Discurso sobre el influjo que ha tenido la crítica moderna en la decadencia del teatro antiguo español, y sobre el modo con que debe ser considerado para juzgar convenientemente de su mérito peculiar

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Imprenta de Ortega y Compañía, 1828 - 124 páginas
 

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Página 113 - la guerra entre unos robles lo dejó por escondido o lo perdonó por pobre, do la paz viste pellico y conduce entre pastores ovejas del monte al llano y cabras del llano al monte, mal herido y bien curado, se alberga un dichoso joven, que sin clavarle Amor flecha le coronó de favores.
Página 119 - Desnuda el pecho anda ella, Vuela el cabello sin orden; Si lo abrocha, es con claveles, Con jazmines si lo coge.
Página 77 - La sublime é ideal belleza de este último género se alimenta y sostiene en los inmensos espacios de la eternidad, en la sumisión del entendimiento humano á la...
Página 118 - Medoro Salud nueva, fuerzas dobles, Y le entregan, cuando menos, Su beldad y un reino en dote, Segunda envidia de Marte, Primera dicha de Adonis. Corona un lascivo enjambre De cupidillos menores La choza, bien como abejas, Hueco tronco de alcornoque.
Página 65 - Monarquía tomó a su cargo el gobierno y régimen de la sociedad. Compañera, y no esclava del hombre, participaba igualmente que él de los bienes y males, de los placeres y de las penas.
Página 120 - Todo sirve a los amantes, plumas les baten, veloces, airecillos lisonjeros, si no son murmuradores. Los campos les dan alfombras, los árboles pabellones, la apacible fuente sueño, música los ruiseñores. Los troncos les dan cortezas en que se guarden sus nombres, mejor que en tablas de mármol o que en láminas de bronce. No hay verde fresno sin letra, ni blanco chopo sin mote; si un valle «Angélica» suena, otro «Angélica
Página 114 - Limpíale el rostro, y la mano siente al Amor que se esconde tras las rosas, que la muerte va violando sus colores.
Página 116 - Los últimos nudos daba cuando el cielo la socorre de un villano en una yegua que iba penetrando el bosque. Enfrénanle de la bella las tristes piadosas voces, que los firmes troncos mueven y las sordas piedras oyen. Y la que mejor se halla en las selvas que en la corte, simple bondad al pío ruego cortésmente corresponde. Humilde se apea el villano...
Página 119 - Todo es gala el africano, su vestido espira olores, el lunado arco suspende y el corvo alfange depone. Tórtolas enamoradas son sus roncos alambores, y los volantes de Venus sus bien seguidos pendones.
Página 113 - En un pastoral albergue, Que la guerra entre unos robles Lo dejó por escondido O lo perdonó por pobre. Do la paz viste pellico Y conduce entre pastores Ovejas del monte al llano Y cabras del llano al monte. Mal herido y bien curado, Se alberga un dichoso joven. Que sin clavarle Amor flecha, Le coronó de favores. Las venas con poca sangre. Los ojos con mucha noche Lo halló en el campo aquella Vida y muerte de los hombres.

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