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no prescindirá Higuera. Máximo se halla presente á la muerte de Leovigildo para poder certificar de su conversion; y en la ceremonia teatral que dispone para la abjuracion de Recaredo, y fiel el cronicon á su principal objeto, consigna en el año 575 la celebridad del templo del Pilar «construido por Santiago. »

Continúa despues de Máximo el cronicon empezado con el nombre de Dextro, un Eutrando, diácono ticinense y subdiácono toledano, como Próspero de Aquitania continuó despues de san Jerónimo la historia de Eusebio de Cesarea. En carta dedicatoria á Regimundo, obispo eliberitano, que figura ser contestacion á otra de éste, Eutrando le dice que ha encontrado en la biblioteca de Fulda, donde se halla desterrado, el cronicon de Dextro y Máximo, que le pide, y que conforme á sus deseos, continuará hasta entonces («era 960»); que se alegra de haberse llevado á Italia, de Toledo, donde fué subdiácono bajo el arzobispo Bonito, algunos libros de historia en que estaba por su órden la sucesion de muchos obispos de España: libros que halló tambien en aquella biblioteca, donados por Carlomagno, á quien los ofreció el arzobispo de Toledo Elipando, despues de haber hecho gran penitencia por su error sobre la adopcion de Cristo. (Ya verémos adelante á lo que venía esta noticia de la penitencia de Elipando.) Habia tropezado Román de la Higuera, en

el Catálogo de escritores eclesiásticos del abad Juan de Trittenhem ó Trittemio, con un Eutrando, diácono de la iglesia ticinense ó de Pavía, secretario del rey de Italia Berenguer, á quien éste desterró á Francfort, y entre cuyas obras cita el abad una dirigida á Regimundo, obispo liberitano: datos sobrados para que Higuera situara á Eutrando en Fulda, residencia más propia de un eclesiástico estudioso que la próxima ciudad libre del Mein, y para que le hiciera viajar por España; con lo cual

explicarian sus relaciones con el obispo muzárabe de Eliberi, pues Higuera ignoraba que Regimundo habia ido de embajador de Abderrahman III á la córte del emperador Othon, donde conoceria á Eutrando (Luitprando, obispo de Cremona), que aquel monarca empleaba como legado. No daba más que un pequeño fragmento de la continuacion del cronicon por Eutrando, que abraza desde 606, en que concluye el de Máximo, hasta 629, y lo más importante que en él se acredita es la venida de Mahoma á España, haber sido monje el obispo Máximo, y la situacion del monasterio Agaliense, tan controvertida por los historiadores toledanos. Esta carta y fragmento significaban que si salia bien la prueba, habria cronicon hasta el siglo x y episcopologios completos para todas las iglesias de España. Es posible que entonces todavía no supiese Higuera que el Eutrando de Trittemio es Luitprando. Los tres cronis

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tas, viviendo uno de otro á tanta distancia como del siglo v al VII y al x, guardan en la redaccion la misma forma y estilo.

Supo Higuera que su consocio el célebre teólogo Gabriel Vasquez, catedrático en Alcalá, preparaba un trabajo sobre le herejía de Elipando, en que tendria que tocar la cuestion de si, al fin, se arrepintió ó no de sus errores. Comunicóle la carta de Eutrando que resolvia la duda, y Vazquez la aceptó sin recelo, aduciéndola como testimonio decisivo de la opinion á que él se inclinaba, si bien cuidó de señalar el conducto por donde la habia recibido1. Impreso el libro de Vazquez, y no habiendo nadie impugnado la referencia á aquel documento, Higuera creyó que pisaba en firme, y lanzó sus cronicones á la prueba suprema, el juicio de don Juan Bautista Perez, obispo de Segorbe, como copia sacada del códice original de la biblioteca de Fulda; á esta sazon áun no se habia inventado el cuento de Worms

