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vas glorias os esperan en los campos de Coro, Maracaibo y yana: partid, pues, á libertar á vuestros hermanos que gimen bajo el yugo español. El impertérrito brigadier Rafael Urdaneta, vuestro mayor General, os conducirá á la victoria én los campos de Coro y Maracaibo, para donde marchais: en tanto que los vencedores de Maturin, unidos á los valientes caraqueños de la division del invicto Comandante Elías, castigan á Bóves, expulsan á Yañez de San Fernando, y marchan contra Guayana. El resto de los vencedores de Monteverde estrechan á Puerto-Cabello, hasta que perezca ó se rinda, bajo las órdenes del bizarro Comandante Deluyar. Yo no me aparto de vosotros, amados compañeros mios, sino por ir á conducir en triunfo á Caracas el gran corazon del inmortal Girardot; y á recibir con los honores debidos á los libertadores de Cumaná y Barcelona, que ansiosos de adquirir nuevos triunfos vienen á participar de nuestros peligros y de nuestras glorias, guiados por el jóven héroe General Santiago Mariño, salvador de su patria. No me aparto, no, de vosotros, soldados granadinos y venezolanos, pues mi espíritu, mis sentimientos y mi amor os quedan. Yo os ofrezco volver mas pronto que la luz á dividir con vosotros los trabajos marciales que haceis por la salud de la patria, que ya os titula con el sublime renombre de libertadores de Venezuela. Cuartel general en Valencia á 6 de Octubre de 1813, año 3.o de la independencia y 1.o de la guerra.-Simon Bolivar.

A los americanos, despues de la batalla de la villa de Araure

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Libertador de Venezuela, General en gefe de sus ejércitos.

AMERICANOS.

Lisongeado el ejército de Yañez con los sucesos parciales obtenidos en el Occidente por las tropas españolas que mandaba Ceballos, invadió la indefensa provincia de Barinas y los pueblos de la de Caracas hasta Araure, donde estos dos principales corifeos de la tiranía reunieron sus fuerzas, con las cuales creian poder destruir todas las provincias de Venezuela. En efecto, la soledad espantosa que reina en los pueblos que ocuparon, las lágrimas de algunas pocas infelices mugeres por sus maridos, padres é hijos asesinados,

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y cuyos cadáveres se hallan atravesados hasta en los caminos públicos, descubren manifiestamente sus proyectos, que eran los de un esterminio general de los habitantes. La providencia, irritada de tantos crímenes, ha permitido que muchos perezcan al filo de la espada victoriosa de la justicia en los campos de Aráure, y que sus restos miserables huyan de nuestro territorio, seguidos de la infamia y de la execracion que merecen sus delitos.

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¡Habitantes de Venezuela! Todos los soldados que sostenian á opresores de Barinas y del Occidente han sido destruidos. La victoria de Aráure, que ha sepultado en la nada el mas numeroso ejército con que os han amenazado, ha hecho caer de las manos de los otros la espada que empuñaron los cobardes para su oprobio. La buena causa ha triunfado de la maldad: la justicia, la libertad y la paz empiezan á colmaros con sus dones.

Tenemos que lamentar, entre tanto, un mal harto sensible: el de que nuestros compatriotas se hayan prestado á ser el instrumento odioso de los malvados españoles. Dispuesto á tratarlos con indulgencia á pesar de sus crímenes, se obstinan no obstante en sus delitos, y los unos entregados al robo han establecido en los desiertos su residencia, y los otros huyen por los montes, prefiriendo esta suerte desesperada á volver al seno de sus hermanos, y á acogerse á la proteccion de un Gobierno que trabaja por su bien.

Mis sentimientos de humanidad no han podido contemplar sin compasion el estado deplorable á que os habeis reducido, vosotros americanos, demasiado fáciles en alistaros bajo las banderas de los asesinos de vuestros conciudadanos. El gobierno legítimo de vuestra patria os abre por la última vez la puerta á la felicidad. Elegid, compatriotas, ó venir á disfrutar de la libertad bajo el gobierno independiente, ó espirar de miseria en los bosques, víctimas de una justa persecucion. Yo os empeño mi palabra de honor de olvidar todos vuestros pasados delitos, si en el término de un mes os restituis á vuestros hogares. Bajo esta salvaguardia, sagrada para mí, podreis gozar tranquilos de los bienes que os ofrece vuestra patria, y podreis despues aspirar por una buena conducta y útiles servicios á las consideraciones del Gobierno. Si alguno de vosotros resiste aun esta via para entrar en el órden, es menester que sea un mónstruo, indigno de toda generosidad, y debe ser abandonado á la venganza de la ley. Por lo tanto, he venido en decretar y decreto lo siguiente:

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1. Todo americano que se presente al juez de su pueblo ú otra cualquiera autoridad pública, en el término de un mes, será admitido, y no se le perseguirá en manera alguna por haber servido en el ejército español ó por haberse alistado en las cuadrillas de salteadores.

2. Tendrá este indulto toda su fuerza por un mes, contado desde el dia en que se publicare en cada pueblo. Pasado este término será de ningun valor, á no ser que pruebe el que se presentare, que no ha podido realizarlo antes, impedido por dificultades invencibles.

3.

Se publicará este indulto, imprimirá y circulará y regis trará en el libro correspondiente.

Dado en el Cuartel general de San Carlos, á 7 de Diciembre de 1813, año 8.o de la República y 1.o de la guerra á muerte. Simon Bolivar.

A los vencedores de la Victoria.

