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» que los demas que quedaban en México y en la tierra no eran > nada;» y que á todo esto el visorey le habia respondido lo ya dicho é otras palabras, é que le habia parecido mal tener en tan poco una cosa tan grande, é no haber proveido nada en ello, é que Dios lo remediase. Esto que dicho es me contó así á la letra el dicho Maldonado.

Luego lo escribí todo al dicho visorey al camino, porque en todo fuese mas advertido. Estando en esto, puede haber quince dias que vino á esta casa á comer conmigo un fraile de Sto. Domingo, y fué el dia de S. Francisco pasado, á ocho de Otubre, digo á cuatro del dicho; é hablando en cosas, me dijo que venia á descobrirme un negocio de calidad é á tomar parecer conmigo de lo que debia de hacer en él, y que era que á él habian venido ciertos indios principales de la tierra y le habian dicho que ellos sabian como él queria ir á España, y que estaban todos muy tristes porque los españoles tenian sospecha dellos que se habian de alzar con la tierra, y alzados matallos á todos; que les hiciese tanta merced que les escribiese él una carta para V. M. y se la llevase é diese; y que en ella dijese, como ellos cuando fueron ganados en guerra se dieron por vasallos de V. M., y que siempre lo habian de ser, é así lo habian jurado entonces, y despues jurando al príncipe; que así lo habian de mantener, é que ellos en haber sido ganados por S. M. habian recibido grandes bienes, que eran estos y estos; y que ellos. no se alzarian en la fin del mundo, é que así nuevamente lo juraban, é que en la carta se pusiese una forma de juramento muy fuerte é firme que V. M. creyese; é que esta carta escrita desta forma, que se la diesen é que ellos la firmarian de todos los principales de la tierra, dentro de quince dias, é se la darian firmada;

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que les hiciese este bien, pidiéndome que yo la escribiese, para que esto se efectuase. Oido esto quedé fuera de mí é creí mas lo que me habian dicho, y vide que Dios permitia que se descubriese por boca dellos lo que ocultamente habian hablado é platicado. Esto es muy gran mal que hayan osádolo pensar, cuanto mas decirlo y escribirlo aun á V. M. El fraile me pidió parecer, porque los indios le mataban é importunaban sobre ello. Yo le respondí: « Padre, el caso es mucho y no es nada, y para el ronron que >> anda, que estos se han hablado con los de Tascala y Mechuacan

» sobre esta traicion, parece que Dios lo va aclarando para que se » dé crédito á ello; y esas cosas de estos indios é juramento dellos » son aire; aunque lo juren en Uchilobos es de hacer poco caso de >>llo; pero porque puede ser que Dios permita por nuestros peca > dos que esto venga en ellos á decir é hacer, y esta carta por ins>> piracion divina han venido á que se les haga, y porque de ca» llallo V. R. podria redundar daño, me haga una merced muy >> grande; que vaya á México y todo como pasa por istenso lo di› gais á esos señores oidores (que al presente estaban en la cibdad > el Lic. Zaynos y el Lic. Loaysa, que los demas habian ido con > el visorey); y decidles como yo os envio á que se lo digais, por» que lo sepan; y si quisieren escribir la carta, para ver los que » firman en ella, que yo la escribiré y por ella tomarán algun > aviso deste negocio. » Al fraire le pareció bien el consejo, y dijo que estaba muy bien, é que él iba á lo hacer así, y que antes que fuese al monesterio iria á casa del Lic. Zaynos y se lo diria todo. El fraile con su compañero se partió á hora de vísperas há hoy trece dias; no lo he visto mas, mas de que supe que lo habia ha- '' blado. El fraile tomó su licencia para se ir á España: está en un monesterio de la provincia de Chalco, de la mesma órden; partiráse por Navidad; no va en estos navíos porque en ellos van otros frailes de la mesma órden, por no ir con tanto fraile, porque se me dice que se van doce, y todos nahuatatos; 2 la cabsa no se sabe.

