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Barcelona, mientras el General Arismendi con su ejército victorioso ocupará la Margarita.-Cuartel general en Ocumare, á 6 de Julio de 1816.-Simon Bolivar.

A los soldados del Ejército Libertador.

SIMON BOLIVAR,

Gefe supremo de la República de Venezuela.

Soldados! Ayer ha sido un dia de dolor para mi corazon. El General Piar fué ejecutado por sus crímenes de lesa-patria, conspiracion y desercion. Un tribunal justo y legal ha pronunciado la sentencia contra aquel desgraciado ciudadano, que embriagado con los favores de la fortuna y por saciar su ambicion, pretendió sepultar la patria entre sus ruinas. El General Piar, á la verdad, habia hecho servicios importantes á la República, y aunque el curso de su conducta habia sido siempre la de un faccioso, sus servicios fueron pródigamente recompensados por el gobierno de Venezuela. Nada quedaba que desear á un gefe que habia obtenido los grados mas eminentes de la milicia. La segunda autoridad de la República, que se hallaba vacante de hecho, por la disidencia del General Mariño, iba á serle conferida antes de su rebelion; pero este General, que solo aspiraba al mando supremo, formó el designio mas atroz que puede concebir una alma perversa. No solo la guerra civil, sino la anarquía y el sacrificio mas inhumano de sus propios compañeros y hermanos se habia propuesto Piar. Soldados! Vosotros lo sabeis. La igualdad, la libertad y la independencia son nuestra divisa. La humanidad no ha recobrado sus derechos por nuestras leyes? Nuestras armas no han roto las cadenas de los esclavos? La odiosa diferencia de clases y colores no ha sido abatida para siempre? Los bienes nacionales no se han mandado repartir entre vosotros? La fortuna, el saber y la gloria no os esperan? Vuestros méritos no son recompensados con profusion, ó por lo menos con justicia? Qué queria pues, el General Piar para vosotros? No sois iguales, libres, independientes, felices y honrados? Podia Piar procuraros mayores bienes? No, no, no. El sepulcro de la República lo abria Piar con sus propias manos, para enterrar en él la vida, los bienes y los honores de los bravos defensores de la libertad de Venezuela, de sus hijos, esposas y padres. El cielo ha visto con

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horror este cruel parricidio. El cielo lo entregó á la vindicta de las leyes. El cielo ha permitido que un hombre que ofendia la divinidad y al linage humano no profanase mas tiempo la tierra, que no debia sufrirlo un momento despues de su nefando crímen. Solda dos! El cielo vela por vuestra salud, y el Gobierno que es vuestro padre solo se desvela por vosotros. Vuestro gefe, que es vuestro compañero de armas, y que siempre á vuestra cabeza ha participado de vuestros peligros y miserias, como tambien de vuestros triunfos, confía en vosotros. Confiad pues, en él, seguros de que os ama con el amor de un padre.-Cuartel general de Angostura, Octubre 17 de 1817, año 7.o de la independencia.

Simon Bolivar.

A los llaneros.

SIMON BOLIVAR,

Gefe supremo de la República de Venezuela, Capitan general de sus ejércitos y de los de la Nueva Granada, &a., &a., &a.

Habitantes de los llanos! Todo vuestro territorio está libre de tiranos. Desde el centro de la Nueva Granada hasta Maturin y bocas del Orinoco, las armas republicanas han triunfado gloriosamente de los españoles. Los ejércitos de Boves y Morillo, que eran valientes y numerosos, han quedado tendidos en los campos que hemos consagrado á la libertad. Las ciudades de Calabozo y San Fernando han entrado bajo la proteccion de la República, y los restos del ejército de Morillo, batido en los dias 12 y 16, fujitivos, escapan á refugiarse en los muros de Puerto-Cabello; pero en vano, por que de allí serán arrojados á los mares. Un ejército de hombres libres, valerosos y vencedores, no puede encontrar resistencia: la victoria marcha delante de nosotros, y Venezuela verá rendirse ó perecer á sus crueles conquistadores. Llaneros! vosotros sois invencibles: vuestros caballos, vuestras lanzas y estos desiertos, os libran de la tiranía. Vasotros sereis independientes á despecho del imperio español.

El Gobierno de la República os asegura vuestros derechos, vuestras propiedades y vuestras vidas. Poneos bajo los estandartes de Venezuela, grande y victoriosa patria. Terminada la campaña con la toma de la capital, entrareis de nuevo al goce del reposo, de

la industria, y de la felicidad de ser hombres libres y honrados vuestros tiranos os privaban de estos bienes. Bendecid pues la providencia, que os ha procurado un Gobierno el mas conforme á la dicha del género humamo.-Cuartel general del Sombrero, á 17 de Febrero de 1818, año 8.° de la independencia.

Simon Bolivar.

A los habitantes del Rio de la Plata.

SIMON BOLIVAR,

Gefe supremo de la República de Venezuela, &a., &a., &a.

Habitantes del Rio de la Plata! Vuestros hermanos de Venezuela han seguido con vosotros la gloriosa carrera, que desde el 19 de Abril de 1810 ha hecho recobrar á la América la existencia política, de que nos habian privado los tiranos de España. Venezuela ha visto con gozo y admiracion vuestra sabia reforma, vuestra gloria militar y vuestra felicidad pública. Ella no ha podido lisonjearse de haberos igualado en fortuna; pero sí en los principios y en el objeto. En todo hemos sido iguales. Solo la fatalidad, anexa á Venezuela, la ha hecho sucumbir dos veces, y su tercer período se disputa con un encarnizamiento de que únicamente nuestra historia suministra ejemplo. Ocho años de combates, de sacrificios y de ruinas, han dado á nuestra patria el derecho de igualarse á la vuestra, aunque infinitamente mas expléndida y dichosa. La sabiduría del Gobierno del Rio de la Plata, en todos los departamentos de su administracion, sus transacciones politicas con las naciones extrangeras, y el poder de sus armas en el fondo del Perú y en la region de Chile, son ejemplos elocuentes, que pèrsuadirán á los pueblos de la América á seguir la noble senda del honor y la libertad. Venezuela aunque de lejos, no os perderá de vista.

