Revue hispanique: Recueil consacré á l'étude des langues, des littératures et de l'histoire des pays castillans, catalans et portugais, Volumen46

Portada
A. Picard et fils, 1919
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 272 - ¡Cuánto siempre te amé, sol refulgente! ¡Con qué sencillo anhelo, Siendo niño inocente, Seguirte ansiaba en el tendido cielo. Y extático te vía Y en contemplar tu luz me embebecía!
Página 272 - Al término sombroso de Occidente, Las orlas de tu ardiente vestidura Tiendes en pompa, augusto soberano. Y el mundo bañas en tu lumbre pura. Vivido lanzas de tu frente el día, Y alma y vida del mundo, Tu disco en paz majestuoso envía Plácido ardor fecundo, Y te elevas triunfante, Corona de los orbes centellante.
Página 278 - Que es mi barco mi tesoro... ¡Sentenciado estoy a muerte! Yo me río: no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna entena, quizá en su propio navio. Y si caigo, ¿qué es la vida? Por perdida ya la di cuando el yugo del esclavo como un bravo sacudí.
Página 304 - O heavy lightness! serious vanity! Misshapen chaos of well-seeming forms! Feather of lead, bright smoke, cold fire, sick health! Still-waking sleep, that is not what it is This love feel I, that feel no love in this.
Página 275 - Y allá a la eternidad también descienda, Deshecho en mil pedazos, destrozado Y en piélagos de fuego Envuelto para siempre y sepultado; De cien tormentas al horrible estruendo, En tinieblas sin fin tu llama pura Entonces morirá: noche sombría Cubrirá eterna la celeste cumbre: Ni aun quedará reliquia de tu lumbre!!!
Página 279 - Son mi música mejor Aquilones; El estrépito y temblor De los cables sacudidos; Del negro mar los bramidos Y el rugir de mis cañones. »Y del trueno Al son violento, Y del viento Al rebramar, Yo me duermo Sosegado, Arrullado Por el mar. »Que es mi barco mi tesoro, Que es mi Dios la libertad, Mi ley la fuerza y el viento, Mi única patria la mar.
Página 276 - Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navio, ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies.
Página 273 - Con otros mil la eternidad sepulta. ¡ Cuántos siglos sin fin , cuántos has visto En su abismo insondable desplomarse! ¡Cuánta pompa, grandeza y poderío De imperios populosos disiparse! ¿Qué fueron ante ti? Del bosque umbrío Secas y leves hojas desprendidas, Que en círculos se mecen Y al furor de Aquilón desaparecen.
Página 221 - Quien mira el gran concierto de aquestos resplandores eternales, su movimiento cierto, sus pasos desiguales y en proporción concorde tan iguales; la luna cómo mueve la plateada rueda, y va en pos de ella la luz do el saber llueve...
Página 227 - Virgen que al alto ruego no más humilde sí diste que honesto, en quien los cielos contemplar desean: como terrero puesto, los brazos presos, de los ojos ciego, a cien flechas estoy que me rodean, que en herirme se emplean ; siento el dolor, mas no veo la mano, ni me es dado el huir ni el escudarme; quiera tu soberano Hijo, Madre de amor, por ti librarme.

Información bibliográfica