Yo no contento con esto, vino el Lic. Tejada de la dicha jornada, y como lo tenga por tan señor, le di cuenta de todo esto que pasaba, segun dicho es, el cual se admiró dello, para que advirtiese á la abdiencia dello, pues que de lo demas el visorey estaba advertido: pluguiera á Dios que la diligencia que se habia de hacer sobre este caso y castigo dello estuviera en sus manos, que yo creo verdaderamente que se hiciera con el calor que el caso requiere é con el castigo que demanda; y sé que la carta se escribiera luego, y se tomaran los nombres de los que la firmaban, porque ellos son los de las juntas é concilios malos, y con hacerse un castigo famola tierra se asegurara y allanara por agora, hasta que se bus

So,

* Esto es, intérpretes, ó peritos en las lenguas de los indios.

cara el medio de seguridad perpetua: la cual dé Dios, que es el que todo lo puede.

Quiero dar á V. M. desde principio los yerros que me parece ha habido é hay, por dónde ó de dónde proceden estos inconvenientes y cosquillas, las cuales, si Dios, como digo, no las mata, no pueden dejar de crecer, porque la gente crece en mucho número, y de su calidad es amiga de bullicios é alteraciones é guerras, y el demonio como perdidoso desta tierra que tenia por suya, ha de poner toda diligencia que pueda para restituilla, si pudiere: nuestro Señor la sustente con aquella mano de misericordia suya, y no permita que por nuestros pecados y ofensas á él cometidas, seamos castigados por gente tan severa é cruel é mala, amen: y conserve su santa Iglesia y la aumente, y no permita otra cosa por sus grandes misericordias, amen.

El primer yerro que se tuvo por los fraires franciscos, fué dar de golpe el bautismo á todos los que venian por campos, montes, caminos, pueblos, sin decirles lo que recibian ni ellos sabello, de donde ha parecido bautizarse muchas veces, porque cada vez que uno via bautizar se bautizaba; de donde ha venido tenerlo agora en poco.

El segundo yerro fué que luego quisieron predicalles todos los artículos de la fe juntos, é aclarárselos, no teniendo fe para creerlos ni vaso en que cupiese; de donde ha venido haber mil yerros. El tercero, que tomando muchos mochachos para mostrar la dotrina, en los monesterios llenos, luego les quisieron mostrar leer y escribir; y por su habilidad, que es grande, y por lo que el demonio negociador pensaba negociar por allí, aprendieron tan bien las letras de escribir libros, puntar, é de letras de diversas formas, que es maravilla verlos; y hay tantos é tan grandes escribanos, que no lo sé numerar, por donde por sus cartas se saben todas las cosas en la tierra de una á otra mar muy ligeramente, lo que de antes no podian hacer. La doctrina bueno fué que la sepan; pero el leer y escribir muy dañoso como el diablo.

El cuarto fué que luego á una gente tan nueva é tosca en las cosas de nuestra fe, y viva en toda maldad, se les comenzó á aclarar é predicar los artículos de la fe é otras cosas hondas, para ponelles dudas y levantar herejías, como se han platicado algunas;

porque el indio por agora no tenia necesidad sino de saber el Pater Noster y el Ave María, Credo y Salve, y mandamientos, y no mas; y esto simplemente, sin aclaraciones, ni glosas, ni exposiciones de doctores; ni saber ni distinguir la Trinidad, Padre é Hijo é Espíritu Santo, ni los atributos de cada uno, pues no tenian fe para lo creer. Sobre esto muchas veces me maté con frailes, diciéndoles que era gran yerro, y no lo pude acabar con ellos. Sobre esto había mucho que decir, y evitolo por no dar pesadumbre al leer á V. M. Han redundado desto cosas diabólicas inventadas por el demonio, como en estos halla aparejos.

