempo para descubrir en nuestras contestaciones, cuya minuta tenemos la honra de incluir, á V. E. por separado, si declinábamos de los principios que han reglado hasta aquí la conducta política de V. E. para sa

lirnos luego al encuentro con la constitucion española, y renovar las propuestas de Miraflores mas 6 menos modificadas.

Ninguna explicacion se exigió de nosotros en la primera sesion de la mañana, relativamente á la citada constitucion, mas no siendo dificil á los señores jefes comisionados del señor general la Serna notar que en nada menos pensábamos que en aquel código, porque al fin no ha sido hecho por la América independiente; iniciaron su segunda sesion dando por isentado, que los extremos en que ellos, y nosotros nos detendriamos frustraban todo acomodamiento, pues ni su general prescindiria del juramento de la constitucion española por base de toda negociacion, ni parecia que nosotros renunciásemos las pretenciones de la independencia.

Aunque ya no es tiempo de poner en problema el sentimiento comun de los americanos, respecto á la constitucion española, ni podiamos persuadirnos que el señor general la Serna' se hubiese prometido alteracion alguna en las ideas de V. E. sobre la cuestion principal, nos propusimos cortar el progreso de una discusion impertinente, y declaramos que era inútil é intempestiva toda proposición conciliatoria, que no particse del reconocimiento de la independencia del Perú, sobre el cual éramos únicamente autorizados para fijar los preliminares de paz.

Los señores jefes comisionados, abultando sin embargo 'as dificultades para que la América se constituyese, y conservase su emancipacion, incubaron en las ventajas que la reforma peninsular produciria á la América, si esta se uniese bajo unas mismas leyes, y dieron finalmente á conocer, que sus instruc-ciones, se limitaban al mismo objeto que han tenido en vista todas las comisiones dirigidas á los americanos por S. M. C. y sus agentes, luego que en España triunfaron felizmente las ideas liberales, á saber, libertad imaginaria para la América si reconoce la constitucion española, guerra permanente con-tra ella, si usando de los mismos derechos del pueblo español pretende un gobierno propio y benéfico!!

Los reproches con que procuramos disipar entre los señores jefes la menor esperanza de un avenimiento, tal cual lo proponian, les dió ocasion de conocer que era necesario desistir de una pretension temeraria, y que respetando V. E. la opi-' nion pública como que ha dejado de ser el patrimonio de la fuerza armada, seguia firme su marcha á la sombra de este poder irresistible. Descendieron por último á arreglar negocios subalternos correspondientes á ambos ejércitos; y habiéndonos prestado gustosamente á ello, los hemos sujetado á la' decision de V. E.

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