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infrascrito su Secretario de Cámara, y Gobierno, de que certifico. Luis Obispo de Arequipa (rúbrica). Por mandado de S.S.I. el Obispo mi Señor.- José Apolinar Suárez (rúbrica). Secretario.

En: Biblioteca Nacional del Perú. Documento N D 11716

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EL VIRREY ABASCAL COMENTA LA CONDUCTA DEL OIDOR VIDAURRE, ACOMPAÑANDO DOCUMENTOS DE

CARACTER PERSONAL

No 163.

Excelentísimo Señor:

Para que Su Majestad pueda forma una exacta idea del carácter del Ministro de la Audiencia del Cusco Don Manuel Vidaurre y de su comportamiento en la revolución de la misma provincia, remito a Vuestra Excelencia la carta que me dirigió desde Arequipa.

Y aunque pretende abonar su conducta con las proclamas que en ella cita y acompaña como la certeza de la publicación de estos papeles no tiene otro apoyo que el dicho de su autor y éste, al través de sus sofismas, descubre sus máximas demasiado liberales, le contesté el oficio que en copia incluyo, extrañándole la conformidad que notaba entre las causas a que atribuia la rebelión de aquella provincia y las que alegaban por su parte los insurgentes.

La carta que sobre el particular me escribió el Intendente de Arequipa descubre del todo el pernicioso sistema de Vidaurre y los perjuicios que podía ocasionar con su ejemplo en aquella ciudad. Así los oficios que dice tener de dicho jefe sobre su conducta sólo indicaban los apurados medios de que se valdría para obtenerlos, y que el Intendente le daría esa aparente satisfacción obligado de las circunstancias en que se hallaba de ser quizá presa

de los sublevados (como lo fue por desgracia) y deseoso también de deshacerse de tan sospechoso huésped.

Así recomiendo a V.E. el contenido de las citadas copias y de lo representado por la Audiencia del Cusco sobre el mismo Vidaurre, en inteligencia de que se halla en esta Capital de resultas de mi contestación y de que hasta ahora no ha solicitado restituirse al servicio de su plaza, y aun cuando lo pretendiese me guardaría de concedérselo hasta la resolución del Soberano, por las razones que se deducen de lo expuesto.

Dios guarde a V.E. muchos años. Lima, 27 de junio de 1815.

El Marqués de la Concordia.

Al Excelentísimo Señor Secretario de Estado y del Despacho Universal de Indias.

A.G.I. Lima. 749

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EL OBISPO DEL CUSCO JOSE PEREZ DE ARMENDARIZ PROPONE TRES INDIVIDUOS PARA SU AUXILIARATO

(AL MARGEN) Señor.- El Obispo del Cuzco, propone a V.M. tres individuos para auxiliar de su Obispo, al que fuere más de su Real agrado.

(TEXTO) Señor Dn. José Pérez Armendariz, Obispo del Cusco, con mi mas profundo respeto y humildad expongo a V.M. que hace más de tres años, que viéndome abrumado de los que componen mi larga edad supliqué a la innata Real Piedad de V.M. se sirviese concederme un auxiliar para descargar en él un peso que ya no podía soportar entonces, y me ocasionaba el continuado desconsuelo de mi conciencia.

Propuse a V. Soberanía al Dr. Dn. José Benito Concha y Jara, Magistral de esta Santa Iglesia Catedral, y actual Arcediano de ella, Rector del Seminario, y Comisario Subdelegado de la

Cruzada, por hallar en éste (en mi entender) las mejores cualidades que debe tener un Obispo. Nacimiento distinguido, por ser de una de las primeras familias de estos Reinos, descendiente de sus conquistadores, humildad, arreglada conducta, literatura conocida. Y un orden de vida irreprensible, y dirigía a V.M. mi propuesta la primera por medio del Brigadier don José Manuel de Goyeneche Presidente interino de esta Real Audiencia y la segunda por el de Dn. Pedro Antonio de Cernadas consejero honorario del Consejo Supremo de Indias, y decano de ella, sucesor de aquel en esta Presidencia, que sirvió largo tiempo, y aunque este Ministro me dijo repetidas veces que extendiese mi propuesta citada a tres Individuos confieso a V.M. que no se presentaron a mi imaginación en aquella ocasión libres de las trabas de natales legítimos y conocidos como se requieren para esta dignidad aunque con ellas había algunos.

Mas hoy que he entendido que se necesita precisamente esta circunstancia propongo tercera vez a V. Real Bondad al mismo Dr. Dn. José Benito Concha arcediano de esta Santa Iglesia Catedral en primer lugar por estar aún (si cabe) más radicado en el concepto que formé de él para el Obispado, en segundo al Dr. Dn. Domingo de Echave y Mollinedo de muy distinguido origen, Cura de San Sebastián suburbio de esta ciudad, y en tercero a Dn. Fernando Pimentel, de clara estirpe, Cura de Tinta, en este Obispado, y espero de la innata bondad de V.M. se digne elegir el que fuere más de su Real agrado, y consiga yo así el morir descargado del peso que ya me falta fuerzas para soportar, como con el favor de Dios.

