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Sitio de Morella por el ejército de Espartero.-Defensa y rendicion del fuerte de San Pedro Mártir.- Evacuacion del reducto de la Querola por los carlistas.-Vuélase el almacen de pólvora de los defensores de Morella.- Resuelve la guarnicion abandonar la plaza.-Horrorosas desgracias acaecidas en esta salida. Propuesta de capitulacion por el gobernador accidental de Morella al jeneral de las tropas sitiadoras.- Contestacion de Espartero.- Rendicion de Morella á los cristinos.Sorpresa de Forcadell por la brigada de Zurbano. - Derrota de Palacios por el jeneral Concha.

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a dijimos, cuando Cabrera se apoderó de Morella, lo importantísima que era esta plaza, así por su posicion to pográfica como por su fortaleza, para dominar el Maestrazgo. Esta ciudad adquirió mucha celebridad despues del triunfo que consiguió contra Oraá, obligando á este jeneral á levantar el sitio

que la

puso, á

pesar del numeroso ejército que tenia á sus órdenes. Como ademas del interes, mediaba el amor propio de Cabrera en conservar una plaza cuya posesion le habia valido el título de conde, fijó el caudillo carlista toda su atencion en aumentar sus obras de defensa, que se ampliaron mucho mas luego que el ejército cristino del norte penetró en Aragon, porque conocieron los carlistas que entonces podrian sitiar á Morella las tropas de la reina con esperanzas de mejor écsito. No contento Cabrera con las obras interiores, mandó construir algunos fuertes esteriores, en cuyo trabajo se empleó centenares de prisioneros, con el objeto de ver terminadas aquellas obras antes que fuesen atacadas por las tropas de la reina. Llegó por último este momento temido, y los carlistas tuvieron que arreglar precipitadamente la defensa, sin haber podido concluir, con arreglo al plan, el fuerte esterior llamado de San Pedro Mártir.

El dia 19 de mayo emprendió el ejército de Espartero el movimiento contra la plaza de Morella; pero al llegar al Mas de las Matas se levantó tan grande tempestad que las tropas de la reina no pudieron continuar su marcha, y tuvieron que acojerse al abrigo de las tiendas de campaña, mientras que algunas divisiones tuvieron que quedarse en los pueblos inmediatos. La gran nevada que amaneció el dia 20, el frio intenso de los dias 21 y 22, y el mal estado en que se hallaban los caminos á consecuencia del récio temporal, entorpecieron las operaciones de los cristinos sobre Morella; pero mejorado ya el tiempo, en la madrugada del 23 descubrieron los defensores de la plaza las primeras avanzadas enemigas sobre las crestas de los cerros del Mas del Pou y la Pedrera, media hora distante de Morella. La vanguardia de Espartero fué hostilizada por un batallon carlista, que la molestó bastante por su flanco izquierdo en la posicion de San Marcos; sin embargo, dicha vanguardia protejió á la brigada de injenieros en el reconocimiento que á las ocho de la mañana practicó sobre el reducto de San Pedro Mártir y el de la Querola que se ha

Ilaba intermedio entre la plaza y dicho fuerte, en una colina poco elevada. Los sitiadores establecieron una batería en el cerro de la Pedrera, y á la una de la tarde rompieron el fuego contra el espresado fuerte de San Pedro Mártir, arrojándole granadas y balas de á 12 y 16 para destruirle, con tal actividad que á las cuatro de la tarde la artillería de los sitiadores habia hecho mas de quinientos disparos.

Ademas de la bateria construida en la Pedrosa, mandé Espartero levantar otra para cuatro piezas de á 16, que jugaron, segun hemos dicho, contra el fuerte. Pero observando el jeneral en jefe que la larga distancia á que se hallaban las baterías impedia causar á los sitiados todo el daño que intentaban, mandó establecer otra en la falda de la misma montaña en que se hallaba el fuerte. La guarnicion de este se componia de dos compañías del tercero de Valencia, que se veian en grande apuro asi por las tres baterias que les hostilizaban como por los tiradores de la reina, que rodeando el cerro y aprocsimándose hasta medio tiro de fusil del fuerte, incomodaban mucho á los sitiados y les habian cortado la comunicacion con el reducto de la Querola y con la plaza. En tal estado y á pesar del aspecto imponente que presentaba el ejército sitiador en las inmediaciones de aquel pequeño fuerte, dispuso su gobernador don Pedro Camps, de acuerdo con su segundo el coronel don José Arnalet, hacer una salida contra los enemigos que tan de cerca les molestaban. Efectuada esta por una compañía al mando del espresado Arnalet, obligó á retirarse á los tiradores de Espartero, que tanto se habian aprocsimado al fuerte prevalidos de lo escarpado del terreno, que les servia de parapeto, y restableció la comunicacion con la plaza y con el fuerte intermedio.

