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CAPÍTULO XIII.

Proposiciones de transaccion á Cabrera por los ingleses y por Espartero. Contestacion del jeneral carlista.-Marcha del ejército del Norte á Aragon.-Preparativos de Cabrera para defenderse.-Proclama del caudillo tortosino á sus soldados.La guarnicion de Amposta cae en una emboscada dispuesta por el padrastro de Cabrera.-Movimiento del ejército de la reina. Rivalidades y disensiones entre los carlistas catalanes.Asesinato del conde de España.-Acciones parciales de los jefes subalternos de Cabrera. -Toma y destruccion del fuerte de Castro por la division de Aspiroz.-Suspension de las operacioues militares por la rijidez de la estacion..

ocos dias despues de la consumacion del convenio de Vergara, presentáronse á Cabrera dos coroneles ingleses ofreciéndole la mediacion de. su gobierno para terminar la guerra en Aragon y Valencia, bajo las mismas bases con que se habia efectuado en Navarra; pero Cabrera en vez de escucharlos,

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les intimó que saliesen en el término de dos horas del territorio de su mando, diciéndoles al mismo tiempo que si querian enviarle fusiles, que le hacian mucha falta, se los pagaría bien y al contado; y lo hubiera verificado asi, porque contaba con abundancia de dinero, como lo prueba el dar en aquellos dias tres pagas á sus soldados para tenerlos mas propicios, No contento Cabrera con haber hecho marchar inmediatamente á los comisionados ingleses, les escribiò la siguiente carta:

«Calanda 7 de setiembre de 1839. — Señores: agobiade por la multitud de negocios que me rodean, me habia olvidado deciros que he alistado doce batallones de mozos del pais, habituados al ejercicio del fusil; no me hallo entera. mente falto de armas para equiparles; pero si quisiéreis venderme algunas, depositándolas en casa de mis ajentes en Londres, podeis asegurar á lord Palmerston de mi parte que dentro de tres meses de la fecha le haré un digno regalo con la cabeza de Rafael Maroto, pues que este último no ha cumplido su promesa de entregar al comodoro Hay. la persona de mi rey y señor: interin aguardo vuestra contestacion, etc.- EL CONDE DE MORELLA.»

Tambien el jeneral Espartero envió á Cabrera un correo estraordinario, comunicándole el convenio firmado en Vergara, é invitándole á que se adhiriese á él; pero Cabrera rasgó la comunicacion de Espartero y la copia del convenio en presencia del mismo portador, anunciando á este que si pasadas veinticuatro horas no habia salido del territorio donde ondeaba el pabellon de D. CARLOS, le mandaria fusilar. Véase, pues, como en vez de amilanarse el caudillo tortosino con los sucesos de Navarra, estaba decidido á sostener con solas sus fuerzas la causa por la cual habia combatido con tanta decision y entusiasmo.

Pacificadas enteramente las provincias del norte, se trasladó Espartero con su numeroso ejército á Aragon en donde le recibieron en triunfo los constitucionales. Al ver

Cabrera la aglomeracion de fuerzas que marchaban contra él, pasó á Cantavieja para hacer los preparativos necesarios á una obstinada defensa. En las fortificaciones de Morella trabajaban mas de dos mil paisanos de los pueblos inmediatos, y á pesar de estar atestados de trigo y otros víveres los almacenes, habilitaron los carlistas una porcion de casas que llenaron hasta el último piso con los nuevos acopios. Mas de doce mil cabezas de ganado lanar y no pocas del vacuno, que habian recojido los carlistas en sus espediciones á la Mancha y Cuenca, escoltadas por el mismo Ca brera, se encerraron en Morella, y aun se esperaba otro convoy no menos rico que conducia Forcadell de la parte de Valencia.

Espartero emprendió las operaciones en combinacion con el ejército del centro que se hallaba sobre Teruel, y sus primeros movimientos se dirijieron hácia Alcañiz, Co¬ mun de Huesa y Daroca. Entonces Cabrera hizo recon centrar todas sus fuerzas sobre Morella, escepto unos tres→→ cientos hombres que dejó en Calig, y estrechó mas sus relaciones con el conde de España que mandaba las tropas carlistas de Cataluña, esperando que este jefe le enviaria algunos miles de hombres de refuerzo; sin embargo, en lo que mas confiaba era en sus propios soldados à quienes procuraba tener siempre contentos y entusiasmados, y con este fin les dirijió el dia 7 de octubre la siguiente proclama:

«Voluntarios: Las armas alevosas de que la revolucion se vale contra los valientes, han alejado al rey de nuestra patria, y cojido en redes infames un ejército de héroes. ¡Eterna ignominia cubrirá á los indignos españoles que con descarada impudencia y á una con los enemigos, han trabajado por mas de dos años para inutilizar la noble sangre que con envidiable gloria ha derramado la fidelidad en los campos vasco-navarros! Si las palabras venenosas de paz, hermandad y humanidad, etc., con que los traidores han podido engañar á nuestros hermanos, llegasen à vuestros oidos, abominad de ellas y avisadme. No hay otra paz que

la que no tardará en dar á la España entera nuestro amado soberano el señor D. CARLOS V, nunca mas ilustre que cuando parece mas desgraciado.

>>Voluntarios: me conoceis y os conozco. La indigna-: cion, no el desaliento, se ha apoderado de mi corazon, como de los vuestros al saber los sucesos del Norte, y ansio el momento en que poderos decir desde el campo: Ese que teneis enfrente es el ejército que envanecido con sus glorias postizas, pretende asustaros con su número y aparato: aquel es el jeneral á quien una vil traicion hizo conde; y manejos todavia mas traidores y torpes han prestado el título ridículo de duque de la Victoria.

»Voluntarios: me engañaría mucho si el coraje que siento en mi pecho no le viese hervir en el vuestro en el momento, que ya tarda, de medir nuestras armas leales con las traidoras de la revolucion. Este dia se acerca, y vuestro jeneral, que nunca os prometió en vano la victoria, os protesta con todas las veras de su corazon, que jamás ha pretendido con mas seguridad los dias de gloria que os esperan. Una ojeada rápida que mi alma da en este instante sobre mi penosa vida, me recuerda la hora en que hace seis años capitaneaba quince hombres armados por mitad de palos y escopetas..... ¿Podria pensar en la série de inauditos sucesos que se han seguido?. ... Pero la Providencia, que se complace en humillar los soberbios, ha dirijido mis pasos. El Dios de los ejércitos, en cuyo nombre peleo, ha coronado con la victoria mi intencion pura, y la sangre de mi inocente madre derramada por su gloria, obtendrá; no lo dudeis, que el ejército compuesto de los valientes y leales compañeros de su hijo, confunda para siempre la soberbia de la revolucion que ha inundado de lágrimas y sangre nuestra hermosa patria.

»Voluntarios: fieles compañeros de mis trabajos y de mis glorias! La relijion y el rey piden nuevos esfuerzos de nosotros, y el rey y la relijion los tendrán. ¡Contadlos por victorias! Os lo promete vuestro jeneral y camarada, à quien como siempre, vereis pelear como capitan y como solda

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