SIMON BOLIVAR,

Libertador de Venezuela, General en gefe de sus ejércitos, &a. SOLDADOS-Vosotros, en quienes el amor á la patria es superior á todos los sentimientos, habeis ganado ayer la palma del triunfo, elevando al último grado de gloria á esta patria privilegiada, que ha podido inspirar el heroismo en vuestras almas impertérritas. Vuestros nombres no irán nunca á perderse en el olvido. Contemplad la gloria que acabais de adquirir, vosotros, cuya espada terrible ha inundado el campo de la victoria con la sangre de esos feroces bandidos. Sois el instrumento de la providencia para vengar la virtud sobre la tierra, dar la libertad á vuestros hermanos, y anonadar con ignominia esas numerosas tropas, acaudilladas por el mas perverso de los tiranos. Caraqueños! el sangriento Boves intentó llevar hasta vuestras puertas el crímen y la ruina: á esa inmortal ciudad, la primera que dió el ejemplo de la libertad en el hemisferio de Colombia. Insensato! Los tiranos no pueden acercarse á sus muros invencibles, sin expiar con su impura sangre la audacia de sus delitos. El General Rivas, sobre quien la adversidad no puede nada, el héroe de Niquitao y los Horcones, será desde hoy titulado. "El vencedor de los tiranos en la Victoria." Los que no pueden recoger

de sus compatriotas y del mundo la gratitud y la admiracion que les deben, el bravo coronel Rivas, Dávila, Rom y Picon, serán conservados en los anales de la gloria. Con su sangre compraron el triunfo mas brillante: la posteridad recojerá sus nobles cenizas. Son mas dichosos en vivir en el corazon de sus conciudadanos, que vosotros en medio de ellos. Volad vencedores, sobre las huellas de los fugitivos; sobre esas bandas de tártaros, que embriagados de sangre, intentaban aniquilar la América culta, cubrir de polvo los monumentos de la virtud y del genio pero en vano; porque vosotros habeis salvado la patria.-Cuartel general de Valencia, Febrero 13 de 1814, año 4. de la República y 2. de la guerra á muerte.

A los venezolanos, cuando arribó de los Cayos de S. Luis.

SIMON BOLIVAR,

Libertador de Venezuela, General en gefe de sus ejércitos, &a.

VENEZOLANOS.-He aquí el tercer período de la República. La inmortal isla de Margarita, acaudillada por el intrépido General Arismendi, ha proclamado de nuevo el Gobierno independiente de Venezuela, y se ha sostenido con un valor sublime contra todo el imperio español. Nuestras reliquias dispersas por la caida de Cartagena, se reunieron en Haití: con ellas, y con los auxilios de nuestro magnánimo Almirante Brion, formamos una espedicion que, por sus elementos, parece destinada á terminar para siempie el dominio de los tiranos en nuestro patrio suelo. Venezolanos, vuestros hermanos y vuestros amigos extrangeros no vienen á conquistaros: su designio es combatir por nuestra libertad, para ponernos en actitud de restaurar la República sobre los fundamentos mas sólidos. El Congreso de Venezuela será nuevamente instalado donde y cuando sea vuestra voluntad. Como los pueblos independientes me han hecho el honor de encargarme la autoridad suprema, yo os autorizo para que nombreis vuestros diputados en Congreso, sin otra convocacion que la presente; confiándoles las mismas facultades soberanas que en la primera época de la República.

Yo no he venido á daros leyes, pero os ruego que oigais mi voz: os recomiendo la unidad del Gobierno y la libertad absoluta, para no volver á cometer un absurdo y un crímen, pues que no podemos

ser libres y esclavos á la vez. Si formais una masa sola del pueblo, si erigis un Gobierno central, y si os unis con nosotros, contad con la victoria.

Españoles que habitais á Venezuela, la guerra á muerte cesará si vosotros la cesais: si no, tomaremos una justa represalia y sereis esterminados. Venezolanos, no temais la espada de vuestros libertadores vosotros sois siempre inocentes para vuestros hermanos. Cuartel general en la villa del Norte, á 8 de Mayo de 1816. Simon Bolivar.

A los habitantes de la provincia de Caracas.

SIMON BOLIVAR,

Gefe supremo de la República y Capitan general de los ejércitos de Venezuela y Nueva Granada &a.

Un ejército provisto de artillería y cantidad suficiente de fusiles y municiones está hoy á mi disposicion para libertaros. Vuestros tiranos serán destruidos ó expelidos del pais, y vosotros restituidos á vuestros derechos, á vuestra patria y á la paz. La guerra á muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte perdonaremos á los que se rindan, aunque sean españoles. Los que sirven á la causa de Venezuela, serán considerados como amigos, y empleados segun su mérito y capacidad. Las tropas pertenecientes al enemigo que se pasen á nosotros, gozarán de todos los beneficios que la patria concede á sus bienhechores. Ningun español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla. Ningun americano sufrirá el menor perjuicio por haber seguido el partido del Rey, ó cometido actos de hostilidad contra sus conciudadanos. Esa porcion desgraciada de 'nuestros hermanos que ha gemido bajo las miserias de la esclavitud, ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipacion de los esclavos: de aquí en adelante solo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos. Luego que tomemos la capital convocaremos el Congreso general de los representantes del pueblo y restableceremos el gobierno de la República. Mientras nosotros marchamos hácia Caracas, el Gral. Mariño á la cabeza de un cuerpo numeroso de tropas debe atacar á Cumaná. El General Piar, sostenido por los generales Rojas y Monagas, ocupará los llanos y abanzará sobre

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