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do por consecuencia de este suceso, un tercio de su fuerza y toda su moral. Los españoles huyen despavoridos, abandonando las mas fértiles provincias, mientras el general Olañeta ocupa el Alto Perú, con un ejército verdaderamente patriota y protector de la libertad.

Peruanos! Dos grandes enemigos acosan á los Españoles del Perú: el Ejército Unido, y el Ejército del bravo Olañeta, que desesperado de la tiranía española, ha sacudido el yugo y combate con el mayor denuedo á los enemigos de la América y á los propios suyos. El general Olañeta y sus ilustres compañeros son dignos de la gratitud americana; y yo los considero eminentemente beneméritos, y acreedores á las mayores recompensas. Así, el Perú y la América toda, deben reconocer en el general Olañeta á uno de sus Libertadores.

Peruanos! Bien pronto visitaremos la cuna del Imperio peruano y el templo del Sol. El Cusco tendrá en el primer dia de su libertad mas placer y mas gloria, que bajo el dorado reino de sus Incas. Cuartel general Libertador en Huancayo, á 13 de Agosto de Simon Bolívar.

1824.

A los Peruanos.

SIMON BOLIVAR,

Libertador, &a., &a., &a.

Peruanos! El Ejército Libertador, á las órdenes del intrépido y experto general Sucre, ha terminado la guerra del Perú y aun del continente americano, por la mas gloriosa victoria de cuantas han obtenido las armas del Nuevo mundo. Así, el Ejército ha llenado la promesa que á su nombre os hice de completar en este año la libertad del Perú.

Peruanos! Es tiempo de que os cumpla yo la palabra que os dí, de arrojar la palma de la Dictadura el dia mismo en que la victoria decidiese de vuestro destino. El Congreso del Perú será, pues, reunido el 10 de Febrero próximo, aniversario del decreto en que se me confió esta suprema autoridad, que devolveré al cuerpo legislativo que me honró con su confianza. Esta no ha sido burlada. Peruanos! El Perú habia sufrido grandes desastres militares. Las tropas que le quedaban ocupaban las provincias libres del Nor

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te y hacian la guerra al Congreso; la marina no obedecia al Gobierno; el ex-Presidente Riva Agüero, usurpador rebelde y traidor á la vez, combatía á su patria y á sus aliados; los auxiliares de Chile, por el abandono lamentable de nuestra causa, nos privaron de sus tropas; y las de Buenos Aires, sublevándose en el Callao contra sus gefes, entregaron aquella plaza á los enemigos. El Presidente Torretagle, llamando á los españoles para que ocupasen esta capital, completó la destruccion del Perú. La discordia, la miseria, el descontento y el egoismo reinaban por todas partes. Ya el Perú no existía todo estaba disuelto. En estas circunstancias el Congreso me nombró Dictador para salvar las reliquias de su espe

ranza.

La lealtad, la constancia y el valor del Ejército de Colombia, lo han hecho todo. Las provincias que estaban por la guerra civil reconocieron al Gobierno legítimo, y han prestado inmensos servicios á la patria; y las tropas que las defendían se han cubierto de gloria en los campos de Junin y Ayacucho. Las facciones han desaparecido del ámbito del Perú: esta capital ha recobrado para siempre su hermosa libertad: la plaza del Callao está sitiada, y debe rendirse por capitulacion.

Peruanos! La paz ha sucedido á la guerra; la union á la discordia; el órden á la anarquía; y la dicha al infortunio; pero no olvideis jamas, os ruego, que á los ínclitos vencedores de Ayacucho lo debéis todo.

Peruanos! El dia que se reuna vuestro Congreso será el dia de mi gloria: el dia en que se colmarán los mas vehementes deseos de mi ambicion. ¡ No mandar mas!

Cuartel general Libertador en Lima, á 25 de Diciembre de 1824. Simon Bolívar.

Al Ejército vencedor de Ayacucho,

SIMON BOLIVAR,

Libertador Presidente, ect., ect., ect.

Soldados! Habéis dado la libertad á la América meridional, y

una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria : donde no habéis vencido ?

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La América del Sur está cubierta con los trofeos de vuestro va

lor, pero Ayacucho, semejante al Chimborazo, levanta su cabeza erguida sobre todo.

Soldados! Colombia os debe la gloria que nuevamente le dais, el Perú, vida, libertad y paz. La plata y Chile tambien os son deudores de inmensas ventajas. La buena causa, la causa de los derechos del hombre, ha ganado con vuestras armas su terrible contienda contra los opresores: contemplad, pues, el bien que ha

béis hecho á la humanidad con vuestros heróicos sacrificios.

Soldados! Recibid la ilimitada gratitud que os tributo á nombre del Perú. Yo os ofrezco igualmente que seréis recompensados como merecéis, ántes de volveros á vuestra hermosa patria. Mas no..... jamas seréis recompensados dignamente: vuestros servicios no tienen precio.

Soldados Peruanos! vuestra patria os contará siempre entre los primeros salvadores del Perú.

Soldados Colombianos: centenares de victorias alargan vuestra vida hasta el término del mundo.

Cuartel general dictatorial en Lima, á 25 de Diciembre de 1824. Simon Bolívar.

A los Limeños.

