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Accion de Arrigorriaga.-Eguia sustituye á Moreno en el mando del ejército carlista.-Accion de Salvatierra.-Pérdida de Estella por los carlistas.-Accion del Jurra.-Regreso de Guergué á Navarra.-Estado de la guerra en las demas provincias.-Prision y muerte del brigadier D. Ramon Carnicer.-Continuacion de los acontecimientos políticos de Madrid.-El jeneral Espartero manda diezmar el batallon de chapelgorris.

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as disensiones de los liberales daban mayores esperanzas á los carlistas de conseguir que triunfase su causa; y conociendo lo muy importante que seria el apoderarse de Bilbao, se dirijieron nuevamente sobre esta villa, y principiaron á bloquearla. Espartero, que se hallaba en Viana, recibió una órden del

TOMO I.

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jeneral en jefe para que se reuniese, en Miranda de Ebro, con su division á las fuerzas que componian el ejército de reserva, al mando de Ezpeleta, que estaba encargado de hacer levantar dicho bloqueo. Estos dos jenerales consiguieron ciertamente entrar con sus tropas en la villa el 7 de agosto; mas no por eso los carlistas desistieron de su empeño; de modo que las tropas de Ezpeleta y Espartero se allaban casi encerradas en Bilbao. El dia 11 recibió Ezpeleta otra órden deljeneralen jefe, en virtud de la cual emprendió su marcha hacia Vitoria por el camino de Bolueta y puente de Unzueta. Apenas habia andado un cuarto de legua, cuando por la parte opuesta del rio y las alturas de Ollargan que le dominan, aparecieron dos compañías carlistas. Ezpeleta mandó que las acometieran tres de cazadores, que las hicieron abandonar sus posiciones. Las tropas de la reina continuaron su marcha por el camino real, en el que se presentaron dos batallones carlistas que hubieran hecho abandonar las alturas á los cazadores de Espartero, á no haber cargado sobre ellos teda su division.

Los dos batallones carlistas y otras fuerzas que se hallaban en el camino real, fueron retirándose por escalones al puente Arrigorriaga, que le tenian fortificado con parapetos, en cuyo punto resolvieron esperar á sus contrarios.

Espartero entró en el pueblo de Arrigorriaga, y se preparaba á pasar el puente, ocupando antes las alturas que le dominan, cuando supo que el grueso del ejército carlista, á las órdenes de D. CARLOS, se hallaba muy cerca. Esta noticia le hizo variar de resolucion; tomó posiciones en el pueblo por si le acometian sus enemigos, situando en él los rejimientos del Príncipe y cazadores de la Guardia, un batallon de Almansa, y parte del 2.° de lijeros; en las márjenes del rio colocó fuertes líneas de tiradores, y en apoyo de estos el resto de sus fuerzas formadas en masa. Asi permaneció algun tiempo, hasta que recibió la órden de Ezpeleta para que las tropas retrocedieran ȧ Bilbao, ejecutando el movimiento por escalones, y encargando á Espartero que cubriese la retaguardia.

Apenas observaron los carlistas el movimiento retrógrado delejército de la reina, sin esperar las órdenes de sus jefes cargaron sobre las masas contrarias que rompieron un fuego graneado muy sostenido. No por eso se arredraron los carlistas, sino que acometieron con mayor impetu á los de la reina. Estos defendieron el terreno palmo á palmo hasta llegar al puente de Bolueta, distante un cuarto de legua de Bilbao, en cuyo punto se desordenaron por hallarle ocupado ya por fuerzas carlistas. Viendo Espartero que su jente se desbandaba y que los carlistas picaban muy de cerca su retaguardia, dió una carga desesperada con su escolta á los del puente, que le recibieron con serenidad y defendieron su puesto con porfia. Espartero se vió cercado de enemigos y en poco estuvo que no cayera en su poder, pues en el momento en que un carlista echó mano á la brida de su caballo, cuatro húsares y un cabo que vieron el peligro de su jeneral se arrojaron impetuosamente á socorrerle, arriesgando sus vidas, y consiguieron salvarle. Despues de disputarse con teson la posesion del puente, se replegaron los carlistas que le ocupaban, dando así lugar á que le pasase parte de la infantería de Espartero; pero se rehicieron al momento y volvieron á ocuparle. Espartero dió entonces una segunda carga, en la cual recibió un balazo en el brazo izquierdo y una herida de lanza. Varias veces fué tomado y perdido el puente de Bolueta, en donde se vieron acciones arrojadas de valor personal por ambas partes; pero al fin la victoria quedó por los carlistas, que hicieron quinientos prisioneros, volviéndose despues á sus anteriores posiciones. Espartero se retiró á Bilbao con el resto de sus desmembrados batallones.