1

«Porrò praedictam coiecturam (que Elipando abjuró su error) maximè confirmat testimonium Eutrandi subdiaconi toletani postea diaconi Ticinensis in epistola ad Regimundum episcopum Eliberitanum, cujus exemplar ex bibliotheca Fuldensi Hieronymus Higuera nostrae societatis theologus, et antiquitatum diligentissimus investigator nuper ad me misit. >>

Disputationes duae contra errores Foelicis, et Elipandi de servitute et adoptione Christi in concilio Fracofordiensi damnatos. Autore P. Gabriele Vazquez, Theologo Societatis Jesu. Compluti. 1594. Va unido este tratado á otra obra, tambien de Vazquez, titulada De cultu adorationis libri tres.

y

del padre Torralba. Personaje señalado en su época don Juan Bautista Perez, y que tuvo principal papel en todo este asunto de los cronicones, debemos detenernos á dar sobre él alguna noticia.

Hijo de un sastre de Valencia, siguió la carrera eclesiástica, sobresaliendo no sólo en estas ciencias, sino en el hebreo y árabe, de que tuvo cátedra; familiar primero del arzobispo de Valencia, despues del obispo de Cuenca Quiroga, á quien siguió al arzobispado de Toledo y ayudó en la coleccion de concilios que le encargó el Papa. Canónigo de esta iglesia, tuvo la fortuna de encontrar, ejerciendo el cargo de obrero, la inscripcion de su consagracion en tiempo de Recaredo; bibliotecario de la catedral, cuya biblioteca era entonces pública, le fué fácil registrar y conocer todos sus tesoros; secretario del último concilio toledano, pudo hacer apreciar su extenso saber y su capacidad para los negocios. Empleaba sus rentas en comprar y en hacer copiar códices, y su vida en rebuscar documentos para la historia nacional. Consultor v oráculo en las cuestiones ecley siásticas y literarias, por su carácter independiente, su opinion era buscada y temida. La elevacion á la silla de Segorbe, acrecentando su autoridad, habia hecho sus juicios más formidables; Román de la Higuera contó, pues, con que teniendo sus cronicones el voto favorable del prelado segobricense, el éxito era seguro. Burlóse Perez del engendro, y es

cribió á Higuera diciéndole paladinamente, como acostumbraba, que era una ficcion'. Fulminada así la obra, comprendió Higuera que estaba herida de muerte, y abstúvose de dar á nadie otra copia, quedando la única en manos de Perez, de las que, años adelante, pasó á las de Gaspar Escolano, analista de Valencia. Los primitivos cronicones de Dextro, Máximo y Eutrando, volviendo maltrechos de su primera salida, se sumieron en completa oscuridad; la noticia de su existencia trasciende á muy corto número de personas, que muy luego la olvidan; y el olvido es tan profundo, que en la lucha, cada vez más empeñada, que tienen que sostener los defensores de la venida de Santiago, no se les cita. Baronio, en vista del documento publicado por Loaisa, retracta su

1 «Estos dias escrivi al Padre Higuera, diciendole que es fingido el Chrónico de Fulda en nombre de Dextro y Máximo, cuya copia aquí tengo y puedo probar ser fingido con cien argumentos pero no tengo lugar para escrivillos.» (Carta del Obispo de Segorbe al maestro Cristoval de Palomares, bibliotecario de la santa iglesia de Toledo, fecha 28 de Enero de 1595.)

De la tal carta debia de acordarse Higuera cuando, un año despues, el 19 de Enero de 1596, escribiendo al arzobispo de Granada, al referirse á las objeciones que hacia á las reliquias allí descubiertas el de Segorbe, dice de él: «Natural suyo es querer examinar todas las cosas, y aun contradecirlas.))

El Sr. Perez conservó, no obstante, buena amistad con Higuera, pues en su testamento le legó un libro.

..... Gaspar Escolano, a cuyo poder passó la copia de los cronicones, que tenia el obispo.....) (XIMENO, Escritores del Reyno de Valencia, tomo 1, pág. 203.)

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