La Germanía de Valencia: discursos leídos ante la Real academia de la recepción públicaTipografia de Manual Gines Hernández, 1884 - 524 páginas |
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... causa y otros des- leales amaños de Sorolla , creció el odio al Conde , desacataron su autoridad y se le atrevieron , hasta el punto de combatir su casa en son de guerra y precisarle á huir de la ciudad , temeroso de mayores extremos ...
... causa y otros des- leales amaños de Sorolla , creció el odio al Conde , desacataron su autoridad y se le atrevieron , hasta el punto de combatir su casa en son de guerra y precisarle á huir de la ciudad , temeroso de mayores extremos ...
Página 13
... causa . No tardaron en rendirse Alcira y Játiva , después de una valerosa defensa , y aunque el misterioso personaje llamado el Encubierto in- tentó sostener la causa popular , pagando el intento con la vida , ex- tinguidos los restos ...
... causa . No tardaron en rendirse Alcira y Játiva , después de una valerosa defensa , y aunque el misterioso personaje llamado el Encubierto in- tentó sostener la causa popular , pagando el intento con la vida , ex- tinguidos los restos ...
Página 20
... causas inferiores á aquella suma 3. Los vecinos de Valencia quedaron exceptuados de pagar varias gabelas de realengo y ... causa de la pluralidad de negocios , se añadían de nuevo dos Jura- dos , que se eligirían como los otros cuatro y ...
... causas inferiores á aquella suma 3. Los vecinos de Valencia quedaron exceptuados de pagar varias gabelas de realengo y ... causa de la pluralidad de negocios , se añadían de nuevo dos Jura- dos , que se eligirían como los otros cuatro y ...
Página 28
... causa y otra deseaban su exterminio , si bien aparentaban fijarse en la primera , por ser de un interés más general y justificado . Aunque no existan evidentes pruebas de la inteligencia entre los moros de mar y tierra , es tan factible ...
... causa y otra deseaban su exterminio , si bien aparentaban fijarse en la primera , por ser de un interés más general y justificado . Aunque no existan evidentes pruebas de la inteligencia entre los moros de mar y tierra , es tan factible ...
Página 45
... causa de los desórdenes , la ausencia del Lugarteniente General , y tanto se hizo , que el Monarca ordenó la vuelta á Valencia de D. Diego de Mendoza . D. Diego , sin embargo , no quería volver á aquella ciudad , de donde había sido ...
... causa de los desórdenes , la ausencia del Lugarteniente General , y tanto se hizo , que el Monarca ordenó la vuelta á Valencia de D. Diego de Mendoza . D. Diego , sin embargo , no quería volver á aquella ciudad , de donde había sido ...
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Términos y frases comunes
1.º de mayo aço agermanados Alcira altres anar apres aquells aquesta ciutat Aragón Archivo armas Aureum bandera Bayle Benisanó caballeros capitan capitanes Carta real castigo castillo catedral de Valencia Chelva Conde Consejo consell cosas dels Denia despues dexar Diego de Mendoza dita ciutat dits dixo DOCUMENTO NÚM Duque ejército ells embiamos Emperador eran fonch fortaleza Gandia gente Gobernador guarda guerra hauia hazer hizo Infante Inquisición Item Jaime Játiva Johan Jurados de Valencia jurats justicia Lugarteniente magnifich mandado marques Marqués de Zenete mateix Micer molt Morella moriscos moros mossen atequa municipal de Valencia Murviedro notario oficiales oficios ofisis orden Orihuela pág Pedro Peñíscola perque personas poble poder presos Privil privilegio procurar proueher pueblo quals R. M.at Racional Reino de Valencia Reyno Salazar Segorbe senor Señoria seruicio setiembre Síndico Sorolla Spectable tenia tots Trece de Valencia valencianos Vicente Peris villa Virrey Xativa
Pasajes populares
Página 522 - E los unos ni los otros no fagades ni fagan ende al por alguna manera, so pena de la nuestra merced y de diez mil maravedís...
Página 521 - Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las/ yslas de Canaria, de las Yndias, yslas e tierra firme del mar...
Página 522 - Escribano público que para esto fuere llamado que dé ende al que vos la mostrare testimonio signado con su signo , porque Nos sepamos en como se cumple nuestro mandado. Dada en la villa de...
Página 504 - ¡Ah ! vanamente Discurre mi deseo Por tus fastos sangrientos y el contino Revolver de los tiempos; vanamente Busco honor y virtud : fue tu destino Dar nacimiento un día A un odioso tropel de hombres feroces, Colosos para el mal ; todos te hollaron , Todos ajaron tu feliz decoro ; ¡Y sus nombres aun viven! Y su frente Prdo orlar impudente La vil posteridad con lauros de oro ! ¡Y uno solo!
Página 519 - El estiércol y las heces que algunos no digerían, muchos tristes los comían, 138 que era espanto. Allegó la cosa a tanto que, como en Jerusalén, la carne de hombre también la comieron. Las cosas que allí se vieron, no se han visto en escritura: comer la propia asadura de su hermano.
Página 521 - Algecira, de Gibraltar, de las islas de Canaria de las Indias, islas e Tierra firme del mar Océano, condes de Barcelona, señores de Vizcaya e de Molina, duques de Atenas e de Neopatria, condes de...
Página 29 - ... innecesario consignar, trazan gráficamente el sombrío cuadro de aquella sociedad desquiciada y revuelta. Las crónicas, manuscritos coetáneos, disposiciones de los Jurados y Consejo general, registros de los establecimientos piadosos, procesos de la Inquisición y de los Justiciazgos civil y criminal, las homilías y otros muchos documentos públicos y privados, lo atestiguan de una manera irrefutable.
Página 518 - Plata, conquista la más ingrata a su señor; desleal y sin temor, enemiga del marido, que manceba siempre ha sido, que no alabo. Cual los principios, al cabo aquesta ha tenido cierto, que seis maridos ha muerto, la señora, y comenzó la traidora tan...
Página 335 - Con armas, en guerra; en paz, con las leyes, se quieren los reynos, senyor, conservar, mas ¡guay! de la tierra do todos son reyes, do todos presumen regir e mandar. Un Dios en el cielo, un rey en la tierra, se debe por todas las gentes temer, quien esto no teme comete gran yerra, por quanto do tanta malicia se encierra, no pueden los reynos, senyor, florescer.
Página 29 - Germanía eran más sueltas y libres de lo que podían consentir los preceptos morales y religiosos. Los asesinatos, impunes muchas veces; las violencias, los cohechos de los jueces y oficiales de justicia, las infidencias de los depositarios de la fe pública, los raptos de mujeres, los amancebamientos de los clérigos, la creciente apertura de tabernas, el próspero estado de la mancebía, la multitud de enamorados, rufianes, vagamundos, paseantes...