Ezpeleta, que retrocedió por el camino de Balmaseda, fué perseguido por el jeneral Maroto, que ya le iba á los alcances, é indudablemente le hubiera derrotado á no ser por Córdoba, que para salvarle empleó rápidas maniobras que inspiraron recelo al jeneral carlista, y le obligaron á abandonar su presa.

Como las fuerzas carlistas que ocupaban el puente de

Arrigorriaga estaban á las órdenes de Eguia, y el general en jefe Moreno se hallaba á alguna distancia con el grueso del ejército, el primero pidió al segundo que bajase con sus fuerzas para cortar enteramente á Espartero y apoderarse de todas sus tropas, lo que indudablemente habria sucedido si Moreno hubiese accedido á los deseos de Eguia; pero el jeneral en jefe le contestó que sabia bien lo que tenia que hacer. Esto aumentó la desunion entre los jefes carlistas, y poco tiempo despues fué nombrado Eguia para remplazar á Moreno en el mando del ejército.

A fines de setiembre, teniendo que trasladarse la lejion inglesa desde Bilbao á Vitoria, atravesó Espartero con su division por Durango para protejer la marcha de aquella. Con igual objeto salió el jeneral Córdoba el dia 17 de Vitoria hacia Salvatierra, y los carlistas, que no pudieron alcanzar al primero, cayeron sobre el segundo, ganando antes que él dicha villa de Salvatierra; pero atacados en este punto, fueron arrojados de la poblacion los que la habian ocupado, y despues de una accion poco porfiada, se retiraron á la Barrumedia con una corta pérdida. En esta jornada se vió muy espuesto á caer prisionero el jeneral carlista Villareal, de cuya suerte se salvó por su serenidad y valor.

Con igual felicidad ejecutaron las tropas de la reina otras muchas operaciones, como la marcha á los Arcos y á la Ribera, el paso de los puentes del Arga y del Ejea y la ocupacion de Lárraga. En Cirauqui y Mañeru, tuvieron tambien los carlistas que ceder á la fortuna de sus adversarios, que igualmente se apoderaron de Estella el 15 de noviembre, despues de una porfiada resistencia. Al dia siguiente se empeñó una reñida accion en las faldas del monte Jurra, sosteniéndola en una de ellas el jeneral Córdoba, y en otra el jeneral Tello. Córdoba consiguió algunas ventajas; pero Tello, acometido vigorosamente por los carlistas, se vió precisado á replegarse á Allo, adonde tambien acudió despues Córdoba. Reunidas en este punto todas las fuerzas, volvió á presentar la batalla, que rehusaron los carlistas, y se retiró á Lerin con su ejército.

En el mes de diciembre regresó á las provincias el jefe carlista Guergué, de su espedicion a Cataluña, y hubo encuentros parciales en varios puntos, siendo el mas importante la sorpresa que los de la reina hicieron a la vanguardia de Guergué, en la cual quedó prisionero el jefe carlista, conocido con el nombre de Rojo de San Vicente, con casi todos los oficiales y soldados que le acompañaban.

En las demas provincias la guerra tomaba cada vez un aspecto mas sanguinario y cruel. Muchas pájinas podriamos ocupar con la relacion de los combates que tuvieron lugar en ellas; pero sería inutil el detenernos en esto, porque la mayor parte se reduce à choques insignificantes, y á la pérdida de sangre española, que así en las acciones como despues de ellas se derramaba por ambas partes. Los principales encuentros fueron en Cataluña, la sorpresa que hicieron los carlistas el 26 de mayo en la villa de Montblanch, de donde fueron arrojados al fin por los que la defendian: el cerco del fuerte de Tolrá, que tuvieron que levantar al fin los carlistas, despues de perder unos cuarenta muertos y mas de cien heridos. El coronel Niubó se apoderó del castillo de Guimerá, que ocupaba el partidario carlista Roset, el cual se entregó con cuantos le acompañaban, y fueron pasados por las armas. El brigadier Ayerbe batió tambien á los carlistas en Olot, el 24 de setiembre, y el comandante de la lejion francesa obtuvo igualmente un triunfo en la Pobla de Segur.

En Valencia por el mismo tiempo tuvieron lugar la accion de Mosqueruela, el 15 de mayo, contra varios partidarios carlistas; la de la masía de la Montañana el 26 del propio mes; y la de Rosell el 10 de octubre, en que el jefe carlista Beltran fué derrotado con pérdida de cuatro jefes y cuarenta y uno de sus soldados.

En Aragon sufrieron tambien descalabros los carlistas, y á pesar de ello sus filas engrosaban diariamente. Uno de los sucesos mas adversos para los defensores de D. CARLOS en Aragon, fué la captura del brigadier D. Ramon Carnicer, que pasando á Navarra por órden de su príncipe, fué apre

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