Dios güe la Católica Real Persona de V.M. Ms. As. con aumento de mayores Reinos, y Señorío como la Cristiandad ha menester. Cusco, 26 de Julio de 1815.- Señor.- Joseph Obispo del Cusco.

Archivo General de Indias

Sevilla.- Audiencia del Cuzco.- Legajo 66.

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EL CABILDO DEL CUSCO QUEJASE ANTE EL VIRREY POR NO HABER ACEPTADO A UNO DE LOS TRES DE SUS PROPUESTOS PARA OBISPO AUXILIAR

(AL MARGEN) El Cabildo Eclesiástico del Cusco expone a V.M. la injuria que se le ha inferido pospuesto él, con la designación de uno de tres curas para el Gobierno Eclesiástico, precisando para ello al Obispo Diocesano.

(TEXTO) Señor: el Cabildo Eclesiástico del Cusco, que siempre se ha señalado en la fidelidad, y homenajes de su amor a V.M. hace presente con su mas profundo rendimiento hallarse vulnerado en lo más vivo de sus leales sentimientos con la ocurrencia de que precisado su Prelado Diocesano por el Virrey de Lima a nombrar por Gobernador Eclesiástico con el pretexto de su avanzada edad, a uno de tres curas que le designó, pospuesto todo el Cabildo de esta Iglesia, le ha sido injuriado al resultado de la reciente pacificación de su Distrito, y después de la ominosa revolución de estas Provincias siendo ésta la que acrisoló la lealtad, y caridad del Prelado, y su Cabildo, tanto por el esmero con que todos ellos contribuyeron a libertar las vidas de los Magistrados, y vecinos leales, cuanto por los medios que adoptaron para amainar el movimiento y encono de los Rebeldes, sufragando aquél copiosas limosnas en las familias, y mujeres de los prisioneros, y cuando los arbitrarios de censuras y entredicho que al principio se propuso fulminar el Prelado, se preveyeron de más funestas consiguientes por el despecho y sangrienta obstinación de los Revolucionarios, amenazando una total ruina aun contra los Ministros de la Iglesia, que podían ser los únicos mediadores, como en efecto lo fueron proporcionando los consejos que la sagacidad pudo sugerir en aquella estrechez para atemperar la fuerza, aunque el modelo de su prudencia no pudo precaver el que uno u otro Eclesiástico se propasase en su abuso al abrigo de la Sedición.

Siendo estos datos tan notorios que no pudieron ocultarse al Virrey, no esperaba el Cabildo el éxito de su inopinada providencia que lo precisa representarla a la piadosa atención de V.M. Lo primero por la necesidad que se le intima al Prelado para la dimi

sión del Gobierno no en persona de su espontánea elección. Lo segundo por el despojo que se hace al Cabildo del Derecho de suceder en el Gobierno por cualquiera vacante del Prelado, con las nótas injuriosas que de él se pueden inferir de infamia, infidelidad, o insuficiencia, en medio de los acontecimientos de una revolución, cuando por otra parte se considera acreedor por sus fieles servicios a la mejor opinión viéndose finalmente pospuestos a los curas (sin miramiento al embarazo de la residencia tantas veces encargada por la Ley, como inculcada por la pía y celosa atención de V.M.) los individuos de un cuerpo que en su edad provecta alcanzaron por merced de V.M. su colocación en el coro por premio al desempeño del Ministerio Parroquial y demás servicios, pues no es imaginable sin impostura que todos ellos hayan viciados de crimen siendo entre otros nada equívoco el mérito del Arcediano doctor don José Benito Concha, que en medio de sus bellas cualidades fue con su familia la víctima de las amenazas, y persecución de los Rebeldes. De cuyos principios infiere el Cabildo que algunos respetos de gratitud y deferencia a ciertas personas pudieron equivocar el concepto de aquel Jefe a sombras de la distancia, según se lo tiene expuesto el Cabildo con fecha de veinte y seis de Julio último, al tenor de la copia que acompaña a V.M. en que sola su soberana resolución calmará las zozobras del Cabildo, y arreglará su humilde resignación, con lo que será de su Real agrado.

Dios guarde la católica, y Real Persona de V.M. los muchos años que han menester estos sus Reinos. Cusco y Agosto 19 de 1815.

Señor.-Feliciano Paz.- José Benito Concha y Jara.- Mariano Ignacio Pacheco de Peñaloza.- Fernando de Silva.- Mariano de Toledo.

Archivo General Indias-Sevilla.- Audiencia del Cusco.- Legajo No. 66.

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