Habitantes del Rio de la Plata! La República de Venezuela bien que cubierta de luto, os ofrece su hermandad; y cuando cubierta de laureles haya extinguido los últimos tiranos que profanan su suelo, entónces os convidará á una sola sociedad, para que nuestra divisa sea unidad en la América Meridional.-Cuartel general de Angostura, á 12 de Junio de 1818, año 8.° de la independencia.

Simon Bolivar.

A los Granadinos.

SIMON BOLIVAR,

Gefe supremo de la República de Venezuela y Capitan general de sus ejércitos y los de la Nueva Granada, &a., &a., &a.

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GRANADINOS. Ya no existe el ejército de Morillo: nuevas expediciones que vinieron á reforzar lo tampoco existen. Mas de veinte mil españoles han empapado la tierra de Venezuela con su sangre. Centenares de combates gloriosos para las armas libertadoras han probado á la España, que la América tiene tan justos vengadores, como magnánimos defensores. El mundo asombrado contempla con gozo los milagros de la libertad y del valor contra la tiranía y la fuerza. El imperio español ha empleado sus inmensos recursos contra puñados de hombres, desarmados y aun desnudos; pero animados por la libertad. El cielo ha coronado nuestra justicia: el cieque protege la libertad, ha colmado nuestros votos, y nos ha mandado armas, con que defender la humanidad, la inocencia y la virtud. Extrangeros generosos y aguerridos han venido á ponerse bajo los estandartes de Venezuela. ¿Y podrán los tiranos continuar la lucha, cuando nuestra resistencia ha disminuido su fuerza, y ha aumentado la nuestra! La España, que aflije Fernando con su dominio exterminador, toca á su término. Enjambres de nuestros corsarios aniquilan su comercio: sus campos estan desiertos, porque la muerte ha cegado sus hijos: sus tesoros agotados por veinte años de guerra: el espíritu nacional anonadado por los impuestos, las levas, la inquisision y el despotismo. La catástrofe mas espantosa corre rápidamente sobre la España. ¡Granadinos! El dia de la América ha llegado, y ningun poder humano puede retardar el curso de la naturaleza, guiado por la mano de la providencia. Reunid vuestros esfuerzos á los de vuestros hermanos: Venezuela con migo marcha á libertaros, como vosotros con migo en los años pasados libertásteis á Venezuela. Ya nuestra vanguardia cubre con el brillo de sus armas algunas provincias de vuestro territorio, y esta misma vanguardia, poderosamente auxiliada, arrojará en los mares á los destructores de la Nueva Granada. El sol no completará el curso de su actual período, sin ver en todo vuestro territorio altares levantados á la libertad.-Cuartel general de Angostura, Agosto 15 de 1818, año 8.o de la independencia.—Simon Bolivar.

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A los Venezolanos. Convocando el Congreso de Venezuela.

SIMON BOLIVAR,

Gefe supremo de la República de Venezuela capitan general de sus ejércitos y de los de la Nueva Granada, &a., &a., &a.

VENEZOLANOS! El Congreso de Venezuela debe fijar la suerte de la República, combatida y errante tantos años. Nuestras heridas van á curarse, al cuidado de una representacion legítima. No es por una vana ostentacion, ni por hacer mi apología, que os hablaré de mí: yo os he servido, y os debo dar cuenta de mi conducta. Cuando las convulsiones de la naturaleza sepultaron al pueblo de Venezuela en el mas profundo abatimiento, el general Monteverde hizo entrar en la nada nuestra naciente República. Yo, que mas temia la tiranía que la muerte, abandoné las playas de Venezuela, y fuí á buscar la guerra que se hacia á los tiranos en la Nueva Granada, como el único alivio á los dolores de mi corazon. El cielo oyó mis votos y gemidos, y el Gobierno de Cartagena puso á mis órdenes cuatrocientos soldados, que en pocos dias libertaron el Magdalena y la mayor parte de la provincia de Santa Marta. En seguida marché á Cúcuta, y allí la victoria se decidió por nuestras armas. Venezuela me vió aparecer en su territorio coronado con los favores de la fortuna.

El Congreso de la Nueva Granada me concedió el permiso de rescatar á mi patria. Muy pronto tuve la dicha de restablecer las autoridades constituidas en la primera época de la República, en las provincias de Mérida, Trujillo y Barinas. La capital de Caracas recibió en su seno á los bravos granadinos; pero Puerto-Cabello, cubierto por sus muros, llamó luego mi atencion por su resistencia, y apénas me dió tiempo para tomar medidas, que salvasen del desórden el dilatado pais que habíamos arrancado á los tiranos de Esраñа.

La espedicion de Salomon hizo concebir á los realistas nuevas esperanzas, y aunque batidos en Bárbula y las Trincheras, infundió tal aliento á nuestros enemigos, que casi simultáneamente se sublevaron los Llanos y el Occidente de Venezuela. Las batallas de Mosquitero y de Aráure nos volvieron el Occidente y los Llanos. Entónces volé desde el campo de batalla á la capital, hice renuncia

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