Quinto, que no contentos con que los indios supiesen leer, y es cribir, puntar libros, tañer frautas, cherimías, trompetas é tecla, é ser músicos, pusiéronlos á aprender gramática. Diéronse tanto á ello é con tanta solicitud, que habia mochacho, y hay de cada dia mas, que hablan tan elegante latin como Tulio; y viendo que la cosa cerca desto iba en crecimiento y que en los monesterios los frailes no se podian valer á mostrarles, hicieron colegios donde estuviesen é aprendiesen é se les leyesen ciencias é libros. Á lo cual, cuando esto se principiaba, muchas veces en el acuerdo al obispo de Sto. Domingo ante los oidores, yo dije el yerro que era y los daños que se podian seguir en estudiar los indios ciencias, y mayor en dalles la Brivia en poder, y toda la sagrada Escritura que trastornasen y leyesen, en la cual muchos de nuestra España se habian perdido é habian levantado mill herejías por no entender la sagrada Escritura, ni ser dinos, por su malicia é soberbia, de la lumbre espiritual para entendella, é así se habian perdido é fecho perder á muchos, cuanto mas estos que todavía estaban sobre el ingerto y habian de saber á él; y que mayor mal era que me decian, é de hecho era, que tenian sacada la Brivia en su lengua; que cuando viesen los sacrificios de la ley vieja, é lo de Abraham, que así lo permitia Dios, que cómo agora se les defendia á ellos; é viesen las mujeres de David é otros, é otras cosas á que ellos eran inclinados, que cómo tomarian é aplicarian aquello á su propósito malo é no tomarian bien alguno. Á esto é á otras cosas que yo decia me respondia el obispo algunas cosas, en especial que no podia con los frailes, porque le decian luego que les iba á la mano y estorbaba la doctrina, y que la dejarian; y que no sabia qué se

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hacer. Ha venido esto en tanto crecimiento, que es cosa para admirar ver lo que escriben en latin, cartas, coloquios, y lo que dicen; que habrá ocho dias que vino á esta posada un clérigo á decir misa, y me dijo que habia ido al colegio á lo ver, é que lo cercaron doscientos estudiantes, é que estando platicando con él le hicieron preguntas de la sagrada Escritura cerca de la fe, que salió admirado y tapados los oidos, y dijo que aquel era el infierno, y los que estaban en él discípulos de Satanás. Esto me parece que no lleva ya remedio, sino cesar con lo hecho hasta aquí y poner silencio en lo porvenir; si no esta tierra se volverá la cueva de las Sibilas, y todos los naturales della espíritus que lean las ciencias.

Sexto, comunicalles agora los caballos y dar licencia que los tengan é compren para llevar á la guerra los que en su vida no tuvieron sino los piés para caminar, tanto regalo es gran daño; de aquí se les pegará quedar enseñados á la silla é á la rienda, é se extenderán mas largo; esto es contra lo prohibido é mandado pregonar por V. M. é por esta real abdiencia.

Séptimo, darles licencia para hacer armas, como se les ha dado, porque estaba prohibido, que ningun indio osaba tener flecha, ni arco, ni rodela, ni vara, ni tiradera y otra cosa de arma alguna: agora quién les quita que no hayan fecho debajo desto mill casas llenas de almacen, que tengan que gastar para toda la vida.

Octavo, mayor dalles licencia para comprar armas de España, que han comprado y habido cuantas han podido hallar, é aun me han dicho que les han visto ballestas y cotas á los indios, y creolo porque á todo se extenderian con la licencia; esto es contra lo prohibido é mandado pregonar por V. M. y vuestra real abdiencia, que se pregonó ante mí. Yerro es muy grande y ocasion que se les ha dado para que hayan fecho la junta é platicado lo ya dicho é fecho consultas: plega á Dios que no lo pongan por obra, porque si lo ponen é Dios alza la mano de su mamparo, fiador dellos que no dejen uno de nosotros para simiente, sino que nosotros perdamos las vidas, como gente mal proveida é ingrata á Dios, é que no sopimos regirnos é que dimos brazos é ayudas á nuestros enemigos, é V. M. PIERDA la tierra, la cual, si Dios no la torna á recuperar por milagro como se ganó, por fuerza de armas es como

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