El 24 continuaron los sitiados hostilizando el fuerte de San Pedro Mártir con un vivísimo y sostenido fuego de fusilería y artillería, sin que la valiente guarnicion se desanimase en lo mas mínimo: al contrario, permanecia impávida y acudia con entusiasmo al paraje en que veia

TOMO H.

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mayor peligro, porque esperaba ver llegar de un momento á otro á Cabrera con sus batallones para socorrerla. El gobernador de Morella, don Pedro Beltran, al notar al apuro en que se hallaban los fuertes esteriores, dispuso una salida, que efectuó á las siete de la mañana, con un batallon de la guarnicion de la plaza, y á pesar de la oposicion de los sitiadores, llegó al fuerte de la Querola y al de San Pedro Mártir, y despues de dar las ins-: trucciones oportunas á los comandantes de ambos reductos y de relevar las compañías de zapadores que habian estado trabajando toda la noche en el fuerte de San Pedro Mártir, regresó á la plaza, siendo de nuevo atacado vigorosamente por las tropas de Espartero, que le causaron muchos heridos; pero no pudieron impedir que ejecutase completamente la idea que se habia propuesto en su salida.

Notando el jeneral en jefe del ejército sitiador, que á pesar del nutrido fuego de su artillería, hacia pocos progresos en la destruccion del reducto de San Pedro Mártir, dispuso que se estableciesen mas prócsimas las baterias para acelerar la rendicion del espresado fuerte. Comunicadas las órdenes oportunas para ello, al anochecer del mismo dia principiaron los zapadores cristinos á levantar una batería para dos piezas á la parte occidental del Mas de la Pedrera y á distancia de medio tiro de fusil del fuerte; cuya guarnicion al notar tan prócsimos á sus contarios les hicieron pagar cara su osadía con el certero fuego que les dirijieron, y con los proyectiles que les arrojaron, matándoles ocho soldados y un oficial: mayor hubiera sido aun la pérdida á no haber escaseado á los carlistas las municiones, y particularmeate las granadas.

Al amanecer del dia 25 redoblaron sus esfuerzos. los sitiadores, rompiendo un vivisimo fuego de artillería Y fusilería: entonces D. José Fulgosio, comandante de batallon, procedente del convenio de Vergara, con algunas compañias compuestas de soldados del mismo convenio, se adelantó hácia el fuerte para estrechar mas á los mismos á cuyo partido habia pertenecido él anteriormente.

Fulgosio consiguió ponerse bajo los fuegos de la guarnicion en un paraje escarpado cerca del foso, desde donde podia asaltar el reducto; sin embargo, temiendo las difiacultades que pudiera ofrecer la operacion, trató de entrar en relaciones con el gobernador del fuerte. Al mismo tiempo se aprocsimó tambien por otro lado al fuerte el rejimiento de cazadores provinciales de la Guardia, llegando á entrar en el foso algunos soldados, sin que los sitiados pudieran ofenderlos por carecer de granadas de mano. En tan crítico momento, el gobernador del fuerte viendo fatigada su guarnicion, falta de muniniones y sin esperanza de socorro, entró en negociaciones con los sitiadores, y les propuso que se permitiese tomar las armas en favor de la reina á los soldados de la guarnicion que quisieran, y á los lo rehusáran se les diese el pase para donde le pidiesen; pero negadas estas proposiciones por el jeneral cristino, los defensores del reducto de San Pedro Mártir, que tan bien se habian sostenido, se vieron obligados á entregarse á discrecion. El gobernador, trece ofciales, un capellan y doscientos sesenta y cuatro individuos de tropa rindieron las armas y fueron conducidos á Zaragoza como prisioneros de guerra.

que

Ocupado el fuerte de San Pedro Mártir por las tropos de la reina, fácil les era ya la ocupacion del de la Querola, dominado por aquel á distancia de medio tiro; por esta causa, la tropa que le guarnecia, despues de sostener un corto tiroteo con los sitiadores, y conociendo que todos los esfuerzos que hiciera para sostenerse serian inútiles, puso fuego al fuerte y se retiró á la plaza.

La ciudad de Morella se habia dividido militarmente para su defensa, en cinco cuarteles ó distritos, á saber: en cuatro el recinto principal que circuye la muralla por la parte baja de la poblacion, y otra linea llamada del 5.° distrito, en la parte alta de la plaza, entre el convento de San Agustin y la parroquia ó iglesia mayor, cuyo espacio se consideraba como una ciudadela, porque ocupando dichos edificios la posicion mas elevada y ventajosa de la ciu

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