Imágenes de páginas
PDF
EPUB

casi del todo por un sistema de rentas y de contribuciones complicado, tiránico y absurdo. Los tribunales estaban vendidos al poder, y los ministros anulaban segun su capricho las decisiones juridicas, y creaban al mismo tiempo comisiones que juzgasen las causas en que se hallaban interesados. Mientras que los hombres de mérito se veian obligados á buscar en la oscuridad y el reti

dado y ecsactitud, dá por resultado diez millones cuatro. cientos nueve mil cchocientos setenta. Contábanse en este número entre celibes, relijiosos y viudos 3 257.022: y 3 262.196 relijiosas y viudas. De donde resulta que ecsistian entonces cerca de seis millones y medio que no contribuían al aumento de la poblacion. Si recapitulamos los elementos de que se compone dicha poblacion, veremos cuan difícil es cultivar un número de tierras proporcionado al de los habitantes. Los 5/8 de estos compuestos de mujeres, niños y ancianos no contribuyen casi á los trabajos de la agricultura: quedan cerca de 3.803 991 hombres: de cuyo número restando 1. 221 799 individuos del clero, el ejército de tierra y mar, los criados &c quedará reducido el número posible de agricultores á 2 582 212.; y en último analisis tomando en cuenta los que pasaban á las colonias de Ultramar, los mendicantes, los vecinos; reflecsionando sobre la pereza inveterada del español, sus numerosos dias de fiesta, que en la Diócesis de Toledo por ejemplo solo dejaban 272 dias hábiles de trabajo, conoceremos fácilmente que la agricultura no podia bastar á las necesidades de España. Sin embargo, Osorio y otros escri

ro un refugio contra las sospechas y las delaciones, la muchedumbre de los ignorantes y de los viles ocupaban los empleos públicos. Los regla mentos prohibitorios habian destruido el comercio y estendido el contrabando de un modo estraordinario; los caminos aparecian infestados de ladrones, cuyo número y audacia los hacian tan temibles, que el gobierno mismo se veia algunas

tores de fines del siglo décimo séptimo, formaron un cálculo curioso y verosimil. Hallause sobre el suelo hispano 150 000.000 de hanegadas de tierras laborables que producirian en un año comun 500 000 000 de medidas , que contienen cada una sobre 122 á 125 libras de trigo ó de centeno, y otra tanta cebada. Contando libra y media de pan diario á cada persona vesulta, que España puede alimentar 85 millones de habitantes y este pais no puede proveer en el dia á

12 000 000 escasos! En cuanto al déficit ecsiste una notable diferencia entre los cálculos de MM. Bourgoing y de Laborde: el primero valúa la importacion del trigo estranjero al necesario para alimentar 1/30 de la poblacion, mientras que el segundo sostiene que España no alimente sino las 2/3 de sus habitantes. Los cálculos de M. Bourgoing se fundan en el número de barcos, y en el cargamento que entraban cada año en los puertos españoles. A primera vista parecen mas rigurosos que los de M. de Laborde, cuya escelente obra nunca se meditará bastante por los que desean adquirir noticias ecsactas sobre el desgraciado pais que nos ocupa, donde las cosas mas sencillas se hallan envueltas en las tinieblas.

veces obligado á negociar con ellos. No debe pues admirarnos el que tantas y tan poderosas causas de corrupcion, hayan ejercido suma influencia sobre el carácter nacional, y que sumido el pueblo en el cieno de las pasiones, haya perdido algunas de las brillantes cualidades que le distinguian en las primeras épocas de su historia.

том. 1.

NEGOCIOS ECLESIASTICOS.

Uno de los manantiales mas fecundos en impor

tantes observaciones, es el ecsámen de las causas que han contribuido á consolidar y á estender el fanatismo relijioso, y á comunicarle el carácter de persecucion é intolerancia que tanta sangre ha hecho derramar en España, y que la ha reducido al estado de ignorancia en que al presente se en. cuentra. En todos los paises católicos de Europa los progresos de las luces, de la civilizacion y de la industria, han disminuido la intolerancia relijiosa: únicamente debe esceptuarse la Península

de esta regla jeneral. La inquisicion (1) se ha conservado en ella en todo su vigor en el período citado, y á la influencia del clero y de los confesonarios, y al impulso de la supersticion se han pospuesto los intereses de la sociedad. Propio es de nuestro objeto ecsaminar brevemente las causas que tales resultados han producido, porque te niendo que hablar muy pronto del uso hecho de las opiniones relijiosas en el reinado de Fernando, es necesario recordar las circunstancias que oriji naron tan estraordinarios acontecimientos.

En los siglos duodécimo y decimotercero, la

(1) En las guerras civiles se desnaturalizan las palabras; en otro tiempo la inquisicion era el instramento de las persecuciones relijiosas; ahora, cambiando de naturaleza, es el instrumento de la política, como lo prueban todos sus actos desde 1814. Difícil es concebir como MM. Bourgoing, de Laborde, y el mismo M. Clausel de Coussergne, se han convertido hasta cierto punto en defensores oficiosos de la inquisicion moderna. M. Claussel de Conssergne afirmó en la tribuna, que los escesos de la revolucion francesa habian sacrificado mas víctimas en un dia que la inquisicion en tres siglos: pero el señor Llorente ha destruido tan estraña asercion. En el reinado de Felipe IV hubo 14080 condenados por el santo oficio, de los que fueron quemados vivos 2852: en el de Cárlos II, 6512, de los que murieron en las hogueras 1632: en el de Felipe V, 9120,

« AnteriorContinuar »