SIMON BOLIVAR,

Libertador Presidente, &a., &a., &a.

Limeños! Yo me ausento con el mayor dolor de vuestra hermosa capital, para ir á los departamentos del Sur á llenar el dulce deber de mejorar la suerte de vuestros hermanos, recientemente incorporados á la República. El gobierno de aquellos pueblos ha sido hasta el dia puramente despótico; y el de sus leyes propias aun no está completamente organizado: ellos, pues, han menester de la inmediata autoridad suprema para el alivio de sus pasados infortunios.

Limeños: Yo voy altamente satisfecho de vosotros, por vuestra absoluta consagracion á la causa de vuestra patria. En recompensa os dejo un gobierno compuesto de hombres dignos de mandaros, y un ejército tan disciplinado como heróico. Nada, pues, debeis ya temer. El reino del crímen ha cesado: leyes justas habeis recibido de vuestros legisladores, y á hombres próbidos he encargado de

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su ejecucion. Vuestro deber queda limitado á gozar tranquilamente del fruto de la sabiduría del Congreso y de vuestros magistrados. Bien necesitais de un largo reposo para curar vuestras profundas heridas. Yo os deseo este reposo; pero en el suave movimiento de la libertad.-Cuartel general Libertador en Lima, á 10 de Abril de 1825. Simon Bolívar. A los Peruanos.

SIMON BOLIVAR,

Libertador Presidente, &a., &a., &a.

PERUANOS! Colombia me llama, y obedezco. Siento al partir cuanto os amo, porque no puedo desprenderme de vosotros sin tiernas emociones de dolor. Concebí la osadía de dejaros obligados, mas yo cargo con el honroso peso de vuestra munificencia: desaparecen mis débiles servicios delante de los monumentos que la generosidad del Perú me ha consagrado; y hasta sus recuerdos irán á perderse en la inmensidad de vuestra gratitud. Me habeis vencido.

No me aparto de vosotros: os queda mi amor, en el Presidente y Concejo de Gobierno, dignos depositarios de la autoridad suprema; mi confianza, en los magistrados que os rigen; mis íntimos pensamientos políticos, en el proyecto de Constitucion; y la custodia de vuestra independencia en los vencedores de Ayacucho. Los Legisladores derramarán el año próximo todos los bienes de la libertad por la sabiduria de sus leyes. Solo un mal debeis temer, os ofrezco el remedio. Conservad el espanto que os infunde la tremenda anarquia. ¡Terror tan generoso será vuestra salud!

Peruanos! Teneis mil derechos á mi corazon: os lo dejo para siempre. Vuestros bienes y vuestros males serán los mios: una

nuestra suerte.

Lima 3 de Setiembre de 1826, año 17.o de la independencia. Simon Bolívar.

A los Colombianos.

SIMON BOLIVAR

Libertador Presidente, &a., &a., &a.

¡ Colombianos! El grito de vuestra discordia penetró mis oidos en la capital del Perú, y he venido á traeros una rama de oliva.

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Aceptadla como el arca de la salud, ¡Qué! ¿faltan ya enemigos á Colombia? ¿No hay mas Españoles en el mundo? Y aun cuando la tierra entera fuera nuestra aliada, deberíamos permanecer sumisos esclavos de las leyes y estrechados por la violencia de nuestro

amor.

Os ofrezco de nuevo mis servicios: servicios de un hermano. Yo no he querido saber quien ha faltado; mas no he olvidado jamas que sois mis hermanos de sangre y mis compañeros de armas. Os llevo un ósculo comun, y dos brazos para uniros en mi seno: en él entrarán, hasta el profundo de mi corazon, Granadinos y Venezolanos, justos é injustos: todos del Ejército Libertador, todos ciudadanos de la Gran República.

En vuestra contienda no hay mas que un culpable: yo lo soy. No he venido á tiempo. Dos Repúblicas amigas, hijas de nuestras victorias, me han retenido hechizado con inmensas gratitudes y recompensas inmortales. Yo me presento para víctima de vuestros sacrificios: descargad'sobre mí vuestros golpes; me serán gratos si satisfacen vuestros enconos.

el es

¡Colombianos! Piso el suelo de la patria; que cese pues cándalo de vuestros ultrages, el delito de vuestra desunion. No haya mas Venezuela, no haya mas Cundinamarca; todos seámos Colombianos; ó la muerte cubrirá los desiertos que deje la anarquía. Guayaquil, á 13 de Setiembre de 1826, 16°.—Simon Bolívar.

A los Colombianos.

SIMON BOLIVAR,

Libertador Presidente de la República de Colombia, &a., &a., &a.

Colombianos! Cinco años hace que salí de esta capital para marchar á la cabeza del Ejército Libertador, desde las riberas del Cauca hasta las cumbres argentinas del Potosí. Un millon de Colombianos y dos Repúblicas hermanas, han obtenido la independencia á la sombra de vuestras banderas, y el mundo de Colom ha dejado de ser Español. Tal ha sido nuestra ausencia.

Vuestros males me han llamado á Colombia: vengo lleno de celo á consagrarme á la voluntad nacional: ella será mi código, porque siendo ella el soberano, es infalible.

El voto nacional me ha obligado á encargarme del mando su

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